FM Oktubre celebró el sábado pasado su primer aniversario por todo lo alto, con un potente e inolvidable festejo generacional. Tal como se venía palpitando en los días previos. Y es que la propuesta consiguió reunir al público que hizo de la señal ubicada en la 89.1, y además en tiempo récord, un bastión del indie, del trap y del hip hop argentinos, legitimado por algunos de los artistas más característicos de esta época y de esos estilos. En el atardecer, en el escenario montado sobre la calle Ravignani, justo delante de la sede de la emisora, mientras Grisel & Les Viniles ajustaba detalles para salir a mostrar su set, dos chicos de no más de 10 años se subieron al entarimado, arengado por el conductor, para poner a prueba el temperamento de su flow. No sólo dejó atónitos a los integrantes de la agrupación de funk, soul y psicodelia, comandada por la cantante Grisel D’Angelo, sino también a la muchedumbre. Reflejo, en buena medida, del espíritu y del sonido, al igual que la dinámica, de la festividad.

Así estuvo repartida la secuencia musical de esta conmemoración con sabor a festival: en la primera parte de la tarde, apenas arrancaron las actividades, a las 16 hs, el indie colmó el escenario. Le siguieron el trap, el hip hop e incluso una batalla de freestyle, al mejor estilo de las que suceden actualmente en las plazas y los parques porteños. Luego de Grisel & Les Viniles se presentó otra banda liderada por una frontwoman, Daraa, cuya entidad musical atraviesa el jazz, el heavy metal y el rock. Aunque previamente dijo presente Otras Formas. El colectivo artístico y sello estuvo representado en esta oportunidad por Hana, álter ego de la artista visual y cantautora Florencia Ciliberti, quien a continuación le cedió el espacio a Joaquín Vitola. A pesar de que estaba anunciada la presencia de Indios, el líder del grupo rosarino hizo olvidar, al menos por un rato, la participación de sus compañeros al ofrecer una performance intimista. A tal punto que, tras el hit “Ya lo sé”, comenzó a interpretar los temas que le pedía la gente.

Más tarde aparecieron, uno detrás de otro, sendos referentes del indie criollo. Primero estuvo Viva Elástico, que revisitó algunos de los clásicos que lo convirtieron en uno de los iconos de la escena nacional, y seguidamente irrumpió 1915, banda que, aparte de alzarse como una de las revelaciones de la nueva progenie de artistas, se encuentra promocionando lo que será su inminente álbum. Sus actuaciones, más allá de las diferencias de estilos y rangos etarios, mantuvieron el concepto de showcase que se estableció desde el arranque, lo que generó un desarrollo que dio poco margen para moverse lejos del escenario. Cuando el clima comenzó a evidenciar los últimos vestigios del verano, Emanero se hizo cargo de su estatus de genio y figura del hip hop argentino. Aunque dejó a la audiencia con ganas de más, el rapero, que esta vez mostró su formato más vieja escuela, se despidió, luego de recorrer un repertorio que incluyó “Veneno”, single del que se desprende un sampleo de “Seguir viviendo sin tu amor”, sempiterno himno spinetteano.

Al tiempo que varios jóvenes llegaban al cruce de las calles Ravignani y Gorriti, ubicadas en el barrio de Palermo, llevados por la curiosidad, y otros preguntando si ya había tocado tal o cual artista, Nax King daba cátedra sobre la versatilidad del trap manufacturado en el país. Mientras que FMK, uno de los últimos nombres en entrar en la grilla del evento (de la misma manera que 1915), sostenido por su banda, deleitó a los amantes de la música urbana que se apersonaron hasta el lugar. Lo que además se volvió en uno de los pasajes cumbres del festejo debido a que el MC necochense es uno de los músicos locales que más y mejor rankea en las plataformas digitales. Esto le dejó caliente el escenario a Manu Basile, conductor del programa Derrape, que supo dosificar la temperatura de la competencia de freestyle que estaba por venir. Después de explicar las reglas, que no permitían la “misoginia, homofobia y gordofobia” en las métricas, el asimismo host del mini certamen introdujo a los ocho competidores y a un jurado de alta gama.

Foto Guido Piotrkowski

Apenas KrisAlaniz (quien igualmente se hizo del micrófono antes de que se diera inicio al concurso), Ludmila (artífice de una de las flamantes competiciones de freestyle de Buenos Aires), y Dtoke (campeón mundial de la Batalla de los Gallos en 2013) se ubicaron en sus asientos, arrancaron los cruces. Si bien en su mayoría estaban conformados por chicos muy jóvenes, incluso en su recorrido por la escena, había una veterana entre esos nombres: NTC. Sin embargo, y para sorpresa de la mayoría, no llegó a la final. Sí lo hizo Alina, que levantó el telón de las batallas con una victoria inesperada, y que ponía fichas en su desenlace. Pese a que el freestyler G5 venía arrasando con sus adversarios, su colega lo frenó en seco. Pero el flow filoso, inteligente, arrebatado y luminoso del artífice de 15 años (su nombre de pila es Gabriel Nicolás Espino) en un momento se transformó en un torbellino que casi se lleva todo lo que encontraba a su paso. Lo que le valió la victoria y se tornó en linda metáfora de una merecida celebración.