0 Quilmes: Rigamonti; Acuña, Sarulyte, Colotto, Orihuela; Ramírez, Maximiliano González, Calello, Da Campo; Andrada, Benegas. DT: Alfredo Grelak.

1 Central: Rodríguez; Salazar, Leguizamón, Pinola, Villagra; Ferrari, Martínez, Musto, Carrizo; Herrera, Ruben. DT: Paolo Montero.

Gol: ST: 43m Camacho (C).

Cambios: ST: 13m Camacho por Ferrari (C), 29m Celeste por Ramírez (Q), 28m Teo Gutiérrez por Herrera (C), 39m Colman por Martínez (C), 40m Negri por Benegas (Q) y 45m Valdez por Da Campo (Q).

Arbitro: Mariano González

Cancha: Quilmes

 

Central le ganó a Quilmes de la forma que Paolo Montero no se lo había propuesto. Porque el canaya encontró superioridad una vez que el entrenador dejó a un lado sus mezquindades tácticas y armó el equipo con prioridad en el juego ofensivo. Fue así, cuando había mayoría de jugadores con vocación de ataque, que el equipo encontró comodidad con la pelota, se plantó en campo rival y en su persistencia por la búsqueda llegó el necesario triunfo, en un cabezazo de Camacho, a minutos del final, tras un tiro de esquina. Central ganó un partido discreto, ante un rival de mínimas cualidades y a pesar de algunos bajos rendimientos, como los de Federico Carrizo y Germán Herrera.

  Como lo había pensando Montero, el partido estaba destinado al empate. Porque Quilmes no tiene aptitudes para soñar con un triunfo y Central no se animaba a soltar arriba a sus mejores jugadores. El local pelea por la permanencia y se nota. Carece de jerarquía, no se destacan ninguno de sus futbolistas y parece no haber apuesta táctica en el cervecero que pueda animar al equipo. Mientras que Central tiene lo mejor en ataque pero a su técnico le importa defender.

  Es por eso que el primer tiempo se fue sin emociones. Un remate de Carrizo a las manos del arquero, otro intento fallido de Martínez y un disparo alto de Ramírez, todo lo que se vio. No se entendió por qué jugó Herrera por Teo Gutiérrez, Carrizo parece estar en proceso de adaptación, y entonces todo lo importante quedaba en los pies de Martínez y Musto, jugadores que no tienen hábito de participar en la búsqueda del gol.

  Pero algo cambió en el segundo tiempo. En verdad, el primer cambio se notó con el ingreso de Camacho por Ferrari. Desde entonces el canaya fue más punzante en sus avances, empujado por el volante uruguayo y Ruben, y el partido se disputó en el marco de un claro dominio canaya, a pesar de no generar acciones de gol.

  Porque las mejores oportunidades estuvieron para Quilmes, de contragolpe, aunque todas  las corridas fallaron en el último pase. Primero erró Andrada, después Da Campo. Central se encontró firme en defensa, incluso cuando retrocedía de urgencia, en un partido donde por entonces sacaba un ataque por minuto, sin tener mucha precisión.

  El mérito de los canayas estuvo en la persistencia para buscar ganar una vez que estaban Camacho y Teo Gutiérrez en cancha, y en la acción menos pensada llegó la diferencia. Camacho cabeceó del pique al suelo, cruzado, un tiro de esquina y anotó el gol del triunfo a dos minutos del final. Por dominio, Central mereció ganar. Por juego, las dudas quedan abiertas. Porque el equipo aún no sabe bien para qué quiere la pelota y menos aún tiene lucidez para dejar a Ruben frente al arco. Pero como el rival era Quilmes, anoche le alcanzó con su perseverancia para ganar el primer partido del año.