La oferta de reestructuración de la deuda externa fue manejada con extremo hermetismo hasta este jueves y consiguió el efecto sorpresa. La reacción del mercado fue de subas cercanas al 5 por ciento en gran parte de los bonos en moneda extranjera. Las declaraciones del Ministro de Economía Martín Guzmán se hicieron faltando unos minutos para el cierre de las operaciones y los títulos públicos alcanzaron a registrar un salto en los precios.

La forma más simple de entender la primera reacción de los inversores es con los datos duros. Las agencias de bolsa tienen paneles de cotización que permiten observar lo que ocurre con el precio de los títulos públicos cada 5 minutos. A las 16:30 -antes del anuncio- un bono de alto volumen de operaciones como el Discount 2033 cotizaba a 35,5 dólares. A las 16:45 el valor del bono había subido 1 dólar hasta los 36,5 y cinco minutos más tarde había aumentado hasta los 37,5 dólares cerrando las transacciones de la jornada.

La ganancia por la suba del precio del bono fue del 5,6 por ciento en menos de 20 minutos. El horario de cierre de la bolsa no permitió que continúen las operaciones. El efecto fue idéntico en el resto de los títulos públicos. Desde los de corto plazo como el Bonar 2020 hasta los que vencen dentro de 20 años. El título que más subió fue el Bonar 2024 con un avance del 5,9 por ciento. Las subas ocurrieron en los últimos minutos.

Los operadores del mercado no tienen un discurso definido respecto de cómo leer el anuncio. Los más optimistas aseguraron que la propuesta fue mucho mejor de lo pensado. “En los últimos días trascendieron rumores de quita de capital de más del 50 por ciento sumadas a las quitas de los cupones. Frente a eso el anuncio es más que positivo”.

Fueron las palabras de un agente de bolsa que prefirió mantenerse en reserva y confirmó que en las últimos minutos de la jornada llovieron órdenes de compra en la plataforma. “Guzmán se comportó como un verdadero jugador de poker. En la teoría de negociación la jugada que hizo se conoce como la táctica del anclaje. La expectativa era que la oferta iba a ser muy dura y eso hace que ahora la propuesta definitiva luzca atractiva”.

Otro de sus colegas planteó que por ahora es apresurado sacar conclusiones y mencionó que los inversores siguen expectantes. “Es necesario ver los detalles. Todavía no hubo precisiones de cómo se implementará la reestructuración para los distintos bonos”. Indicó que “el recorte o la quita cuando se la trae a valor presente es importante”.

La propuesta del Ministerio de Economía se concentró en recortar el pago de intereses en lugar del capital de los bonos y conseguir tres años de gracia antes de volver a pagar la deuda. La cuenta es sencilla para entender el monto de la quita y puede pensarse con un ejemplo rápido (sin necesidad de traer a valor presente los números).

El contrato de un bono a 10 años -antes de la reestructuración- decía que el inversor iba a cobrar 8 dólares de intereses por año y al año diez iba a recibir además 100 dólares de capital. O sea que iba a cobrar el equivalente a 180 dólares en los próximos años. Con la nueva oferta, este inversor pasará a cobrar 95 dólares de capital al año diez y entre 1 y 2 dólares de intereses por año (en promedio). Terminará recibiendo cerca de 110 dólares.

La diferencia es lo que se ahorra el Estado permitiendo hacer sustentable el pago de la nueva deuda y reservando recursos para enfrentar la crisis del coronavirus. Los próximos días pueden ser de fuerte especulación debido a la gran cantidad de dinero en juego. Toda reestructuración de deuda es suma cero. Lo que ceden los bonistas lo gana el Estado.

La pérdida del bonista es relativa. La propuesta del Gobierno implica un ahorro importante para el sector público sin ser un despropósito para el inversor. No cobrará los 180 dólares que pensaba pero obtendrá un monto similar al que recibiría invirtiendo en bonos de países del mundo desarrollado con tasa de interés cercana al 1 por ciento.