Los gobiernos de las provincias de Jujuy, Misiones, La Rioja y Santiago del Estero dispusieron este lunes, a través de diferentes modalidades, el uso obligatorio de barbijo para toda la población. Las cuatro provincias se sumaron así a Catamarca, donde existe una medida similar desde la primera semana de cuarentena obligatoria. Aunque hasta el momento la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que las mascarillas solo deben ser utilizadas por personal de salud y personas con síntomas de coronavirus, ya son varios los países los que imponen su uso, con Estados Unidos como principal referencia. En el Ministerio de Salud nacional no descartan una decisión en ese sentido.

La primera provincia argentina en decretar el uso obligatorio de barbijo había sido Catamarca. El pasado 27 de marzo su gobernador, Raúl Jalil, decidió que toda la población de la provincia debía utilizar mascarillas para transitar por la vía pública. Ahora, a través de su cuenta de Facebook, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, anunció que a partir del próximo viernes el uso de barbijo también será obligatorio en su provincia. Morales afirmó que la decisión responde "a la necesidad de prevención de posibles contagios por coronavirus por el tránsito de personas en la vía pública que sean asintomáticas". Las personas que no lleven su barbijo deberán abonar una multa de mil pesos. 

A esta medida se sumó Misiones, donde el gobernador Oscar Herrera Ahuad anunció que desde este lunes se exigirá el uso de barbijos en la vía pública, instituciones y negocios de la provincia. Por su parte, Roberto Quintela, gobernador de La Rioja decidió utilizar la vía del decreto para exigir el uso de barbijo o "protector facial" a todas las personas que circulen en el territorio riojano. El decreto aclara que el término "protector facial" se refiere al uso de pañuelos, bufandas y todo otro elemento que cubra la zona de la nariz y la boca con el objetivo de "disminuir la propagación del coronavirus". Lo mismo ocurrió en la localidad de Zárate, en la provincia de Buenos Aires, donde el intendente Osvaldo Cáffaro estableció por decreto "el uso de barbijo o mascarillas para circular en la vía pública". 

La utilización masiva de barbijos en la población es un tema que generó polémica desde los primeros días de la pandemia. En China, donde el uso de mascarillas es habitual desde antes de la aparición del Covid-19, las autoridades decidieron de inmediato que los barbijos se generalizaran en toda la población. Lo mismo sucedió en la mayor parte de los países asiáticos. Sin embargo, Occidente decidió seguir desde el primer momento las recomendaciones de la OMS, que estableció que el uso de barbijos solo era necesario para el personal médico y personas con síntomas de coronavirus. 

Esta situación comenzó a cambiar en las últimas semanas. El sábado pasado Donald Trump decidió desconocer las recomendaciones de la OMS y llamó a la población a utilizar mascarillas, tras informar que los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos habían llegado a la conclusión de que probablemente el virus no solo se trasmite a través de tos y estornudos sino también cuando las personas hablan o respiran. En un sentido similar se expresaron los gobiernos de España y Francia. 

Por su parte, este lunes la OMS volvió a insistir en la recomendación inicial, aunque no se descarta que en estos días el organismo puede llegar a cambiar su postura. La principal preocupación de la Organización no radica tanto en la efectividad de los barbijos para evitar los contagios sino en el peligro de que su uso masivo deje sin stock a las personas que más lo necesitan: "En algunos lugares la escasez está poniendo a los trabajadores de salud en un verdadero peligro", afirmó el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en conferencia de prensa al tiempo que aseveró que "no existe la solución milagro. Por sí solas, las mascarillas no pueden detener la pandemia. Los países deben continuar encontrando casos, testeando, aislando y tratando cada caso y rastreando cada contacto". 

En el mismo sentido se expresó este lunes el infectólogo Pedro Cahn, quien confirmó que el insumo es "imprescindible para el personal de salud". Además, agregó que el problema de la utilización del barbijo como medida de prevención "es que la gente se confía y empieza a relajarse con lo importante, como mantener distancia o lavarse las manos". El infectólogo se encuentra asesorando al Ministerio de Salud de la Nación en el marco de la pandemia y aseguró que "todavía no se ha debatido si habrá alguna recomendación sobre los barbijos". Fuentes del Ministerio afirmaron a Página/12 que aún no se prevé una medida centralizada en este sentido, aunque no se descarta que pueda efectivizarse. 

A pesar de mantener la recomendación inicial, Tedros no fue tajante con respecto a la prohibición del uso masivo de barbijos y recomendó que "si se usan mascarillas, deben ser usadas de manera segura y apropiada. Lo que está claro es que hay una investigación limitada en esta área", por lo que sostuvo que "alentamos a los países que están considerando el uso de mascarillas para la población en general a que estudien su eficacia para que todos podamos aprender".