Luis Armando Espinoza está desaparecido desde el viernes pasado, cuando él y su hermano fueron atacados durante un operativo policial. Mientras la policía tucumana lo busca intensamente, el ministro de Seguridad de la provincia, Claudio Maley, dispuso el pase a disponibilidad de nueve policías de la comisaría de Monteagudo, que estarían implicados en la desaparición del hombre. Al cierre de esta edición eran detenidos junto a un vigía comunal, luego de una serie de allanamientos donde se secuestraron autos, celulares y ropa. Los diez fueron imputados por el delito de desaparición forzada de persona.

Página/12 pudo saber que el Ministerio de Seguridad de la Nación está siguiendo el caso y recavando información con las autoridades provinciales. "Están buscando un cuerpo, ofrecimos cooperación técnica para la búsqueda al gobierno provincial, estamos preocupados por el tema y lo estamos siguiendo", dijo a este diario una alta fuente oficial. 

Anoche en uno de los peritajes fue encontrada sangre en la camioneta de la policía en la que --según los vecinos- cargaron el cuerpo de Espinoza, las manchas encontradas reaccionaron al reactivo luminol. Si la cantidad es suficiente harán un cotejo de ADN, según reveló la periodista Mariana Romero, quien publicó la primera denuncia de la familia. "La policía lo llevó y lo tiró en otro lado", gritaba su madre Gladys Herrera durante uno de los operativos, con helicópteros y drones. Durante toda la jornada continuaron los rastrillajes, con 200 policías de la Brigada de Investigaciones, pero no hay un solo rastro de Espinoza.

"Luis no está con vida, su familia lo sabe, se crió en el campo, conoce perfectamente la zona, jamás se perdería, le tuvo que pasar algo para desaparecer. La versión sigue creciendo porque un testigo clave, que es su hermano, vio a los policías irse hacia su hermano y se escuchó un tiro, esto los hace responsables ahí no había nadie más", dijo a Página12 Cinthia Campos, abogada de la familia. "Pensamos que fue una herida de muerte, se encontraron manchas pardo-rojizas, los perros marcaron que Luis desapareció desde ese manchón. Vecinos de la zona vieron una camioneta a alta velocidad partir de ahí, y presumimos que los policías hicieron desaparecer el cuerpo. Pensaron que lo arrojaron al dique El Embalse, ahí no lo encontraron, por eso una segunda hipótesis es que lo sacaron de esta jurisdicción", agregó la letrada.

La familia de Luis Armando Espinoza --un trabajador rural de 31 años, oriundo de Melcho, casado con seis hijos-- lo busca con desesperación desde el sábado, cuando su madre denunció en la comisaría de Monteagudo, Simoca, que el viernes salió de su casa de la localidad de Rodeo Grande cerca de las 14 con destino al Paraje Melcho, pero nunca regresó. Ese día la policía realizó un procedimiento en una carrera de caballos en horas de la siesta, y la dispersó a los tiros.

Luis Armando y Juan Antonio Espinoza no habrían participado de la carrera, pero se toparon con los agentes en el camino y habrían sido atacados. Según reconstruyó Romero desde el lugar, cuando la policía venía persiguiendo a los de la carrera de caballos, lo agarraron a Juan Antonio. Cuenta él que lo golpearon, tiene heridas en la cabeza, el pecho y los brazos. Escuchó la voz de su hermano Luis que se acercó a los policías y les gritó que dejen de pegarle a su hermano. Juan Antonio alcanzó a verlo cuando la policía se le fue encima. Entonces, recibió un golpe fuerte, escuchó un tiro que cree que recibió su hermano, y se desmayó. Cuando lugareños y familiares se acercaron a asistirlo, les dijo que alcanzó a ver que agarraban a Luis. 

Los lugareños afirman haber hallado rastros de sangre, dicen haber visto una camioneta que sería propiedad de uno de los oficiales de la zona, y temen que lo hayan tirado al dique El Frontal, según difundió Romero en Los Primeros TV. "La huella sale del monte hacia un camino de tierra y desaparece. Por ahí anduvo una camioneta Kangoo gris, de uno de los policías. La hermana de Luis llega a ver la camioneta irse a toda velocidad, pero no alcanza a ver si el hombre va adentro. No la dejan pasar", escribió Romero. 

"Los familiares de Luis tenían la esperanza de que estuviera herido, confundido y siguen gritando y buscándolo. Hasta que alguien llega con la noticia de que su caballo llegó a su casa solo. Van a preguntar si está detenido, les dicen que no. Tampoco está herido en ningún hospital. Nadie sabe nada de él. Se pasan la noche buscándolo. Al día siguiente, lo mismo. Peinan el monte donde crecieron pero no hay rastros", agregó la periodista.

El domingo pasado, un grupo de familiares y vecinos de Espinoza realizaron una protesta y corte de ruta en la zona de Monteagudo, acusando directamente a la policía. "Juan se cayó del caballo. Vinieron los policías y comenzaron a golpearlo. Luis, que observó la escena, fue en su ayuda. También le pegaron. Juan escuchó unos tiros y después vio cómo se lo llevaban a un monte, y no supo nada más de él. Juan les preguntó qué había sido de Luis, y le dijeron que se había escondido entre la vegetación", contó a La Gaceta Lorena Espinoza, hermana de ambos. A pesar de que los policías dieron otro relato sobre los hechos, al declarar que llegaron porque se estaba violando la cuarentena y que los asistentes de la carrera cuadrera generaron incidentes por lo cual hicieron tiros al aire para dispersarlos, la fiscal Mónica García de Targa pidió la detención de los uniformados.

“En el marco de las medidas que se toman para esclarecer lo ocurrido, el lunes firmamos el pase a disponibilidad de estos empleados policiales con el objetivo de brindar la mayor transparencia y objetividad posible a la investigación y búsqueda que la fuerza lleva a cabo”, explicó el Jefe de Policía, Manuel Bernachi. Detalló que “se trata de una situación administrativa que busca evitar cualquier involucramiento indebido en la causa y por eso estos efectivos deben estar alejados de las dependencias policiales mientras tanto. Además, se dio intervención a la Dirección de Asuntos Internos”. Actualmente, el Secretario de Seguridad Luis Ibáñez supervisa las tareas realizadas por personal policial de la Comisaría de Monteagudo para encontrar o localizar indicios del paradero de Luis Armando Espinoza.

La causa está caratulada como "presunta desaparición de persona", y la investigación está a cargo de la Fiscalía I del Centro Judicial de Monteros que secuestró las armas de los policías sospechados. Ante la consulta sobre si podría tratarse de una desaparición forzada, el secretario de Seguridad respondió que "no". Los policías de Tucumán Claudio Zelaya y Eduardo González Rojas, involucrados en la desaparición de Espinoza, están implicados en el asesinato de Alan Andrada, quien en 2018 fue detenido y brutalmente golpeado en la comisaría de Simoca, y murió días después por una hemorragia producida por esos golpes.