Desde Santa Fe

El informe de la comisión investigadora del ex Banco Provincial de Santa Fe que presidió Alfredo "Pichón" Nogueras fue el secreto mejor guardado durante 20 años. Ayer, Miguel Lifschitz decretó la desclasificación de esos documentos e instruyó al fiscal de Estado Pablo Saccone para que la provincia se presente como querellante en la causa por el vaciamiento de la entidad -hoy a cargo del juez federal Reinaldo Rodríguez‑ y los aporte como prueba. "La prueba del latrocinio", la llamó el gobernador. "Una documentación impresionante que si la justicia la hubiera tomado en ese momento, quizás hoy tendríamos muchas condenas efectivas, pero todavía estamos a tiempo de hacer justicia", planteó. Ya en 2013, el fiscal federal Walter Rodríguez había solicitado que esa prueba se incorpore a la investigación; el juez levantó el secreto bancario, pero la medida no se cumplió.

En un acto en la Casa Gris, Lifschitz anunció la firma de dos decretos que los oradores consideraron "históricos". Uno, desclasifica el informe Nogueras y dispone su publicación en la página oficial de Santa Fe. Y el otro, instruye a Saccone que se presente como querellante en la causa por el vaciamiento del Banco y lo aporte como la prueba que ningún magistrado fue a buscar en dos décadas.

En 2008, parte de ese informe de más de 5.000 fojas y 30 horas de grabaciones fue desclasificado por el entonces ministro de Gobierno Antonio Bonfatti pero los papeles más sensibles y audios quedaban protegidos por el secreto durante 30 años, así que recién se podrían publicar en junio de 2028, cuando ya sean piezas de museo. El decreto de Lifschitz dejó sin efecto esa resolución y dispuso la "libre accesibilidad" del archivo.

El año pasado, la Cámara Federal de Rosario ordenó reabrir la investigación -que el juez Rodríguez, en 2013, y el ex juez Víctor Brusa, veinte años antes, habían intentado cerrar‑ y declaró que "no existe ningún obstáculo procesal ni de índole jurídica para continuar seriamente el proceso". "Cuando vi en el diario que la Cámara Federal había resuelto reabrir la causa del Banco de Santa Fe me generó una gran ilusión", recordó Lifschitz. Y agregó: "Sinceramente, pensé que estaba perdida. Esa noticia me generó la idea de que teníamos que aprovechar una oportunidad para que la causa avance lo que no avanzó en más de dos décadas y se condene a los responsables. Y si no fuera posible eso, que al menos haya una condena de la historia, que a veces suele ser más dura que la condena penal. Los santafesinos se merecen eso, que las nuevas generaciones que no vivieron aquella historia, la puedan conocer para no repetirla en el futuro".

"Por eso tiene valor" esta decisión de que la provincia sea querellante en el juicio, "no solo desde el punto de vista jurídico, sino histórico". "Vamos a participar en la causa activamente, vamos a poner un equipo de abogados y especialistas en delitos económicos para que la causa avance, para que haya justicia", insistió el mandatario ante un aplauso sostenido.  

Lifschitz ponderó la decisión de publicar el informe Nogueras y presentarlo como prueba del vaciamiento. "Es una documentación impresionante que si la justicia la hubiera tomado en ese momento probablemente hoy tendríamos muchas condenas efectivas Pero todavía estamos a tiempo de hacer justicia, de mantener la memoria".

Ahora "estará a disposición de los ciudadanos y de los investigadores" toda esa documentación que de manera paciente y laboriosa la comisión Nogueras pudo reunir en pocos meses de trabajo". "Nuestro homenaje a Nogueras, este extraordinario y digno dirigente político de la democracia que condujo la comisión investigadora, a todos sus integrantes y a los trabajadores de la Bancaria por su lucha".

"Y nuestro reconocimiento a los periodistas, de antes y de ahora, que siempre han mantenido una mirada inquisita de ese proceso y no han permitido que la sociedad se olvidara de ese latrocinio ocurrido con el Banco de Santa Fe. Hay pocos ejemplos, y miren que hay ejemplos en la Argentina, pero pocos, de un escándalo de semejante magnitud, de un quebranto de semejante impacto, sobre una institución financiera sólida y prestigiosa como era ese Banco y de una venta tan absurda por la que tuvimos que pagar 1.000 millones de dólares. Nos quedamos sin el Banco y pagamos 1.000 millones de dólares para que un grupo privado de dudosos antecedentes se quedara con esa joya del patrimonio santafesino. Vamos por la justicia, por la memoria y por el futuro", concluyó.