La Justicia imputó y dejó en prisión preventiva a Adrián Bajo, acusado por el intento de femicidio de su expareja, Érica Vanesa Olguín, quien permanece internada con el 70 por ciento del cuerpo quemado, en grave estado. "Tentativa de homicidio doblemente calificado por el vínculo y por femicidio", le imputó el fiscal Adrián Spelta, por videoconferencia, al hombre de 40 años. Según relató frente a la jueza María Isabel Mas Varela, el 3 de junio –cuando se conmemoró el quinto aniversario del grito de Ni Una Menos contra las violencias machistas– "el imputado la agredió físicamente, la golpeó con un objeto contundente en la cabeza, la llevó hacia el baño y la roció con un líquido inflamable. Seguidamente, arrojó un elemento que inició la combustión para así incinerarla", describió Spelta.

La familia de Érica no sale de la angustia. La joven permanecía ayer en estado de salud crítico, internada en el Hospital Provincial, donde está bajo asistencia respiratoria y medicada por las gravísimas heridas provocadas. "Está igual que ayer", dijo Noelia, la hermana de la mujer que estuvo en pareja con Bajo durante cinco años y tenía con él una hija de poco más de dos. Además, es madre de otra nena de 7 (que salió a pedir ayuda ese día) y tres hijos de 13, 18 y 20 años. 

Según se conoció por sus amigas y una evidencia que consta en Tribunales: en enero de 2017 ella lo denunció por violencia de género. "El dijo en la audiencia que no sabía nada de esa denuncia y es mentira, porque la amenazaba para que la levante, sino lo iban a echar del trabajo", aseguró Noelia. Jésica y Rosa, cercanas a la víctima, relataron días atrás lo que venía padeciendo Érica, en relación a la convivencia con el agresor, a quien le pedía que se fuera de la casa porque ya estaban separados y viviendo bajo el mismo techo. 

Spelta dijo ayer que "hay seis testigos presenciales de momentos posteriores (al episodio del que Érica salió gravemente herida) que la ven salir en llamas y la ayudan". En tanto, por los testimonios pudo reconstruir que el agresor "se cambió la campera porque la que tenía se le había quemado". Luego, salió de la casa, "se subió a la moto (con la que se fue y estuvo prófugo durante algunas horas) y antes de irse dijo que la había querido asustar", reconstruyó sobre lo que las propias amigas de la víctima relataron. "Esto lo dijo también en la audiencia, donde declaró y explicó que el susto que le había querido dar era que amagó con irse de la casa que compartían. Esa circunstancia no tiene credibilidad, porque lo mejor que le hubiera pasado a la víctima es que él cumpla con eso, ya que hacía varios meses que estaban viviendo separados, en la misma casa", dijo Spelta sobre el calvario que venía padeciendo la mujer.

El acusado intentó otras coartadas conocidas en episodios de violencia machista. "Dijo que ella se golpeó la cabeza con una puerta y que se lo había colocado voluntariamente (al combustible), que él la quiso apagar; pero eso tampoco se corresponde con los elementos que tenemos. La evidencia más firme es que la golpea, la arrastra al baño y allí la prende fuego", sostuvo el funcionario judicial sobre lo que se pudo evidenciar a 48 horas del hecho que tiene a Érica luchando por su vida. Noelia, que pudo ver la audiencia por Zoom, aseguró que todo lo que dijo el imputado "es mentira". "Dijo que ella se roció con nafta y que fue por la estufa. Cosas que no son así. No queremos que salga", aseguró. 

Los elementos se fueron sumando desde el mediodía del hecho cometido en la vivienda de Levalle al 2300. Anteayer, Rosa, una amiga de la víctima, dijo que tras resultar golpeada y quemada, Erica repetía frente a los vecinos la clave de su celular. Desde Fiscalía consideran que era, "para que puedan acceder a los contactos". En tanto, la amiga cree que fue "para que se pueda escuchar y ver lo que padeció", por lo que también se esperan resultados de las pericias del aparato. En tanto, un vecino declaró que la discusión comenzó la noche anterior, cuando "se escuchó que le dijo que la iba a prender fuego".

La hermana de la mujer recordó anteayer, en diálogo con este diario, un episodio que da cuenta del contexto de violencia. "Ella lo denunció cuando estaba embarazada de la más chiquita (en 2017), porque la agarró de los pelos, la arrastró y le dio una piña en el ojo".