Antes de bautizarse Porta, Christian Jiménez Bundó era sólo otro chico barcelonés que miraba al mundo desde su habitación, entre sábanas sucias y un monitor de PC. Aquel prisma opaco fue la partida de su carrera en el hip-hop, porque desde ese cuarto, propulsado por páginas web primero y MySpace después, pudo difundir su música. Pero, a diferencia de a miles que hacen exactamente lo mismo, a él le fue bien. Tanto que hoy ronda los 13 millones de seguidores en Facebook y se perfila como uno de los raperos en español más influyentes de la época, apostando más al sentimentalismo adolescente que a la observación social.

A más de una década de haber lanzado gratuitamente No es cuestión de edades, su disco debut, el MC vuelve a Argentina, donde ya llenó tres veces el Luna Park. “Me sorprende encontrar tanta gente a favor y tanta en contra”, confiesa. “Con mis canciones no me importa aconsejar, no soy un profesor ni un educador, eso es cosa de un padre o tutor. Y la música es terapia, una forma de evadirse.”

En este momento, Porta cree haber encontrado un punto, por eso tituló Equilibrio a su último disco, acaso un análisis enfrentado al de Trastorno bipolar, de 2009. “Ya llevo un tiempo bastante centrado”, explica. Como tantos que se autoproclaman sinceros, debió lidiar con gente que lo apoyó y gente que no, como cuando lo tildaron de machista por su ultra-polémico tema Las niñas de hoy en día son todas una guarras, testimonio púber que lo aleja bastante del rapero sensible que apunta a ser.

“Era muy chico cuando compuse esa canción, prácticamente no conocía el mundo real. Más tarde saqué La Bella y la Bestia, sobre el maltrato de género”, apunta. “Mi música es lo que soy, nunca me he puesto límites ni autocensurado, y mis valores y forma de pensar me han traído hasta aquí. Si no me expreso de una manera más vulgar es porque en mi vida diaria no soy así.”

Entre sus miles de kilos de seguidores resalta la cantidad de adolescentes que ven en él alguien adorable y sensitivo, un gurú generacional capaz de hacer una canción sobre Dragon Ball Z. Y él  cree entender por qué: “Soy de una generación en la que empezaba la era internet, parte de mi éxito se lo debo a eso, y es una generación muy bonita porque se ha quitado temas tabú de encima. Siempre he hecho las cosas sin dejarme interferir por lo que la gente pensara”.

Y sobre el rap, dice que es un género complicado. “Sé que trata de respeto y libertad de expresión, y sobre todo ha sido crítica social, pero hasta entonces apenas había temas de amor y no existían las canciones freakies. Con mi música hablé de lo que conocía. Parte de mi éxito radica en la cercanía con un público adolescente, al expresar vivencias que ha tenido cualquiera. Nuestra generación no se queja tanto, está dispuesta a mejorar en todo”.

* Viernes 17 y sábado 18 en Teatro Vorterix, Federico Lacroze 3455. A las 21.