El 21 de marzo, luego de un largo año de preparativos, Matías Andino (39) y Mariana Aguiliano (29) tenían planificado celebrar su casamiento en Mar del Plata, con una gran fiesta para 300 personas. Estaba todo pensado: como la mayoría de los invitados viajaría desde Buenos Aires, la pareja había elegido el fin de semana largo de marzo para que pudieran despedir el verano juntos disfrutando de la ciudad balnearia. Cuatro días después de la boda, los recién casados embarcarían en un vuelo hacia China para disfrutar de su luna de miel. “No teníamos miedo del coronavirus porque los médicos con los que hablábamos nos decían que no era tan grave. Lo que sí nos habían advertido es que nos aseguráramos de ir a ciudades que tuvieran un buen sistema de salud”, contó Matías.

“Un mes antes del casamiento el tema coronavirus ya empezaba a crecer en el mundo. Pero acá todavía no había nada, así que decidimos seguir adelante”, recordó Matías desde la casa en Mar del Plata que comparte con Mariana, su novia hace 7 años. Cuando faltaba apenas una semana para la boda, recibieron una llamada de los dueños del salón que habían alquilado para la fiesta: “Nos dijeron que había salido una orden de Provincia que prohibía todos los eventos multitudinarios, así que no tuvimos mucha opción”, lamentó. Por el mismo motivo, en el Registro Civil les comunicaron que solo se aceptaría la presencia de la pareja, los testigos y un fotógrafo, así que también optaron por suspender la unión legal.

“Yo me decepcioné bastante porque es triste organizar algo y tener que postergar. Pero bueno, no dependía de nosotros y tampoco queríamos que casarnos sea un riesgo para los invitados, así que dentro de todo me lo tomé bien. Para mi cuasi esposa, en cambio, fue una tragedia. Ella estaba mucho más comprometida con todos los detalles. Que se caiga así, tan cerca de la fecha, fue un golpe muy duro”, admitió.

A pesar de la decepción, Matías rescata “la buena onda que le pusieron todos los proveedores”. “Los del salón fueron muy macanudos porque primero les pedimos reprogramar para octubre y esta semana, como vimos que el panorama sigue complicado, les volvimos a pedir la reprogramación para marzo sin problemas”, celebró. Con el resto de los servicios, corrió la misma suerte: “Todos me cambiaron de fecha. Lo único que va a variar un poco es el precio del catering, que aumentará de acuerdo a la inflación del país”.

Lo que aún queda por definir, lamentó la pareja, es la luna de miel. “Estamos complicados porque hasta ahora los de la empresa Al Mundo no nos devolvieron la plata y solo nos ofrecen reprogramar para antes de fin de año”, denunció Matías.

La confirmación del destino, explicó, dependerá del acuerdo que les ofrezca la compañía y de la cotización del dólar. “El coronavirus no nos da miedo. Así que vamos a ver si nos devuelven el pasaje en dólares o en pesos. También tenemos que ver qué hacemos en cuanto al dólar, porque no me dan muchas ganas de irme a un lugar donde tenga que pagar en dólares con la cotización a $130”.

El casamiento y la luna de miel, para su pesar, no fueron los únicos planes postergados. “La idea era empezar a buscar un hijo después del casamiento. Pero bueno, con todo esto lo pateamos para el año que viene”, concluyó apenado.