A una semana de finalizada la etapa de cuarentena, el distanciamiento abre una ventana para las economías locales. Aunque a media máquina, el sol vuelve a salir para sectores como la gastronomía y el turismo, del que viven gran parte de los municipios salteños.

El fin de semana largo fue el termómetro ideal para medir si la fiebre puede bajar de a poco y, en principio, los salteños mostraron que ganas no faltaban. Hubo circulación vehicular hacia los diques Campo Alegre y Cabra Corral, y el intendente de Cachi confirmó movimiento en los Valles Calchaquíes.

Salta/12 entrevistó a cuatro intendentes de las localidades más visitadas por sus atractivos, sus paisajes o su cercanía con la ciudad, que permiten realizar una escapada a los más de 500.000 habitantes de la capital. Hoy por hoy, el público a cautivar post confinamiento.

Manuel Saravia, de Villa San Lorenzo, Diego Sumbay, de La Caldera, Gustavo Solís, de Rosario de la Frontera, y Américo Liendro, de Cachi, analizaron estos casi tres meses de encierro. Arcas municipales flacas por la caída de la recaudación y la coparticipación. Con una actividad económica que a principio de año parecía despegar, ahora esperan que el distanciamiento sea un volver a empezar. Aunque todos coinciden en que ya nada será como antes.

Turismo de cercanías

La Caldera y San Lorenzo apuestan en esta nueva etapa a la cercanía que tienen con la ciudad más poblada de la provincia para atraer al turismo interno con propuestas de escapadas durante el día.

Manuel Saravia explicó que junto a la Cámara de Turismo y Comercio, la villa veraniega elaboró propuestas de descuentos de hasta el 30% en todos los rubros “si es que las personas que vienen se alojan en San Lorenzo”.

Saravia indicó que el inicio post pandemia de la actividad turística “no será fácil, pero nos alegra que comience a girar la rueda nuevamente”.

Ni en el escenario de peor pesimismo me imaginaba que podía ocurrir esto”, aseveró sobre la prolongada etapa de cuarentena. Añadió que esta pandemia dejará muchas enseñanzas a la sociedad “en lo ambiental y en materia de salud, pero también en cuanto a la consciencia que tenemos que tomar de cuidarnos entre todos”.

El abogado, que desde diciembre está al frente de ese municipio, informó que en materia de recaudación se logró en abril el 10% de lo recaudado en febrero y en materia de coparticipación sufrieron recortes del 40%. No obstante ello, reconoció que recibieron salvatajes económicos por parte de la provincia.

Uno de los puntos que más lo angustió fue el de “los trabajadores independientes que fueron los que más sufrieron esta situación”, por no haber recibido el Ingreso familiar de Emergencia porque aparecían como con trabajo, “por eso allí fue donde más apuntamos”.

Quien dirige las riendas en la localidad de La Caldera, Diego Sumbay, recordó que la última gran actividad masiva en la provincia fue el Festival de la Chicha, a principios de marzo, cuando a pesar de lo próximo que estaba el virus “ni nos imaginamos todo esto, de hecho, cuando terminó la fiesta, ya estábamos planificando nuevas ofertas para atraer gente”.

En ese sentido, señaló que tuvieron que cancelar el Eco Rock, un festival que se realizaría en la costanera de la ciudad, “todos nuestros prestadores turísticos se vieron afectados, lo mismo que la gente que vende artesanía o comida para llevar”.

El Estado fue fundamental durante este período, con los módulos, las tarjetas alimentar, los IFE y los municipios atentos a cada uno de los vecinos”, agregó el médico egresado de la Facultad de Medicina de La Habana, en Cuba.

En materia de coparticipación “la caída fue muy fuerte, arriba del 50% en estos meses”, lo que generó algunos roces con los gremios “por lo difícil que se hizo afrontar algunos acuerdos que habíamos comprometido”.

Sin embargo, Sumbay se entusiasmó con la posibilidad de la reapertura del turismo para los salteños, la cercanía con la capital y el saberse un lugar elegido para pasar y recorrer el día en el dique Campo Alegre o en el río “le devolverán a La Caldera uno de sus principales ingresos”.

“Pero vamos a tener que vivir con el control a los cuidados que implican esta nueva etapa y nueva normalidad que llegó para quedarse”. El intendente expuso que esa será una de las tensiones para que el turista asuma “que no puede salir a hacer lo que no hace en su casa”.

La Ciudad Termal reabrió sus puertas

El jefe comunal de Rosario de la Frontera, Gustavo Solís, confesó a este medio que nunca imaginó que la pandemia llegaría "a tales condiciones extremas", aunque “sí se veía que había una evolución que hacía prever que acá tarde o temprano iba a llegar”.

En esa localidad se comenzaron a tomar medidas a partir del 13 de marzo “y hasta el día de hoy”, por lo que ya llevan más de tres meses viviendo una nueva normalidad por la enfermedad que aún mantiene al mundo en vilo. En ese momento, recordó el intendente, se suspendieron todos los eventos sociales de cualquier índole, salones de fiesta, boliches, teatros o cines, “todo lo que implique mucha gente junta”.

En términos de coparticipación “recibimos un 30% menos en marzo, en abril 40 y mayo un 20%, debido a que se fueron liberando rubros que permitieron recaudar”, dijo Solís. En cuanto a las arcas municipales, la economía se enfrió aún más, con una caída del 60% en abril “que levantó apenas un poquito en mayo”.

De todas maneras, el mandatario reconoció que el ingreso turístico no es el único en la zona, debido a que la producción agrícola ganadera es muy fuerte y estuvo exceptuada desde un principio. “Todos los demás sufrieron un montón”. En ese sentido destacó que el rubro comercio es de mucho peso en la ciudad, al igual que la hotelería basada en la oferta termal y la gastronomía, pero "a pesar de estar exceptuadas, el movimiento aún es ínfimo”.

Sobre la reapertura para el turismo interno, se mostró cauteloso, “es una posibilidad más, pero tampoco es que la gente va a salir corriendo porque todavía todos tenemos nuestros cuidados”. Por ello contó que están pensando en atraer al público de distintas edades, “queremos ser una posibilidad para el turismo juvenil, que no va a poder hacer sus famosos viajes de egresados fuera de la provincia”.

Por último, sobre cómo será la salida post pandemia, Solís afirmó que ya nada volverá a ser como antes, “si no entendemos que esto ha cambiado las cosas es porque no aprendimos nada”, y agregó que la etapa de distanciamiento será la normalidad que llegó para quedarse, “vamos a dejar de usar el barbijo, pero se van a mantener medidas de prevención que antes ni se nos ocurrían”.

Pero sobre todo en lo económico es donde aseguró que se deberán fortalecer planes de desarrollo pensando en estos acontecimientos “como para que la pérdida no golpee tanto”. “Esto tiene que significar el renacimiento de una nueva matriz económica provincial”. Para Solís, el agregado de valor local será fundamental “para generar empleo y desarrollo sin dependencia”.

En los valles también hay vida

El intendente de Cachi, Américo Liendro, informó a que a pesar de ser una región más elegida por el turismo nacional e internacional, “se vio movimiento el fin de semana”.

Reconoció que es una muy buena alternativa para convocar salteños en esta época, ya que el turismo local elegía otros momentos como “Pascuas, las fiestas patronales o las vacaciones de julio”.

Liendro destacó el acompañamiento a la cuarentena de la población cacheña a pesar de lo duro que fue ese período, “tuvimos recaudación cero en abril y mayo, con gente que no tenía a quién ofrecerle lo que hace”. Sin embargo, aseveró que “seguro un 80% cumplió e hizo cumplir” las medidas de cuidado.

La gran cantidad de personas comprendidas en la informalidad laboral reinante en aquellas localidades fue para el mandatario el sector más preocupante, “porque no pueden acceder a los créditos o las ayudas y son los que dependen directamente de sus ventas cotidianas”.

Pero, al igual que el intendente de La Caldera, pidió más conciencia a los visitantes en cuanto a los cuidados y el respeto de los protocolos, “tienen que entender que hay que respetar horarios y el uso de barbijos, somos pueblos chicos en donde el virus no llegó, pero no estamos exentos”.

“La normalidad ya no va a ser la de antes, nos tenemos que acostumbrar a los nuevos protocolos y al distanciamiento, porque este virus vino para quedarse”, concluyó.