A horas de que se termine el plazo formal para negociar con los acreedores --aunque en la práctica se extenderán más allá de este viernes--, el vocero del Fondo Monetario, Gerry Rice, consideró que un acuerdo "aún puede ser alcanzado" y exhortó a continuar con las conversaciones. En su conferencia semanal, el portavoz del organismo agregó que en las negociaciones entre el equipo económico que lidera el ministro Martín Guzmán y el staff del Fondo buscan "encontrar un acuerdo para establecer un camino sostenible en el futuro”, utilizando las mismas referencias que el Gobierno argentino respecto al objetivo de estas reestructuraciones de deuda. “No vamos a someter a la Argentina a nuevos compromisos que no podamos cumplir”, dijo a su vez el presidente Alberto Fernández durante un acto en la Escuela del Centenario de la ciudad de Santiago del Estero.

Este viernes vencen la prórroga de los tres bonos que no se pagaron hace un mes y que son parte del menú canjeable. Si hay acercamiento entre las partes y un compromiso de continuar con las negociaciones, las partes se tomarían diez días más para afinar una solución sustentable. “Las negociaciones son un tema bilateral”, reiteró hoy el vocero del organismo multilateral al insistir en la no intervención del Fondo. Desde el comienzo de las negociaciones, el FMI se mantuvo al margen del conflicto, pero también remarcó, tal como sostiene el gobierno argentino, que un pago como el que pretendían los acreedores no era sostenible para el país.

Si bien no puede haber un posicionamiento directo del organismo, las palabras utilizadas, el momento y el mensaje a las partes para seguir conversando por parte de Rice son un claro mensaje. En las últimas horas, cuando la preocupación de un default en cadena de varios países asusta más que la posibilidad de sufrir los efectos de esa cesación en la Argentina por no aceptar una mayor quita de sus ganancias. Es por eso que el fondo de inversión más grande de Wall Street y el mayor tenedor de deuda argentina, Blackrock, fue variando en su posicionamiento en toda la gama de posibilidades.

Quien parece ser el que marcará del lado privado el compás de la negociación, comenzó con una postura dura, amenazando a los funcionarios argentinos y ofreciendo un canje de la deuda en virtual default por un esquema igualmente especulativo. Después pasó a integrar la troika de clubes ad-hoc de tenedores de deuda, que tienen una posición más razonable para negociar y hace unas horas fue el propio Blackrock el que deslizó, a través de medios de la talla del Wall Street Journal, que había que estar dispuesto a aceptar un mayor nivel de quita de valor presente de la deuda.

El gigante de Nueva York exigía que se les asegure un valor presente de 70 dólares por cada 100 y ahora estaría dispuesto, según trascendidos que el propio lobby financiero busca acercar, entre 50 y 55 por ciento. La oferta oficial era de 35-40 dólares por cada 100 de valor presente. Desde Economía insisten en que se están acercando posiciones y descartan que eso alcanza para que el fantasma del default no sea un problema.

“Leo en los diarios que corremos el peligro de caer en default mañana y yo me preguntó por qué mienten así. Si estamos en default desde hace meses, desde antes de diciembre que estamos en default, sólo que no lo escriben, sólo que lo ocultan”, aseguró el presidente Fernández. El peligro de una cesación de pagos es que el hecho de que no se reciba este viernes el pago de los 503 millones de dólares de intereses de los bonos que debieron abonarse el 22 de abril dispare el pedido de aceleramiento de todos los vencimientos de toda la deuda. 

En Economía dan por sentado que, como los principales tenedores son los que están negociando, si se avanza en la discusión ese escenario no sucedería. En los hechos, tal como indicó el Presidente, las consecuencias son las mismas: no se pagará deuda durante la negociación, plazo en el cual la Argentina tampoco tomará crédito internacional. Es por eso que la apuesta oficial es atizar el mercado local en pesos para obtener financiamiento.

Consultado por el estado de la relación entre el país y el Fondo, Rice negó la posibilidad de gestionar un nuevo programa. “Hasta ahora, no comenzamos ninguna negociación para ningún acuerdo con la Argentina”, precisó. "El pedido argentino, que respetamos completamente, fue primero la realización de una consulta bajo el marco del artículo IV” de monitoreo de variables macroeconómicas de los países miembro, aseguró el vocero del organismo.