"La Agencia Federal de Inteligencia era una sola, vertical, con Gustavo Arribas en lo más alto, y nosotros cumpliendo órdenes. No fuimos una patrulla perdida ni nos manejábamos con independencia. Los informes que yo hacía iban a mis jefes y de mis jefes hacia arriba. Lo sé porque yo escuchaba las conversaciones". Palabras más, palabras menos, esto es lo que afirmó la integrante del grupo de espías Super Mario Bros, Mercedes "Mecha" Funes, ante la Comisión Bicameral de Seguimiento de los Organismos de Inteligencia. La agente se negó a revelar cuáles fueron sus actividades, pero las mujeres del grupo hacían tareas de espionaje como, por ejemplo, informes sobre movilizaciones en San Martín, Lomas de Zamora o Moreno, identificando a los líderes y marcando su perfil. También una mujer era la encargada del trabajo de avisar la salida de tal o cual vehículo de la Cámara de Diputados, como anticipó en exclusiva Página/12 en su edición de este lunes.

Funes se negó a responder preguntas pero, acompañada por su abogado José Vera, presentó un escrito en el que dio un panorama de la forma en que ingreso a la AFI y como fueron las actividades en las que participó. El otro agente citado, Emiliano Matta, envió una notificación informando que estaba enfermo. La Bicameral le otorgó un plazo de 24 horas para que presente un certificado médico y lo volvió a citar para el lunes 29 de junio. Matta tiene relevancia para la investigación porque participó del espionaje en el Instituto Patria y también fue a San Isidro a espiar a la hermana de Mauricio Macri, Florencia, y a su pareja Salvador Pica.

Super Mario Bros no era un maxiquiosco

Lo que Mecha Funes dejó en claro es que Super Mario Bros no era un maxiquiosco en el que hacían lo que querían, sino que siempre se respondió a una estructura muy estricta: jefatura de la AFI, Dirección de Contrainteligencia, Dirección de Operaciones, Dirección de Operaciones Especiales, de arriba hacia abajo. Pero también Funes sostiene que tenía constancia de sus informes llegaban a la cúpula de la central de Inteligencia, donde se encontraba Arribas. Sin ser textual, la mujer sostuvo que "todo era un sistema jerárquico de funciones, impuesto por las autoridades de la AFI. No había lugar para los cuestionamientos, menos todavía con el cargo de bajo nivel que yo tenía". Incluso la agente remarcó en su escrito que ni siquiera pudo oponerse a su paso a la AFI desde la Policía de la Ciudad: debía aceptar el traslado sí o sí, era una orden. De todas maneras, siempre portó el arma policial y siempre cobró de la Policía de la Ciudad, pese a que estaba "en comisión" en la AFI.

Un punto clave de su defensa es que Funes sostiene que su jefe de los últimos dos años, Alan Ruiz, le decía que las cosas que se hacían contaban con el respaldo de órdenes judiciales. La versión parece poco sostenible teniendo en cuenta la clase de tareas que le dieron, como hacer informes sobre movilizaciones. Ese tipo de operaciones de inteligencia están expresamente prohibidas por la ley, pero Funes insiste en que no había espacio para negarse: el agente llano se exponía al despido o a las sanciones.

En el texto presentado ante la Bicameral, Mecha admite que estuvo una vez en la Casa Rosada para ver a la Coordinadora de Documentación Presidencial, Susana Martinengo. Parece que fue a entregarle un informe, algo que desde ya complica a la funcionaria, porque hasta ahora los agentes que declararon argumentaron que iban a la Rosada a hacer sociales con Martinengo, una versión poco creíble. Según Funes, entregó el informe porque así se lo indicaron otros dos agentes, Jorge Sáez y Leandro Araque, y que Martinengo se limitó a recibir el sobre.

Un caso para Jurídicos

Un dato no menor es que Mecha contó que cada informe que hacía se lo entregaba a su jefe, Ruiz, pero también hacía una copia para una especie de dirección que se llamaba Casos, que era un área de Jurídicos de la AFI. Allí revistaba Juan Sebastián "El Enano" De Stefano, uno de los dos directores que fueron a ver al juez Luis Carzoglio para presionarlo con el objetivo de meter presos a Hugo y Pablo Moyano. También en Casos estuvo Pablo Pinamonti al que reportaba el falso abogado Marcelo D'Alessio y sus dos supuestos jefes, los comisarios retirados Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degastaldi, todos procesados por el juez de Dolores, Alejo Ramos Padilla. Mirando el cuadro de conjunto, parece que buena parte de la estructura de la AFI estaba al servicio del espionaje ilegal. Es más, Funes sostiene que por el grupo de whatsapp ella sabía que se hacían seguimientos a periodistas y políticos.

Funes se retiró sin contestar preguntas dado que su abogado, José Vera, afirmó que ella está imputada en la causa de Lomas de Zamora y que se podría usar cualquier cosa que diga en el expediente que instruye Federico Villena. El letrado sostiene que todavía no tiene conocimiento de cuál es la imputación, por lo cual no correspondía que Funes se explaye sobre las operaciones que hizo en los tres años y medio que estuvo en la AFI.

El papel de las mujeres

En el grupo autodenominado Super Mario Bros, integrado por 18 agentes, había seis mujeres. Las tareas eran de análisis de las movilizaciones en varios puntos del conurbano bonaerense, detectando los líderes y armando un perfil de sus características. Todo indica que consideraban que las mujeres llamaban menos la atención como posibles agentes. La otra tarea --revelada por Página/12-- consistió en avisar de la salida de determinados vehículos del estacionamiento de Diputados. Según parece el objetivo era un seguimiento en moto o advertir a otros agentes que estaban colocando cámaras o micrófonos en los domicilios de los espiados o en sus oficinas.