“Estamos muy mal acostumbrados”, se queja falsamente Santiago Aysine sobre el presente de Salta La Banca, que acaba de terminar un acústico radial pero a sus fanáticos no les alcanzó con encender la radio: tuvieron que ir hacia ella. “Salvo contadas excepciones, terminamos cualquier show y nos quedamos hasta sacarnos la última foto. Nos encanta que vengan”, aclara el cantante mientras intenta atacar un sándwich de milanesa.

La agenda del grupo se encomienda a la fecha de este sábado, cuando se presentarán en el estadio Malvinas Argentinas, al aire libre, bajo la consigna de arrancar de día y terminar de noche para la grabación de un disco y dvd en vivo. “El show comienza con el sol, después viene la puesta y al final la noche. Podemos hacer una lista congruente con esa sucesión. Nos gustó la idea porque vimos muchos dvds diseñados más o menos así, algunos de Dave Matthews Band, y nos parece encantador”, adelanta.

El encargado de armar la lista de temas es Alejandro Vázquez, productor artístico de Eureka!, su último disco. “Para mí el día tendría que ver más con los cimientos de Salta, e iría terminando la noche con la última parte. Pero creo que Ale lo va a tirar para otro lado, aprovechando que tenemos una parte jovial y otra súper densa.”

En su momento dijiste que Eureka! era un disco nihilista. ¿Cómo será el próximo?

–Ni en los años más efervescentes del kirchnerismo se vivió una situación social tan ajetreada. Me parece que está todo mal, hay una fiebre fascista muy fea que me está haciendo daño, a punto de querer terminar el show y cerrar las redes para no leer más. Hay demasiado hijo de puta. No pensé que se iban a poner tan recalcitrantes, teniendo en claro que la derecha creó una polarización de la que no me siento parte en absoluto. Pensé que su estado más recalcitrante se había manifestado durante el kirchnerismo, pero están peor que nunca, con el “Yo no paro” o el “Kretina chorra hija de puta”. Las últimas semanas se vivieron días tremendos, el paro y la movilización docente me parecen importantísimos. Lo bueno es que se delimita quién está en cada vereda. Todos los hijos de puta usan las mismas palabras, tienen las mismas biografías de mierda; el tipo que reivindica a Macri porque cuestiona el desarrollo intelectual del militante kirchnerista no sabe ni hablar. Me parece que el próximo disco va a tener bastante de todo eso.

¿Hasta qué punto los contextos condicionan la composición?

–Cuando salió COPLA –sigla de Canto Obligado Por Luciano Arruga– yo ya estaba en una etapa de introspección. Eso se manifestó en Visceral, y Eureka! fue la segunda parte de esa época. De alguna manera, en Eureka! ya estaba planteada esta crisis, simplemente terminé de hacer un disco que hablara más de mí, de todo lo que estaba pasando con Salta La Banca. Para entonces todo me empezó a chupar más un huevo: la agresividad del detractor y la alabanza del seguidor. El próximo material va a tener de todo, no va a estar absolutamente involucrado en lo social, también va a tener que ver con la historia.

Pocas bandas en la última década experimentaron un crecimiento cuantitativo tan importante como ustedes. ¿Hoy es más difícil crecer haciendo rock?

–En los ‘90, el rocanrol todavía era una fuerte expresión contracultural ante una concepción neoliberalista muy fuerte. La globalización a través de internet y las redes sociales logró una proliferación de otras cosas, que hicieron que el público ansiara otros contenidos y se sintiera seducido por otras caras. Antes para acceder a determinados mercados tenías que estar demasiado permeable. Mucho público se fue alejando del rocanrol, por más que siga siendo el fenómeno popular musical más grande del país. Hoy mucha gente está enamorada de la música electrónica, todo el mundo va a la joda de la música electrónica, y yo no entiendo nada, para mí es todo igual. Algunos dicen que no es música, para mí sí lo es, pero sin contenido. Y la música sin contenido no me seduce.

* Sábado 18 en Estadio Malvinas Argentinas, Gutenberg 350. A las 16.