El periodista y autor teatral Walter Operto (San Mariano, provincia de Santa Fe, 1937) recordó ayer en una entrevista el almacén de ramos generales de su localidad natal: un pueblo "de siete cuadras de ancho y siete de largo, cerca de las estancias del premio Nobel de la Paz, Carlos Saavedra Lamas". "Ramos generales" es precisamente el nombre de la editorial que acaba de fundar Operto con sus colaboradores en Rosario.

En dos semanas va a salir de imprenta el primer libro de Ediciones Ramos Generales, editado por la Fundación Cultural La Nave, con diseño de Adriana Lasala. Es la novela El pasajero del sueño, de María Angélica Scotti. Novela en gran parte epistolar, El pasajero del sueño está ambientada en 1930 y narrada desde la perspectiva femenina de una joven egresada de Letras. Cuenta su educación sentimental junto a un antropólogo aventurero, con quien viaja desde Buenos Aires hasta una isla del Pacífico para hacer trabajo de campo con los nativos y develar el enigma de un “Soñador”, especie de héroe mítico de la comunidad.

Está en preparación Teatro de la memoria, que reúne siete obras estrenadas y reconocidas de Walter Operto. Luego saldrá una Antología personal del poeta Jorge Isaías. Y este primer tramo del catálogo se completa con una compilación de 23 reportajes por José Moset: Protagonistas y antagonistas del teatro en Rosario.

Al igual que la Fundación Cultural la Nave (donde se enmarca la propuesta), el nuevo sello tendrá sus oficinas en el Teatro Odiseo (San Lorenzo 1329). Cuenta Operto que esto queda en un primer piso, a apenas treinta metros de la otra sala independiente que dirige: La Nave (San Lorenzo 1383). La editorial, según su fundador, buscará "construir un catálogo con algún rigor" y estará abierta a propuestas en todos los géneros, con un interés especial en el periodismo; también en el teatro y en la poesía del Litoral. "El género periodístico me interesa mucho para discutir quiénes somos. Le queremos dar espacio al pensamiento", afirma. Agrega que también saldrán libros de cuentos y novelas; otro de los "ramos" del nuevo sello será el dibujo, las bellas artes.

Operto pilotea La Nave, antes Sala Astral, desde hace 18 años; le gusta definir este emblemático espacio como "un lugar de encuentro" y lo recuerda desde mucho antes como el escenario de sus primeros contactos con el teatro. A partir de tiempos más recientes gestiona, con Federico Fernández Moreno y su hija Natalia Operto, el teatro Odiseo. Allí "se hace teatro, danza y hay talleres de formación, con 8 o 10 docentes, y hemos sumado la idea de la editorial". Suena casi inverosímil. ¿Cómo logra dirigir dos teatros, una Fundación, y ahora una editorial, y todo esto a sus más de 80 años? "Con gente joven que pone el hombro a diario", explica el autor de La Bicicleta (obra estrenada en 1968, y el primero de los siete textos que reúne en su próximo libro).

Operto se piensa más como dramaturgo que como director. "Cuando comencé a hacer teatro estaban definidos los roles: el autor escribía, el director dirigía y el actor actuaba. Después los directores empezaron con las creaciones colectivas y los autores fuimos un poco echados al río. Hoy ha vuelto el texto", se reivindica. "Teatro de la memoria" reúne  siete obras de teatro político. Todas fueron estrenadas, una de ellas está aún en cartel, y su autor las define como "señales de la resistencia cultural en los años '70". Evoca con dolor "la dictadura y la utopía, ese choque violento y genocida con gente que soñaba un mundo mejor y la dictadura la destruyó". Por supuesto que su categoría histórica de "dictadura" abarca los tiempos de Onganía, a mediados y fines de los años '60, cuando "a partir de la revolución cubana se extendió entre las juventudes latinoamericanas el mismo sueño, y luego aparecieron las dictaduras militares como respuesta", recuerda Operto, quien fue compañero de proyecto cultural nada menos que de Rodolfo Walsh.

"Mi primer estreno fue en Buenos Aires, donde trabajaba como periodista: La bicicleta, en 1968. Uno o dos años más tarde Jaime Kogan funda el Teatro Payró, que practicaba una resistencia cultural desde los recitales y el teatro. Allí se puso en cartel Viet rock, de Megan Terry, que expresaba una mirada crítica sobre la guerra de Vietnam. Jaime Kogan entonces decidió buscar un repertorio de teatro nacional político y me invitó a construir un repertorio de teatro político, con Alberto Adellach (que murió en el exilio), Ricardo Monti [autor de Maratón], Rodolfo Walsh y yo. Rodolfo en ese taller comenzó a escribir la versión teatral de Operación masacre; Monti produjo la obra que después se llamó Historia tendenciosa de la clase media (empezó teniendo un título más largo, quedó ese), y Adellach, el más vanguardista, no llegó a concluir una obra sino que hacía caminar actores sobre el escenario que charlaban del país y del mundo". 

"La triple A [organización terrorista de ultraderecha] puso una bomba en el Payró y no llegué a estrenar allí lo que había empezado a escribir: Ceremonia al pie del Obelisco, que se estrenó con dirección de Raúl Serrano. El escenario fue el del Melchor Romero, un hospital psiquiátrico. La obra cuenta la historia argentina desde la creación del Obelisco hasta la aparición de la guerilla, y es la segunda del libro. Luego vienen Después del viento,El pintor de la utopía (sobre un pintor argentino que vive en Cuba y está a favor de la revolución cubana); La ideología, y A mí no me la van a contar. Esta obra está basada en los textos que Armando Discépolo firmaba como 'Mordisquito' y que leyó por radio pidiendo la reelección de Juan Domingo Perón en el '51. El último texto es Alicia Moreau, sueños perdidos. La estoy haciendo desde hace dos años. Alicia Moreau de Justo vivió 101 años y fue testigo de un siglo de historia nacional y mundial".