Al día siguiente de haber recuperado la libertad, y cuando tenía que dejar en depósito judicial el millón de pesos como caución de su excarcelación, el empresario gastronómico Roberto Dutra lo hizo de nuevo. Se apareció por la comisaría 5ª -donde había estado preso hasta el domingo al mediodía- con el propósito de retirar efectos personales que se había dejado. Y lo que hizo fue, sin más ni más, violar otra vez la cuarentena obligatoria, por lo que allí mismo fue aprehendido de nuevo. Y su esposa también, que lo esperaba afuera, en el Mini Cooper, que fue incautado.

El dueño de Catering Gourmet SRL había logrado el domingo al mediodía que la jueza Patricia Bilotta aceptara el acuedo arribado entre el fiscal Gustavo Ponce Asahad y los abogados Carlos Varela y Adrián Martínez para que el empresario volviera a su departamento de la torre Maui, en Puerto Norte en libertad bajo caución. Y para ello se comprometió depositar 1 millón de pesos como fianza, cosa que hizo ayer por la mañana. Y luego de eso se dirigió a la comisaría de barrio Abasto a recoger cosas que había olvidado, según se dijo. Ante la evidencia de su propia presencia fuera del domicilio al que había sido retornado, los mismos policías de guardia lo arrestaron. Anoche dormiría en la seccional y hoy comparecería en audiencia imputativa.

En el acto perdió derecho sobre ese dinero que aportó como fianza. Un vocero del Ministerio Público Fiscal especuló con que "posiblemente se solicite que sea destinado a diferentes instituciones de bien público".

Una comisión policial constató en la torre vip de la costa central que Dutra no estaba en casa, y fue entonces cuando cundió el aviso. Para ese momento, el empresario estacionaba frente a la comisaría donde había pasado el fin de semana.

Dutra venía de haber sido detenido el jueves de la semana pasada, luego de que la policía allanó su domicilio y comprobó que había salido a la calle pese a la imposición legal de guardar aislamiento por 14 días, en función de un viaje al exterior reciente. Pero tras el primer arresto, el fiscal Ponce Asahad comprobó que desde el 15 de marzo, cuando su esposa regresó de Estados Unidos, Dutra infringió la cuarentena unas 14 veces utilizando llaves magnéticas de su pareja para no ser detectado. 

Uno de los colmos de la situación fue la coartada que pretendió urdir el empresario con una documentación falsa con la que simuló ser empleado del hospital Centenario en el sector de maestranza. Quedó al descubierto que el certificado era falso, como falsa la firma al pie de la directora del centro médico, Claudia Perouch. Eso le valió que ella radicara una denuncia penal contra el empresario, y un sumario interno ya que la empresa de Dutra provee las viandas de comida al hospital. Como ese papel finalmente desapareció, y también los testigos que parecían haberlo visto, Dutra zafó de esa imputación penal. 

De lo que no zafó ahora es de la acusación fiscal por las sucesivas violaciones al estado de aislamiento social, preventivo y obligatorio. Su pareja, en tanto, también fue detenida a bordo del automóvil estacionado frente a la comisaría de Italia al 2100. El fiscal dispuso que fuera remitida a prisión domiciliaria, pero el empresario quedó retenido en la sede policial.