El abogado y ex director del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel, expresó que las cárceles del país sufren una crisis estructural que fue agravada por el gobierno de Cambiemos. “Si la gestión del gobierno macrista fue un desastre para los que vivíamos en libertad imaginate para aquellos que estaban privados de libertad”, expresó en conversación con AM750, donde reflexionó sobre la situación de las cárceles en tiempos de coronavirus, el rol de la justicia y la utilización política que hace la oposición del derecho a prisiones domiciliarias.

-¿Cómo era la situación de las cárceles antes del coronavirus?

-A una situación de crisis estructural muy grave que traían lo sistemas penitenciarios hace años ahora se suma la crisis por el coronavirus. Y esa situación estructural grave, en términos de la superpoblación y hacinamiento, empeoró con las políticas del gobierno de Cambiemos: no hicieron más que aumentar el punitivismo y el encarcelamiento masivo de personas. El Servicio Penitenciario Federal está ocupado en más del 110% y el bonaerense, por su parte, tiene el doble de su capacidad. Además, gran parte de la población penal, por no decir la mayoría, son personas que están procesadas sin sentencia firme.

-¿Cómo se resuelve este problema?

-Las cárceles no pueden seguir siendo lo que son. El poder político tiene que asumir la responsabilidad, conducir y ejecutar una política pública penitenciaria que respete los derechos humanos y que se ocupe del bienestar del personal penitenciario. Con un sistema neoliberal cuando uno habla de construir más cárceles siempre es para tener más personas detenidas. Ahora cuando el gobierno desarrolla políticas que tienen que ver con el Estado de bienestar y con respeto a la dignidad de los ciudadanos, construir más cárceles podría traducirse en construir cárceles que cumplan la funcionalidad de una cárcel en el respeto de las personas que están allí alojadas. La cárcel de Devoto es una cárcel que tiene más de 100 años y no tiene la funcionalidad de una prisión moderna. Una cárcel moderna tiene que tener espacio suficiente para el trabajo, para el estudio y para la actividad espiritual. En Devoto difícilmente suceda eso. Hay que construir cárceles que sean funcionales al respeto de las garantías y de los derechos de las personas allí detenidas, que cubran y cuidan por igual la integridad de los penitenciarios como de las personas privadas de su libertad.

-¿Revisar las causas podría ser una posible solución para la actual crisis?

Revisar las causas puede ser una estrategia para ayudar a salir del paso pero lo cierto es que a veces es difícil la construcción de un diálogo cuando tenés que dialogar con aquellos que forman parte del problema. El Poder Judicial y los jueces en general respondieron a la política de punitivismo y del encierro masivo, negando salidas transitorias, libertades condicionales y habeas corpus con cualquier excusa. Ahora ellos mismos dicen hay que liberar un número determinado que son las personas que estaban en condición de riesgo.

Es cierto que los tribunales superiores han dictado acordadas, resoluciones que de alguna manera permiten que los jueces evalúen las causas y dispongan situaciones de libertad anticipada, semilibertad, pero lo cierto es que los jueces de primera instancia no para mi gusto no han respondido adecuadamente. El covid está generando cambios de paradigmas en un montón de órdenes, creo que también generó un cambio de paradigma respecto a cómo tiene que ser una cárcel. Sin embargo muchos jueces siguieron respondiendo de modo conservador como respondian hace 10 años.

-¿Cómo analiza el rol de los medios y de la oposición en cuanto a la crisis del sistema carcelario?

-Hay una situación hipócrita de algunos medios de comunicación que se rasgan las vestiduras por el tema de la salida anticipada de algún detenido pero esos delitos son los comunes. Nunca se agravia si un delincuente financiero o un genocida sale en libertad, eso no lo critican. Yo creo además que hay una parte del poder judicial que con el gobierno anterior jugó a favor del lawfare y que hoy está operando en el conflicto de las cárceles para generar daño y malestar con el presidente y el gobernador o con los ministros.

-¿Por qué genera tanto rechazo para un sector las prisiones domiciliarias?

-Cuando vos ponés como contraste el derecho de la persona privada de la libertad con el derecho de la víctima se genera un problema porque la víctima te habla desde los muros emocionales. Si claramente han cometido delitos, algunos son aberrantes y generan toda nuestra adhesión al dolor de las víctimas. Pero también es cierto que ese delincuente es un ser humano con lo cual hay que lograr un equilibrio entre el muro emocional y lo que marca la ley. Pero superada la pandemia habrá que ponerse a trabajar seriamente para poder superar este problema.