El Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) anunció este miércoles la muerte de Rossio Roxana Choque, militante de la agrupación y vecina del barrio Padre Ricciardelli --ex villa 1-11-14--, luego de haberse contagiado de coronavirus. “Se había acercado en marzo porque no tenía para comer, y terminó formando parte de las trabajadoras del comedor”, señaló a Página/12 Ana Gamarro, vecina e integrante del Frente, y remarcó que "con la pandemia se encrudeció toda la situación en el barrio". Este jueves, un conjunto de organizaciones sociales instaló ollas populares en las villas porteñas para reclamar por las condiciones sanitarias y la emergencia habitacional dentro de los barrios. 

“Acá hay muchas personas con enfermedades previas que están tapadas, que no se tratan porque sacar un turno médico es una odisea y más si no tenés documento argentino”, explicó a este diario Manuel Alonso, referente del FOL en el barrio Padre Ricciardelli. Choque era cocinera voluntaria en el comedor que funciona en el sector Riestra del barrio, donde ella vivía con sus tres hijos. Había llegado al local de la agrupación a fines de marzo, cuando apenas comenzaba la cuarentena, porque se había quedado sin trabajo. “Ella era boliviana y nunca pudo concretar el trámite para tener la residencia permanente en el país, entonces no podía acceder a ninguno de los beneficios sociales. Se acercó a pedir un plato de comida para llevar a la casa, y ahí empezó a participar”, contó Gamarro y relató que, como era madre soltera, “ahora su hijo mayor, de 22 años, quedó a cargo de las dos hermanas menores”.

“Era una muy buena persona, callada y reservada pero siempre dispuesta a colaborar”, relató Nelly, compañera de Choque en el comedor, y señaló que “fue un dolor muy grande. Yo le tenía cariño porque su situación era como la mía, que también estoy sola y a cargo de mis hijos”. Antes de que la internaran, había pasado varios días sintiéndose mal, y si bien tenía 38 años, era paciente de riesgo porque sufría de una enfermedad renal crónica. “No decía nada porque tenía miedo de ir al hospital”, relató Alonso y explicó que “los centros de salud que atienden a la gente de los barrios populares están saturados y los vecinos sufren maltratos constantemente”. Finalmente, el 9 de junio ingresó en el Hospital Piñero, donde estuvo internada hasta este martes, cuando falleció.

“Muchas madres solteras estamos en su misma situación. No queremos quedarnos internadas y dejar solos a nuestros hijos”, señaló Nelly y remarcó que “es importante no quedarnos calladas para poder detectar la enfermedad a tiempo y que no pase lo que le pasó a la compañera”. Según el último reporte del Ministerio de Salud porteño, en el Bajo Flores hay 1.578 casos confirmados, el barrio porteño con más casos de coronavirus, después del Mugica --ex villa 31--. “El virus no hace diferencia por barrio, lo que hace la diferencia es la desidia del gobierno porteño”, advirtió Alonso.

Este jueves, tal como hicieron la semana pasada, distintas organizaciones sociales instalaron ollas populares en las villas de la Ciudad, con la consigna de “somos esenciales”. Además del reclamo por la situación habitacional, las organizaciones exigen al gobierno porteño que reconozca el trabajo voluntario de las promotoras de salud y las trabajadoras de los comedores. “Son vecinas que se pusieron al hombro tanto la búsqueda de casos, como la necesidad de brindar información a la gente del barrio y la otra necesidad, de todos los días, de garantizar un plato de comida”, señaló el referente del FOL, y remarcó que “estamos pidiendo que se reconozca un ingreso económico para estas personas, porque su trabajo resulta imprescindible actualmente en el barrio”. 

Además, recordó que “el propio ministro de Salud porteño reconoció que las organizaciones acercamos al 70% de las personas que llegan al operativo Detectar en los barrios, y esto se hace todo a través del trabajo voluntario”. Choque formaba parte de ese grupo, en su caso como cocinera del comedor, que, como afirma Alonso, “son las primeras en enfrentar los riesgos y en contagiarse”. 

Informe: Lorena Bermejo