Las organizaciones del sur de la Ciudad de Buenos Aires, en especial de La Boca, advirtieron sobre el incremento de casos en la zona, las condiciones de hacinamiento en las que están los habitantes y la falta de un protocolo específico para ese barrio. La cantidad de casos se duplicó en una semana y pasó de unos 70 a 136. Distintas organizaciones sociales y los comuneros opositores vienen reclamando medidas para atender la particularidad de los conventillos de La Boca. El presidente de la Comuna 4, Ignacio Alvarez, incluso inició un amparo, en una causa en la que fue recusado el juez Darío Reynoso , una forma que eligió usar a menudo el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.

La Boca no entra dentro de los protocolos para villas y asentamientos que elaboró el Gobierno porteño. No obstante, las distintas organizaciones vecinales que trabajan en red y que forman parte del espacio La Boca Resiste y Propone, vienen advirtiendo sobre la particularidad especial de ese barrio, que requeriría de un protocolo específico. De hecho, elaboraron una propuesta entre las distintas organizaciones y destacaron que se trata de una zona que hace años fue declarada en emergencia ambiental y urbanística. "Hay diferencias en cómo viven las familias en los conventillos, donde se comparten barrio y cocina con 35 familias. Nos tendrían que explicar cómo hacen para aislarse en un conventillo", indicó a este diario Natalia Quinto, de La Boca Resiste y Propone.

"Lo que pedimos es que quede claro quiénes son los responsables de la asistencia alimentaria de los hijos e hijas de quienes se tienen que aislar. Hasta ahora, estaban yendo a comedores comunitarios. Las consecuencias de esto la estamos viviendo ahora: hasta hace 4 semanas había cero casos en el barrio. Hoy estamos en 136 casos. Y tenemos conocimiento de 20 positivos más", indicó Quinto.

"Tenemos 270 grupos familiares que están esperando que se le de un cupo para el programa de comedores comunitarios. No se les dio respuesta. Comen en las ollas de las organizaciones. Esto significa que tienen que circular y hacer tres cuadras de cola en el pico de la pandemia. Mientras les pedimos a los vecinos que no salgan, el jefe de Gobierno los invita a salir a correr y a pasear con sus hijos", advirtió la vecina de La Boca.

"Lo que pasa es que Gobierno de la Ciudad no reconoce a La Boca como barrio vulnerable. Está 'en el medio', entonces no lo reconocen y no lo tratan como lo tienen que tratar”, advirtió Juan García Longui, que dirige en La Boca el comedor Camioneritos, del sindicato de Camioneros, que pasó de servir 500 viandas a 1500. “Nosotros venimos avisando el tema de que esta situación iba a explotar como en la 1-11-14; que iba a explotar como en la 31. Lo que pedíamos era prevención. Le pedíamos al Gobierno de la Ciudad prevenir porque no queríamos llegar a pasar lo que ahora estamos viviendo. El viernes 29 de mayo había 70 casos de vecinos infectados por covid-19 y para el viernes 5 de junio tuvimos 136 y en aumento. Es decir, duplicamos los casos de personas contagiadas”, insistió Longui. “El Gobierno de la Ciudad tendría que arrancar la prevención desde el sur, donde se concentrar focos grandes de contagio", advirtió.

Ante la situación en el barrio, la Defensoría del Pueblo porteña está evaluando hacer un relevamiento en el fin de semana. Desde la Junta Comunal, también viene advirtiendo al Gobierno porteño. "Esto no es un problema de 'los pobres que no se cuidan'. No se puede resolver solo con solidaridad social una cuarentena tan larga. Las demandas están creciendo y el Estado tiene que aparecer. Hoy es tan importante poder comer como lavarte las manos. Hacen falta alimentos y productos de higiene. No se puede abandonar a su suerte al sur de la Ciudad", afirmó Verónica Tenaglia, comunera del Frente de Todos.

Mientras crecían los reclamos vecinales, el jefe de la Comuna 4, Ignacio Alvarez --también del Frente de Todos-- inició un amparo por la situación de la comuna. El caso testigo fue el de una madre contagiada de covid-19  cuyo hijo adolescente necesitaba asistencia alimentaria. En esa causa, el Gobierno porteño respondió que iba a aplicar un protocolo, pero solo para el asentamiento Lamadrid --donde vive el joven--, no para toda La Boca.

Como la causa tomó carácter colectivo, ingresaron también el presidente de la Comuna 8, Miguel Angel Eviner, y distintas organizaciones vecinales, entre ellas La Boca Resiste y Propone.  Y allí volvieron a insistir con que era necesario un protocolo para los conventillos y los inquilinos. "Nosotros presentamos pruebas sobre las condiciones de hacinamiento de nuestro barrio. Y en vez de apelar decidieron recusar al juez. Con eso, lo único que hacen es agravar una situación", indicó Natalia Quinto. La recusación del juez Reynoso repite el método que usaron en otra causa por la educación en las villas, donde recusaron al juez Andrés Gallardo y ganaron tiempo. 

Desde La Boca Resiste y Propone emitieron un comunicado en el que indicaron que esas recusaciones son un "intento de ganar tiempo, que deja evidenciado su desprecio por la vida humana, pues la falta de protocolos y tareas ordenadas para enfrentar la pandemia, ponen en riesgo a los habitantes de toda la Ciudad de Buenos Aires".