En el 2050 una de cada cinco personas tendrá más de sesenta años. El envejecimiento de la población tiene diferentes causas y es un fenómeno que también involucra a la Argentina como punta de lanza en la región. “El envejecimiento de la población en la Argentina ha aumentado 7.5 puntos porcentuales durante los últimos cien años. En 1895 la población en la tercera edad era solo del 2,5 por ciento; actualmente, según datos del Banco Mundial, la población mayor de 65 años en Argentina alcanza el 11 por ciento. Lo que implica que uno de cada diez argentinos es una persona mayor de 65 años; se trata de un porcentaje más alto que la media mundial y que la media latinoamericana. En la ciudad de Buenos Aires los mayores de 65 años ya son el 17,2 por ciento de la población”, subraya Paula Pinto, profesora de antropología en la Escuela Superior de Propaganda y Marketing de San Pablo en el MBA de Ciencias de Consumo e investigadora sobre belleza, cuidado personal y envejecimiento de Natura. 

Las diferencias de género en la tercera edad son marcadas. Por cada 100 varones mayores de 65 años hay 146 mujeres. “Debido a la mayor sobrevida de las mujeres se produce un aumento muy pronunciado de su proporción en las edades más avanzadas.  Las mujeres viven más tiempo y, por tanto, son más representativas en la población adulta mayor, es muy probable que vivan en condiciones más desfavorables la última etapa de su ciclo de vida. Entre los factores más importantes se pueden destacar: la soledad, producto de la ausencia de cónyuge, ya sea por la mayor frecuencia de la viudez o porque se mantuvieron sin pareja. Las mujeres se jubilan antes que los hombres, recibiendo menores pensiones y deben sostener, por su mayor expectativa de vida, sus condiciones económicas por un mayor tiempo lo que se traduce en su alta dependencia económica en las edades más avanzadas”.