La Dirección General de Aduanas reactivará dos mecanismos clave para combatir la evasión fiscal, que a la vez permitirán prevenir mecanismos utilizados habitualmente para la fuga de divisas a través del comercio exterior. Las nuevas normas que dispondrá la AFIP fortalecerán el área encargada de fijar y monitorear los precios de referencia para las importaciones y exportaciones, permitiendo un mayor control sobre las maniobras de sobrefacturación en las compras y subfacturación en las ventas al exterior.

El área que cumple estas funciones dentro de la Dirección General de Aduanas había sido desarticulada por el macrismo, como parte de su política de apertura y desregulación indiscriminada del comercio exterior. La actual titular de la DGA, Silvia Traverso, incorporó al reordenamiento del área para garantizar la celeridad de las operaciones de comercio exterior en el marco de la emergencia sanitaria, la revitalización de sectores fundamentales de protección a la industria nacional y el empleo, según señalaron fuentes oficiales. Dicha tarea incluyó la recuperación para el área específica de funcionarios especializados en fiscalización aduanera que habían sido desplazados durante la gestión macrista.

El gobierno de Cambiemos eliminó los precios mínimos y de referencia fijados por la Aduana para las exportaciones. En diciembre de 2015 había más de 1100 productos específicos con valores referenciales. Hoy no existe ninguno, ya que la Resolución 4161 de la AFIP de noviembre de 2017 derogó definitivamente la normativa. Además, en el transcurso de los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri se redujo en un 20% la cantidad de mercadería específica con “valores criterio”, al pasar de 24.000 productos a unos 19 mil. Lo mismo pasó con las posiciones arancelarias, que se redujeron en ese mismo período en un 25 por ciento. Además de reducir su alcance, el gobierno anterior no actualizó los valores criterio perdiendo así efectividad para controlar las importaciones. 

A través de la subfacturación de importaciones, se evade el pago de impuestos. La sobrefacturación, a su vez, es un mecanismo de acceder a la compra de dólares a precio oficial mayorista con otros destinos. La falta de controles hacía, de este modo, la vista gorda para la evasión y los delitos cambiarios vía contrabando.

A partir de la puesta en vigencia de los nuevos instrumentos, la Aduana volverá a fijar “valores criterio” para las importaciones y exportaciones, con el objetivo de limitar las maniobras de subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones. Por intermedio de las primeras, se elude el ingreso al país de parte de las divisas resultantes y se tributa sobre un valor menor. Por las maniobras sobre las importaciones, se giran al exterior divisas que exceden el valor de la compra, eludiendo así las restricciones existentes para otro tipo de transferencias.

Técnicamente, se trata de maniobras de contrabando, con perjuicio para el fisco lo cual constituye evasión. Por otra parte, es fuga ilegal de divisas, lo cual pesa negativamente en un aspecto tan sensible para el país como el balance de divisas, burlando las restricciones existentes. Pero también hay un perjuicio para la producción y el empleo cuando estas maniobras encubren el ingreso sin control de importaciones que compiten con ventajas ilegales en el mercado interno. La medida de reactivación de estos controles, dispuesta por la AFIP por resolución firmada por Mercedes Marcó del Pont, cuenta con el respaldo de cámaras empresarias y está coordinada con el Ministerio de Desarrollo Productivo, incluso en la definición de los nuevos valores criterio de importación y su alcance (el listado de productos incluidos y su ampliación).