No es la primera vez (ni será la última) que el himno soul y psicodélico de los Chambers Brothers, “Time Has Come Today” es utilizado en una banda de sonido cinematográfica. Hal Ashby dejó que los once minutos del tema suenen en su totalidad en una escena climática de Regreso sin gloria y Brian de Palma introdujo varias estrofas en Pecados de guerra. Dos películas reconocidas por el gran público que, entre muchas otras, echaron mano al hoy algo olvidado hit de 1968. No casualmente, ambas tienen como cuestión central la Guerra de Vietnam y, en particular, sus consecuencias en los soldados estadounidenses. 

El tráiler del nuevo joint de Spike Lee, presentado en sociedad hace apenas un par de semanas, vuelve a entrelazar la cadencia variable de esa canción para acompañar un intenso montaje de imágenes y sonidos. Y de manera temáticamente consciente: 5 sangres describe el regreso de un cuarteto de exmarines afroamericanos al país asiático, cinco décadas después del final del conflicto bélico. La excusa (el plan) no es otro que desenterrar un pequeño tesoro en lingotes de oro escondidos en plena jungla, aunque más allá del objetivo monetario hay otra razón para la visita a Vietnam: homenajear a “Stormin’” Norman (Chadwick Boseman), el quinto integrante de una suerte de confradía innombrada, fallecido en el lugar y de quien se afirma, sin dudarlo, que fue el mejor soldado que jamás haya pisado la tierra. 

Delroy Lindo, Isiah Whitlock Jr, Clarke Peters y Norm Lewisson son los protagonistas de un relato veloz, potente y por momentos violento que podría haber disfrutado de un lanzamiento en salas de cine (e incluso de un estreno en cierto festival clase A: este año Lee iba a ser el presidente del jurado oficial de Cannes). La situación actual, sin embargo, ha empujado la oferta directamente a los servidores de Netflix, principal empresa productora del proyecto. Da 5 Bloods desembarcará en esa plataforma, en todo el mundo, el próximo viernes 12, gran oportunidad para compartir la mirada de un cineasta que parece haber reencontrado su mejor forma en tiempos recientes, como lo confirma su película anterior, El infiltrado del KKKan.

El director de Haz lo correcto , Malcolm X y Fi ebre de amor y locura , entre otros títulos, ha estado muy activo durante estos últimos días. No sólo ofreció un puñado de entrevistas a distancia por el lanzamiento de 5 sangres sino que también editó en tiempo récord dos cortometrajes de temática urgente. New York New York utiliza la célebre versión de Frank Sinatra del tema de John Kander y Fred Ebb –compuesto para el film homónimo de Martin Scorsese– como fondo musical de un retrato de la “ciudad que nunca duerme” durante los tiempos de la pandemia. 

Plazas y parques vacíos, calles desiertas, banderas deshilachadas flameando contra el cielo, el trajín de las ambulancias y los hospitales. Como lo confirman sus últimos planos, el breve film es en el fondo un homenaje a los trabajadores de la salud, los “verdaderos héroes” de la coyuntura, como reza una pancarta escrita de puño y letra por un habitante de la ciudad. 

De apenas un minuto y medio de duración y publicado en la cuenta de Twitter oficial de Lee , 3 Brothers: Radio Raheem, Eric Garner and George Floyd entrelaza las detenciones y muertes reales de Floyd y Garner con una situación similar representada en su película Haz lo correcto, precedidas por una frase admonitoria: “¿Dejará la historia de repetirse a sí misma?” En declaraciones a la prensa hace unos días, el realizador dijo que “estamos viendo esto una y otra vez. Esto es lo que sucede, la muerte de los cuerpos negros. En eso está basado nuestro país”. 

Rodada a comienzos del año pasado, luego de recibir el premio Oscar por el guion de El inflitrado del KKKlan, 5 sangres está vinculada (¿indirectamente?) con esas declaraciones y con las preocupaciones temáticas del grueso de su obra. En cierta escena basada en hechos y personajes reales, una locutora radial en Hanoi, Vietnam del Norte, saluda a los “soul brothers”, los miembros de la Primera División de Infantería, preguntándose –y preguntándoles a ellos, los soldados negros– si es justo que estén sirviendo al país de manera más dedicada que los blancos que los enviaron a luchar. “Nada es más confuso que ser obligado a participar en una guerra y morir sin tener la menor idea de lo que está ocurriendo”, afirma la mujer con vehemencia y tono admonitorio, antes de regalarles a los GIs un tema de rhythm and blues.

 

“Las vidas negras importan”. La frase se escucha y se lee por estos días por razones similares a las que laten en el corazón de 5 sangres, película que utiliza el formato del cine de aventuras (y del bélico) para trazar una nueva radiografía del eje central en la filmografía de Lee: el racismo inherente a la sociedad de su nación, cuyo nacimiento estuvo “basado en el exterminio de los aborígenes y la explotación de los esclavos”, como afirmó hace un par de años en el Festival de Cannes, durante la presentación de El infiltrado del KKKlan

La estructura de su nueva creación es clara: un viaje entre el pasado y la actualidad señalizado formalmente por un cambio en el formato de pantalla. Un cuadrado y fotografía granulosa para las escenas de la contienda bélica, pantalla ancha e imágenes digitales para el presente, todo ello cruzado por fragmentos documentales que incluyen a Muhammad Ali negándose a formar parte del ejército, un discurso de Martin Luther King Jr, la masacre de la Universidad Estatal de Kent y registros del fundador de la República Democrática de Vietnam, Hồ Chí Minh, entre otros flashes de un pasado que no deja de ser relativamente reciente. 

“Nací en un hogar con una gran conciencia social”, afirmó Spike Lee en una reciente entrevista con la revista británica Sight & Sound. “Mis padres se aseguraron de que sus hijos supieran lo que estaba pasando en el mundo. Al crecer en Nueva York podíamos ver las protestas, las marchas; ver a gente como Nixon y Johnson en las noticias. Y a Walter Cronkite presentando las noticias en la CBS. Toda esa gente le mintió al público americano una y otra vez”. 

Más allá de esa “conciencia social” que, inevitablemente, se ha transformado en una de las marcas de su obra, Lee nunca deja de lado las cuestiones formales y el contacto estrecho con la historia del cine. “Estuve en la primera proyección de Apocalipsis Now. Recuerdo que fue un viernes y me tomé el día libre. Existe todo un patrimonio de películas sobre Vietnam. El origen de 5 sangres es un guion escrito por Danny Bilson y Paul DeMeo, que en un primer momento le fue presentado a Oliver Stone. Pero ahora es diferente, luego de coescribirlo junto a Kevin Willmott: originalmente los soldados no eran negros. Crecí mirando películas bélicas y es uno de mis géneros favoritos, en particular las películas sobre la Segunda Guerra Mundial. He hecho una película de guerra antes, Miracle at St. Anna (2008), sobre los Buffalo Soldiers, soldados negros que lucharon en Italia contra los fascistas en Italia y contra los nazis en Alemania. Y tal vez algún día, con suerte, pueda hacer algo sobre la Guerra Civil estadounidense. Así que de allí viene todo. Soy un cinéfilo”.

En el tráiler de 5 sangres, filmada en su totalidad en Vietnam y Tailandia, puede apreciarse una breve escena que transcurre en una discoteca. Detrás de los clientes movedizos en la pista de baile y de la cabina del disc jockey un enorme cartel, escrito en tipografía inconfundible, reza “Apocalypse Now”. Desde luego, se trata de una referencia a la película de Francis Ford Coppola, pero hay más: el lugar es un local bailable real en Saigón que existe en la actualidad y lleva el nombre de la famosa película. Fue allí mismo donde Lee filmó esas escenas. 

Antes de eso, la voz de Marvin Gaye se escucha junto a la selección de imágenes de archivo que levantan el telón de la película. La canción “Inner City Blues”, de su álbum What’s Going On “es sobre los soldados negros que volvían de Vietnam”, continúa Lee en la mencionada entrevista. “Sobre cómo no podían encontrar trabajo o regresaban como adictos a la heroína. Sobre cómo los llamaban asesinos de bebés. Una de las cosas que espero que la gente comprenda es que, en el punto más álgido de la Guerra de Vietnam, los afroamericanos eran el diez por ciento de la población de nuestro país, pero llegaron a ser un tercio de las fuerzas armadas en Vietnam. Nuestro culos negros eran enviados directamente al frente de batalla”. No era algo novedoso y ya había ocurrido con anterioridad, pero Vietnam fue el conflicto donde ese porcentaje se hizo más evidente. 

En un toque de gigantesca ironía, Lee construye a uno de los protagonistas como defensor del gobierno de Donald Trump, protegiendo su cabeza del sol vietnamita con una gorra impresa con la inscripción “Make America Great Again”. En el cine de Lee hay negros y hay blancos, pero en sus mejores películas siempre están presentes varias tonalidades del gris. Como vehemente detractor de Trump, a quien suele llamar despectivamente “Agente Naranja”, Lee destaca con humor un hecho conocido en la biografía del actual POTUS: el haber evitado ir a esa misma guerra en cinco ocasiones diferentes gracias a un diagnóstico falsificado. “¿Cómo puede ser que ese mismo hombre acuse a los afroamericanos de no ser patriotas? Es la última persona que debería llamar a alguien antipatriota, porque no todo el mundo tenía un doctor que le escribiera un diagnóstico falso de espolones óseos para no ir a la guerra”.

El oro de la C.I.A.

Más allá de un par de excepciones y de algunos aciertos y errores, el cine de Spike Lee no se caracteriza por la solemnidad y casi siempre es posible hallar en sus películas un juego directo con el humor o con los géneros populares. En el caso de Da 5 Bloods, las imágenes de helicópteros girando sobre sí mismos en pleno descontrol y los planos de una selva amenazante acercan promesas de acción y aventuras. Y en la mente del cuarteto de veteranos una imagen imborrable: el maletín en el cual descansan, prolijamente ubicados, los lingotes de oro enviados por la C.I.A. que nunca llegaron a su destinatario oficial. Según Lee, “en la película está esa gran tragedia que fue la Guerra de Vietnam, pero también hay un toque de El tesoro de Sierra Madre. Siempre he sido de la idea de que es bueno mezclar las cosas. ¿Por qué deberían ser de una única manera? Así que ahí tenemos además una historia de aventuras. Crecí viendo esas películas en la televisión: El puente sobre el Río Kwai, Los cañones de Navarone y cosas así. Cuando tomamos posesión del guion de inmediato le sumamos ese elemento a lo Sierra Madre. Todos sabemos que los seres humanos reaccionamos ante el oro. El oro cambia a la gente. En fin, hay muchos elementos diferentes en esta película, porque queríamos que fuera entretenida e incluso que pudiera generar algunas risas”.

Definitivamente hay algo épico en el largometraje –cuya duración pisa las dos horas y media de duración–, pero los placeres de la aventura y el suspenso nunca eclipsan las ideas políticas y sociales de Lee. El equilibrio es la clave. Y si El infiltrado del KKKlan, con su sentido de la comicidad abierto y evidente, terminaba con las imágenes reales de la manifestación racista “Unite the Right” de 2017 en Charlottesville, 5 sangres no puede sino estar marcada por las violencias pasadas y presentes. Entrevistado por el New York Times, el coguionista Kevin Willmott dejó en claro su posición sobre esa línea temporal ininterrumpida, reforzando indirectamente la idea central del cortometraje 3 Brothers: ¿dejará la historia de repetirse a sí misma?: “Lo que ha sido realmente consistente en el cine de Spike Lee es la idea de que el pasado no es sólo el pasado, sino que tiene una conexión con el presente. Me parece que él cree que nuestro país ha sido dañado por las películas que reconstruyen la historia con falsedades y que nosotros, especialmente las minorías, tenemos una responsabilidad: decir la verdad tal y cómo la vemos”.