De aquel paisaje desolado que la calle mostraba hace algunas semanas, el escenario del centro se brotó de manifestaciones y demandas, protestas y reclamos de diversos sectores que piden al Estado acciones que les permitan recuperar sus economías. La paralización forzada que impuso la pandemia parece haber acumulado demasiada tensión social, y eso es lo que la calle ha mostrado en las últimas jornadas.

Los reclamos gremiales de más arrastre son los que encarnan los choferes de colectivos nucleados en la UTA -de paro hace más de dos semanas- y los docentes, médicos de salud pública (ayer protagonizaron una nutrida y ruidosa marcha por avenida Pellegrini con destino final al Monumento a la Bandera) y trabajadores estatales que piden por la reapertura urgente de paritarias. Pero en el camino han venido detonando otras situaciones de conflicto de dispar envergadura, pero todas coincidentes en señalar apremios económicos. 

Ayer se sucedieron cuatro reclamos sectoriales. Los médicos representados por Amra encabezaron ayer al caer la tarde un bocinazo de protesta por la situación laboral en la que se perciben hostilizados y mal remunerados. La protesta fue de orden nacional y en Rosario se escuchó en calles céntricas. "El estado y patrones privados recurren a la precarización y al acoso laboral como relación, y la discriminación de los vecinos para quienes estamos afecdtados a la atención del covid-19. Todo por un magro salario", acusó un comunicado gremial. Amra Santa Fe insiste con reclamar el incentivo mensual de 5000 pesos para profesionales excluidos de ese beneficio por no atender directamente pacientes con covid-19".

Los trabajadores de la Dirección provincial del Sistema de Emergencias y Traslados, que están a cargo de coordinar y realizar los hisopados domiciliarios desde que comenzó la pandemia del coronavirus, se declararon en alerta por falta de pago de salarios y ayer volcaron su malestar en la explanada del Cemar para advertir que si en las próximas horas el Ministerio de Salud provincial no se pone al día con ellos, dejarían de realizar diagnósticos para detectar nuevos casos de covid-19 en Rosario. "La función que hacemos nosotros es recibir la lista de casos sospechosos del 0800 y hacemos un seguimiento del paciente y coordinamos una fecha para hacer el hisopado en el domicilio", explicó Daniela López, delegada de ATE en el Sies Rosario. Sostienen el reclamo medio centenar de trabajadores, entre telefonistas, choferes, enfermeros y administrativos que se desempeñan en el centro médico de San Luis y Moreno. "La mitad son monotributistas convocados por la emergencia sanitaria y no tienen otro ingreso. No queremos dejar de hacer el hisopado domiciliario, sabemos que es importante, pero queremos cobrar nuestro sueldo", expuso a radio Sí 98.9.

Otro grupo de reclamantes acudió a la convocatoria de la Red de Trabajadores Precarizados e Informales, que organizó una marcha desde Pellegrini y Mitre hasta Tribunales, para pronunciarse contra despidos, suspensiones laborales, recortes de haberes y otras calamidades que afectan al sector más frágil de los que sostienen algún empleo. Precisamente, por tener acreditado de alguna manera un ingreso es que no califican para recibir el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), aunque lo merezcan sobradamente. Es el caso de los repartidores de las app de delivery, los telemarketers, docentes reemplazantes, y empleados de fast food entre otros rubros. Marcharon por Pellegrini con carteles, banderas, pero también barbijos y a la distancia sanitaria requerida.

Cuyén Peretta, contratada precariamente por la municipalidad de Rosario y de Rappi señaló: "La cuarentena hizo que nuestras condiciones empeoren y muchos quedemos sin trabajo. Hoy salimos a la calle como parte del paro y movilización de la Asamblea Nacional de Trabajadores de Reparto, porque los que trabajamos en las aplicaciones no sólo estamos expuestos al coronavirus, sino que nuestros sueldos son una miseria, no tenemos ART, ningún derecho laboral, ni nadie nos representa",resumió.

En este colectivo se cuenta la agonía de los docentes reemplazantes del sistema educativo provincial. Sin clases no trabajan y, por lo tanto, no tienen chance de ningún ingreso, pero como están inscriptos en el sistema aunque no son titulares, tampoco pueden aspirar a cobrar el IFE.  "Nuestra pelea es por un salario de emergencia de 30 mil pesos. La plata para financiar eso, está. Hay que sacarla de un impuesto que se les cobre a los grandes empresarios y a los bancos. No puede ser que ellos sigan ganando fortunas y que la Anses le paga los sueldos a sus gerentes, mientras nosotros pasamos hambre”, recriminó la maestra Tamara Cañizalez en el palacio judicial, al término de la marcha. En Tribunales también se han hecho sentir abogados autoconvocados que piden en vano a la Corte que restablezca el servicio de justicia.

Quien hubiera querido recorrer el tour de la protesta ayer en Rosario habría dejado a los precarizados en Tribunales para trasladarse hasta Rioja y España, frente a la sede de la Asociación Odontológica Rosario. Allí coparon la esquina una buena concurrencia de odontólogos, movilizados para que se los considere sujetos de una profesión de riesgo y se les rehabilite la atención en consultorio, con los recaudos necesarios que exija el protocolo sanitario. Por cierto en su marcha hasta el Colegio profesional, en 9 de Julio al 1700, todos y todas caminaron con sus delantales, barbijos, máscaras y gafas de seguridad.

"Los odontólogos hoy llevamos casi 70 días sin trabajar, sin respuestas de las organizaciones intermedias como el Colegio y la Asociación Odontológica. Por eso marchamos como nunca antes lo habíamos hecho. Pedimos contención, no sabemos qué firmó el Colegio en nuestro nombre ante la emergencia por el coronavirus. Es que no hemos sido incluidos en ninguna fase de la flexibilización de cuarentena, y no sabemos cómo hacer para mantener a nuestras familias", planteó Norma Cáceres en nombre de los profesionales de la salud bucal.  

En la fila de reclamos también se han contado taxistas, dueños de gimnasios, de salones de fiestas, abogados, comerciantes del microcentro y gastronómicos. Este sector le propuso el jueves a Pablo Javkin un protocolo para intentar una reapertura gradual de bares y restaurantes para los próximos días. El intendente se hizo eco y accedió a evaluarlo en firme. La propuesta es abrir a partir del 8 de junio, con determinadas restricciones y requisitos sanitarios.

Sin bombos pero con carta, la Federación de Centros Comerciales de Santa Fe le pidió a Omar Perotti por una mayor apertura del aislamiento. "La evolución sanitaria es satisfactoria y demuestra que respetando las normas de higiene y prevención se puede avanzar en la reapertura de actividades sin poner en riesgo la salud de nadie", expresaron.