La imagen de una tribuna desierta ya no quedará asociada con exclusividad a la sanción por un caso de violencia en el fútbol. Tampoco es imaginable esperar que miles de espectadores sigan un partido con barbijo en un estadio. El coronavirus llegó para quedarse y expandirse con sus lógicas consecuencias sobre el deporte, como en todas las actividades humanas. Hasta este sábado a la tarde había 2.835 muertos por la pandemia y 85.900 infectados, la mayoría en China. Las fronteras de sesenta países fueron cruzadas por el virus superando las barreras sanitarias y las políticas migratorias de los estados más poderosos. Esta peste moderna llegó a Estados Unidos, Italia, Alemania, Francia, Japón, Canadá y Australia, entre las economías más desarrolladas del mundo. Peligran los Juegos Olímpicos de Tokio y si no fueron cancelados es porque todavía falta mucho para su apertura el 24 de julio. En cambio ya han sido varias las competencias suspendidas o a punto de serlo que estaban desarrollándose o por comenzar.

Un caso emblemático de cómo el coronavirus está determinando la agenda deportiva a escala global es la prueba ciclística Milán-San Remo. Solo dos guerras mundiales impidieron su celebración tres veces desde 1907. En 1916, 1944 y 1945. Su cuarta suspensión es muy posible porque está prevista para el 21 de marzo. El trazado de la carrera coincide con la geografía donde se disparó el brote. El Piamonte, la Lombardía y Liguria, en la llamada zona cero del Covid-19, como también se conoce a esta pandemia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) todavía no la definió así, pero alertó sobre su riesgo comprobado. Esta semana, el Tour de Emiratos Árabes Unidos debió ser suspendido después de que dos mecánicos del equipo EAU se contagiaran el virus. 

El Comité Olímpico Internacional se anticipó a confirmar que la edición 32° de los Juegos se realizará como ha sido prevista. “El COI está completamente determinado a celebrar con éxito los Juegos en Tokio a partir del 24 de julio”, declaró el presidente del COI, Thomas Bach. Lo hizo para despejar las dudas que había generado en Japón la postulación de Londres para reemplazar la sede. Lo más llamativo es que el Reino Unido tiene varios casos de coronavirus. El número aumentó tras el brote en Italia. Hay personas contagiadas en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte. El gobierno de Boris Johnson había informado que el virus era una “amenaza seria e inminente”. El primer muerto se produjo el viernes pasado en Japón: fue un viajero británico que iba en el crucero Diamond Princess por las costas de Asia.

Otro miembro del COI que se refirió al tema es el canadiense Dick Pound: “A menos que haya una situación mundial que sea tan seria y los Juegos no puedan celebrarse o que las autoridades regulatorias prohíban los viajes o este tipo de cosas, seguiremos adelante”. El ex nadador olímpico y abogado admitió que “en algún momento, ya sea en dos meses o en un mes, alguien tendrá que decir ‘sí’ o ‘no'” a que los Juegos se realicen en Tokio.

El coronavirus que amenaza a la máxima competencia deportiva mundial ya obligó a tomar medidas extremas a la Federación Italiana de Fútbol y a la UEFA. Juventus-Inter se suspendió por la Liga local este fin de semana. El club de Milán tuvo un poco más de suerte en otro compromiso porque le ganó al Ludogorets de Bulgaria sin público y se clasificó a los octavos de final de la Europa League. Ni siquiera se permitió la presencia de periodistas, a no ser las delegaciones de ambos clubes y los camarógrafos de la TV. Tampoco hubo la habitual conferencia de prensa.

En Asia, a la suspensión de la incipiente Liga china de fútbol se agregó la K-League, la máxima categoría en Corea del Sur. Con Japón sucedió algo semejante. Su Liga de fútbol suspendió los partidos de la Copa Levain que estaban previstos y también de la J-League, el campeonato nacional donde se destaca el español Andrés Iniesta. Hasta el 15 marzo no habrá encuentros por el coronavirus.

La organización de la Copa Davis determinó que los partidos del torneo por la fase clasificatoria entre Japón y Ecuador previstos para el 6 y 7 de marzo se realicen sin público. También fue afectado el Maratón de Tokio 2020. Esta es una de las grandes pruebas del calendario mundial y está programada para hoy. Se correrá únicamente con la participación de unos 200 atletas de élite en lugar de los 38 mil corredores aficionados que estaban inscritos. Una de las explicaciones que se dio -además de aquella sobre evitar la propagación del contagio- fue que la carrera es clasificatoria para los Juegos Olímpicos de Tokio de este año. Por eso participarán en ella solo los mejores que son atletas profesionales.

La Federación Internacional de Tenis de Mesa aplazó el Mundial que se iba a desarrollar en la ciudad surcoreana de Busan como consecuencia de la propagación del coronavirus. En el país se detectaron 3.150 infectados y se produjeron 17 muertes. Hay más de 9 mil personas en cuarentena, muchas de ellas contagiadas en misas multitudinarias en la ciudad de Daegu. Si en Asia hay varias actividades deportivas afectadas, Italia es el país europeo más complicado en su calendario. Además de los partidos suspendidos en la Liga de Fútbol, no se pudo jugar el encuentro por el torneo Seis Naciones de rugby entre Italia y Escocia. Tampoco la final del Challenger de tenis en Bergamo donde los dos jugadores que accedieron a esa instancia, el ucraniano Illya Marchenko y el francés Enzo Couacaud, se repartieron puntos para el ranking y la bolsa de dinero de 3.650 euros. El partido entre Milan y Fiorentina de la liga femenina local también se canceló. En la Suiza vecina fueron más drásticos. La federación local suspendió el torneo completo de Primera División de varones.

La última noticia que causó revuelo en el mundo deportivo está relacionada con el mejor equipo del mundo, el Liverpool inglés. El diario The Telegraph publicó que si el gobierno de Johnson decide suspender por dos meses las actividades con público, la medida incluiría a los partidos que restan de la Premier League. A diez fechas del final, la diferencia que llevan los dirigidos por el alemán Jürguen Klopp es indescontable. Al campeón del mundo que casi nadie puede vencer podrían otorgarle el título por anticipado o que se declare la temporada desierta por obra del coronavirus.

Uno de los jugadores más conocidos del torneo, el coreano Heung-Min Son del Tottenham Hotspur fue puesto en cuarentena. No es el único. En China muchos de sus colegas corrieron la misma suerte o están en vacaciones anticipadas por la pandemia.

[email protected]