Cuatro gendarmes fueron detenidos ayer por la policía provincial, luego de ser "pescados in fraganti" al retirar una coima, que habían exigido a un hombre al que previamente habían secuestrado y amenazado de armarle una causa por drogas sino pagaba. También fue allanada la sede local de Gendarmería en un operativo con pocos antecedentes en la justicia rosarina. Juan Carlos César alias "Purre" es el hombre que denunció que el último domingo fue secuestrado por gendarmes que se metieron en su casa sin orden judicial, le reclamaron efectivo, drogas y armamento, para llevarlo más tarde hasta otro sitio a varias cuadras de su vivienda. Allí le exigieron 200 mil pesos. Por eso la policía y la Justicia armaron una entrega controlada tras la cual los cuatro gendarmes fueron aprehendidos. El apellido del denunciante está ligado por varios integrantes de esa familia a las crónicas policiales de la última década. 

 César, de 57 años, relató que la noche del domingo volvía de un quiosco cuando fue sorprendido por un auto oscuro, que se detuvo abruptamente cerca suyo, y del que se bajaron dos hombres con uniformes de Gendarmería. Uno de ellos lo agarró del cuello y lo obligó a meterse dentro de su casa en barrio Tablada. En la vivienda de "Purre" estaba su pareja y dos de sus hijas de 8 y 14 años. Después irrumpieron otros tres hombres vestidos con ropas de esa fuerza federal. Sólo uno tenía la cara descubierta, los otros llevaban barbijos, describieron los pesquisas según la denuncia de la víctima.

Según César los hombres de verde le reclamaron que les entregara drogas, dinero y armas, ante lo cual " Purre" les dijo que no tenía y lo golpearon en la cabeza hasta que cayó al piso, le exigieron que colabore y les dijera quién vendía drogas.

Siempre según la víctima,  se lo llevaron en una camioneta que describió como de Gendarmería, con los clásicos colores blanco y verde. El conductor fue en contramano por Presidente Quintana, dobló por Berutti hasta avenida Uriburu. De allí a la avenida Abanderado Grandoli y luego condujo por Lola Mora.

Le pidieron 200 mil pesos para no llevarlo preso y le dijeron que si no colaboraba le iban a meter una bolsa de droga y se lo iban a llevar preso. Le recordaron que todos los meses debía ir a firmar en la comisaría 16ª por una causa que tiene en su contra en la Justicia Federal. Le dieron hasta este miércoles para conseguir la plata, volver al lugar donde lo dejaron, en bicicleta y con barbijo, y tirar la plata en la caja del móvil que iba a estar estacionado en inmediaciones del Fonavi de Lola Mora e Hipócrates. Cuando Purre volvió a su casa, su pareja le contó que los uniformados se llevaron 7 mil pesos y un celular. El hombre hizo la denuncia en la División Asuntos Internos y agregó que su hermano, quien vive al lado, también recibió la visita de los gendarmes y que le habían pedido lo mismo.

El personal de Asuntos Internos dio aviso de la denuncia al fiscal Gastón Ávila, quien ordenó diligencias. En este contexto se diagramó un operativo de entrega controlada con la vigilancia de vehículos particulares. A  las 9 de la noche de ayer, César apareció en bicicleta con una bolsa negra que le había dado el personal policial que montó el operativo en Lola Mora y Lorenzini. En ese momento, un gendarme salió de la oscuridad y le hizo seña para que tire la bolsa en la caja de la chata. Según fuentes policiales, en ese momento el uniformado la tomó en sus manos y se subió a un auto particular que estaba estacionado sobre una cortada cercana. La secuencia quedó filmada y cuando se efectivizó la entrega, la policía capturó a los gendarmes.

Minutos después y a la altura de Sánchez de Thompson 22 bis, detuvieron la marcha de un Volkswagen Gol Country con las chapas patentes tapadas. En el interior había dos uniformados, que se identificaron como miembros de Gendarmería: fueron identificados como el cabo Juan Carlos G., que estaba al volante, y el sargento Néstor Manuel C. En el interior del auto estaba el dinero que se usó para la entrega controlada.

En ese momento llegó una camioneta de Gendarmería Nacional con dos ocupantes, que tenía el mismo número de móvil que brindó la víctima en la denuncia. Los ocupantes dijeron ser compañeros de los detenidos y corrieron la misma suerte que sus pares. Los hombres fueron identificados como el alferéz RF y el cabo primero ADM, de acuerdo con voceros del Ministerio Público de la Acusación (MPA).

Ayer, los fiscales Ávila, Rodrigo Santana y José Luis Caterina, con personal de la División Asuntos Internos, allanaron la sede de Gendarmería Nacional en calle San Martín entre Virasoro y Rueda donde secuestraron el libro de guardia, recorrido de GPS de los autos oficiales e informes entre otros elementos de interés para la causa.