BEASTIE BOYS STORY 6 puntos

Estados Unidos, 2020

Dirección y guion: Spike Jonze.

Guion: Spike Jonze, Adam Horovitz y Mike Diamond.

Duración: 120 minutos.

Estreno exclusivo en la plataforma Apple TV+

Largamente esperada por sus seguidores y lanzada directamente en la plataforma de streaming de Apple (su estreno en salas de cine en los Estados Unidos quedó anulado por la situación actual), Beastie Boys Story es, en esencia, una compañera audiovisual de Beastie Boys Book, el lujoso libro de textos e imágenes publicado por la banda hace un par de años. En ese sentido, es casi imposible definir el proyecto del realizador Spike Jonze como una película en un sentido estricto. Conceptualmente y en la práctica, se trata de un registro –retocado en montaje con agregados y el siempre útil recurso de la eliminación de elementos superfluos– de una serie de presentaciones que Adam Horovitz y Michael Diamond (los músicos y raperos Ad-Rock y Mike D, desde luego) realizaron el año pasado a lo largo de tres noches en el Kings Theater de Brooklyn. Un recorrido cronológico de la carrera del trío de hip hop, hardcore y otras yerbas a través de los años, contado por ellos mismos como si se tratara de una autobiografía en vivo.

De esa manera, el extenso monólogo de a dos, acompañado por una profusa cantidad de fragmentos de videoclips, entrevistas y fotografías, en algunos casos inéditas, describe la prehistoria y el origen de B. B., sus primeros años en la escena under, el batacazo del primer álbum, License to Ill, la caída en desgracia posterior y el renacimiento a comienzos de los 90 con la seguidilla de dos discos magistrales: Check Your Head y Ill Communication. Las referencias musicales ocupan una parte importante de los primeros minutos, mientras los dos exintegrantes vivos del trío (Adam Yauch, alias MCA, falleció en 2012 víctima del cáncer) recuerdan la influencia temprana del eclecticismo de una banda como Bad Brains y dejan escuchar en los parlantes del teatro un sampleo del álbum debut de The Jimmy Castor Bunch. En la enorme sala, repleta de fans, cada comentario ingenioso, serio o gracioso es aplaudido a rabiar, como corresponde a una reunión con algo de misa religiosa.

El recuerdo de quien podría haber sido la cuarta pata de la banda, una chica llamada Kate Schellenbach –quien sería “eliminada” ante la inminencia de la grabación del primer disco–, los protagonistas de la velada reconocen que el “Beastie” del nombre es un acrónimo de “Boys Entering Anarchistic States Towards Inner Excellence” (algo así como Muchachos entrando en estados anárquicos hacia una excelencia interior). El dato es la ocasión ideal para hacer un par de bromas, aunque ello es seguido de inmediato por un mea culpa ante el recuerdo de haber dejado afuera a Kate, quien seguiría su carrera musical como la baterista de Luscious Jackson. Ese cambio de ritmos y tonos continuará durante gran parte del “documental”, que por momentos se asemeja a una particular encarnación del stand-up mientras que, en otros, adquiere un tufillo a charla inspiracional (y definitivamente autorreferencial).

Más allá de la división en capítulos, presentados literalmente en la enorme pantalla detrás de Mike D y Ad-Rock, el guion de la conversación es leído por ambos desde un teleprompter que Spike Jonze –amigo de la banda desde tiempos remotos y responsable de muchos de sus videoclips, entre ellos el de "Sabotage"– nunca oculta. Más bien todo lo contrario, lo cual termina generando una extraña mezcla de texto oficial con salpicaduras de frescura. En cierto momento, cuando la rutina de la primera gira profesional es descripta con lujo de detalles –con su repetición sobre los escenarios de su primer hit, "Fight For Your Right (To Party)"– confiesan que fue entonces que cayeron en la cuenta de que la discográfica Def Jam quería transformarlos en “una versión de rap cartoonesco de una banda metalera de los 80”. Y allí llega el pase de factura hacia los jefe de la grabadora, Rick Rubin y Russell Simmons, el recuerdo de los años de vacío y el intento por regresar, reinventados, con un segundo disco que no le interesaría a casi nadie. 

Luego, el resto de la historia de los Beastie Boys: la independencia artística y comercial, la suma de otros talentos en el estudio, la reluciente popularidad y prestigio, la búsqueda filosófica de Yauch, cuyo recuerdo hace que la voz de Ad-Rock se quiebre en más de una ocasión. Beastie Boys Story podrá no ser muy creativa en términos audiovisuales (muchos menos cinematográficos), pero para el fan se transformará sin dudas en un encuentro inolvidable.