Silvina Lafuente, de 43 años, es argentina, vive en Suiza con su esposo y sus dos hijos. Su marido, Stefan, se contagió del virus en una reunión de trabajo y se lo transmitió a ella. En diálogo con Pagina/12, recordó que el 25 de febrero, cuando se supo del primer caso de covid-19 en Italia, el gobierno suizo “no sabía qué medidas tomar, si cerrar la frontera o no”.

El tema era clave porque “los trabajadores transfronterizos representan más de una cuarta parte de la fuerza laboral total en el Tesino”, una región del sur de Suiza, de habla italiana. “El riesgo de contagio está también en los trenes, que a diario van desde Milano hasta Basilea”. De hecho, su esposo se contagió en una reunión de trabajo en Berna, a la que asistieron personas que venían de Tesino.

Con su esposo, nacido en Suiza, “hicimos la cuarentena en nuestro domicilio, creyéndonos a salvo, pero las cosas se complicaron porque ya teníamos el enemigo adentro”. “Los primeros síntomas fueron fiebre, tos, dolor de cabeza, dolor de garganta, una leve presión en el pecho y dolores musculares. Llamamos a los números de emergencia y siempre nos repetían lo mismo, que nos quedemos en casa". Las autoridades sanitarias no le hicieron el test y el diagnóstico se lo dio su médico personal.

“Yo también me contagié, pero por suerte, no fue tan fuerte como lo que tuvo mi marido, que comenzó a recuperarse después de dos días y en forma muy lenta. Por suerte los chicos no se enfermaron”. Silvina señaló que las autoridades sanitarias “sólo intervienen con sus equipos en los casos graves, los leves quedan bajo el control de los médicos de la familia”.

Si bien Stefan ya está bien de salud “lo que pasamos fue una experiencia que nos llenó de miedo” por las noticias que llegaban desde Italia y otros lugares de Europa. “Fueron tres semanas dramáticas, porque cuando él empezó a mejorar, caí yo, de manera que no podíamos estar tranquilos”. Contó que “la única alegría que tuvimos en todo este tiempo fue cuando la conejita de mi hija tuvo cría, lo demás es para olvidar”. Las cifras oficiales en Suiza reconocen 23.620 casos y 926 personas fallecidas.