Ser médico de terapia intensiva requiere de una formación continua que se apoya en los pilares de la clínica médica. Cómo colocar a un niño de 900 gr. en un respirador no se aprende de un día para otro. La destreza en la intubación, sin vacilar, la recepción de un niño en sala de parto, son los primeros pasos de un médico neonatólogo. Pero solo con eso no alcanza, después se requiere del manejo para cada una de las diferentes patologías que vamos a atender y esto también requiere de mucha formación.

Por eso cuando hablan de traer o fabricar tantos respiradores me da escalofrío pensar en quién los va a manejar. Yo creo que a nadie le gustaría tener un piloto de avión que solo sepa despegar y después no conozca ni las rutas de viaje, ni cómo aterrizar, eso es lo que quiero explicar con este ejemplo.

Hoy los respiradores son muy sofisticados, con diferentes modos respiratorios, computados, que han mejorado mucho el manejo del paciente

Por eso es muy probable que muchos de los pacientes con Covid-19 fallezcan por desconocimiento en el tratamiento de esta nueva enfermedad y no por la infección en sí.

Por ejemplo, en todos estos años que ejerzo la especialidad vi cómo enfermedades respiratorias como la enfermedad de membrana hialina fue evolucionando en el tratamiento. Hace 20 años, pacientes con esta patología fallecían; hoy, con el avance de las medicaciones pre y pos parto, tienen una evolución muy favorable con menos días de respirador y menos efectos adversos.

Sólo el 5 por ciento de los enfermos con Covid-19 requieren de un manejo intensivo, pero no puede ser hecho por un médico que no esté formado para esto y tampoco se pueden formar en un día, ni en un mes.

Muchos de mis colegas siempre vieron la especialidad con un poco de prurito ya que requiere de muchos años de formación, muchas horas de trabajo al lado del paciente, y sobre todo sin tener en cuenta que es un trabajo insalubre que tendría que contar con un recambio, como máximo, a los 50 años. Sin embargo, sigo viendo compañeros que están por jubilarse y siguen enfrentando esta situación de estrés al lado del paciente como cuando tenían 35 años, haciendo varias guardias por semana con el desgaste físico y mental que esto produce, estando tan cerca de la muerte todo el tiempo, sumando en mucha oportunidades el acoso legal.

En todas las terapias intensivas del país hay déficit de médicos y me refiero a las unidades coronarias, a las terapias intensivas propiamente dichas, a las terapias pediátricas y a las neonatales.

Por eso todo no va a ser culpa del Covid-19, muchas veces se especula con nuestra vocación y con eso se tapan agujeros.

Es hora que las sociedades médicas, gremiales, autoridades ministeriales tomen carta en este asunto. Como ven todos podemos tener necesidad de una terapia intensiva, desde el mismo momento que nacemos y a nadie le gustaría despegar en un avión cuyo piloto no sepa el rumbo ni que sus reflejos estén a la altura de los acontecimientos. El manejo intensivo del Covid-19 recién se está conociendo, pero los intensivistas formados estamos listos para atender a estos pacientes de la mejor manera. No esperemos actos de magia, ni que en 5 minutos tengamos un ejército de intensivistas.

Tomemos este ejemplo que nos toca vivir y pongamos a esta especialidad en el lugar que le corresponde, para que en otra oportunidad no tengamos que salir corriendo a formar intensivistas y para que, cuando todo esto pase, podamos estimular esta especialidad para que más colegas la elijan.

Estoy totalmente de acuerdo con la actitud que tomaron el gobierno y su ministro de Salud. Hoy la prevención y el cumplimiento de las normas podrán hacer que el sistema no se desborde. Así, los pacientes que requieran de un tratamiento intensivo, contarán con la atención de médicos formados para esta circunstancia.

Julio M. Falk es Jefe de sección de terapia intensiva neonatal del Hospital Durand.