El próximo 2 de abril Ecuador elegirá su próximo mandatario, lo cual puede resultar en una continuidad de la Revolución Ciudadana o el fin de una etapa de desarrollo progresista de la región. Es, por lo tanto, un momento de inflexión política. El cambio de Lasso es el cambio prometido por Macri en Argentina. Cuando uno escucha a Lasso hablando sobre los migrantes y que el empleo en el Ecuador debería ser solo para ecuatorianos, esas palabras seguramente podrían ser de Trump; o cuando cambia de opinión sobre el tema de la gratuidad de la educación superior, por pura demagogia, sin creer en eso, no queda duda sobre su total falta de compromiso con las personas que votan por él, pudiendo ser comparado con la actitud de Macri. El cambio que propone Lasso en la educación superior, ciencia, tecnología e innovación es el mismo de la actual Argentina: recortes presupuestarios del Conicet y favorecimiento de la educación pagada contra la pública. La insatisfacción popular se verifica todos los días con las calles tomadas de argentinos defiendo sus derechos.

El tema de la educación superior es uno de los principales debates electorales, especialmente después de que Lasso propone el cierre de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación del Ecuador (Senescyt), pero también uno de los cambios más revolucionarios  que vivió el país en los últimos 10 años. René Ramírez es el gran responsable de esa transformación. Es considerado uno de los más innovadores pensadores políticos jóvenes del Ecuador, parte del núcleo duro del gobierno Rafael Correa y lidera la transición del país hacia una economía social de los conocimientos. 

En las actuales elecciones hay una disputa con respecto al concepto de cambio. ¿Guillermo Lasso lo representa?

–Cuando un ciudadano se enferma “cambian” sus condiciones de vida; pero su estado de salud está peor. Las propuestas del candidato Lasso permanentemente hacen referencia a un cambio que en realidad implica una vuelta a la privatización y mercantilización que vivió el país en los `80, `90 y principios del 2000. Lo que está en juego el 2 de abril es qué futuro queremos para el Ecuador. El futuro que postula Lasso no es un cambio genuino, o un cambio que beneficie al país, en realidad es un retroceso, es un futuro oscuros para el país que ya lo vivimos en carne propia. Es un retroceso en términos históricos. Así como existen crecimientos empobrecedores, no me cabe duda que el retroceso que propone Lasso es un `cambio empobrecedor` que construye la sociedad del “sálvese quien pueda”, en donde no importaría nada la vida del otro, ese prójimo con quien convivimos cotidianamente; en donde la salud, la educación, la seguridad ciudadana, la seguridad social se privatiza y únicamente los ecuatorianos que tienen recursos económicos pueden tener acceso a los mismos en el mercado. 

¿Lenin Moreno representa un cambio?

–Le comento la siguiente anécdota para responder el interrogante. La semana pasada me puse a conversar con la vecina que administra la tienda del barrio acerca de a quién va a votar el 2 de abril y por qué. Me dijo: “Yo voté por Cynthia Viteri por ser mujer. Hoy voy a votar por Lenin porque Lenin no es Correa pero Lasso siempre será Lasso: un banquero. Un banquero siempre velará por su bolsillo, no por el bien de la gente”.

¿En qué consiste el cambio de Lenin si es del mismo partido de Alianza País?

–Más allá de algo que resulta fundamental que es seguir avanzando en garantizar derechos sociales completamente universales y gratuitos, existen dos características que configurarán un cambio en la era Moreno. Esta era será `radicalmente democrática` y completamente `pacífica`. Lenin Moreno tiene una cualidad fundamental. Escucha, dialoga y busca cambiar a través de la deliberación participativa; sin dejar de ser un tomador de decisiones radicales innato. En su campaña lo ha demostrado. Esto implica que buscará articular diferentes intereses así esto no necesariamente implique imprimir velocidad al cambio; pero nunca comprometiendo el mejor futuro para todos. El cambio está en ser radicalmente democrático. Suele decir Lenin Moreno “nada para ustedes sin ustedes”; ahí, justamente, en ese esfuerzo de articulación y escucha donde se producirá el engranaje necesario que permita aprovechar las potencialidades de los cambios progresistas conquistados con los cambios por venir.

¿Plantea corregir errores? 

–Uno de los errores que quizá no entendimos es que si bien en el corto plazo la participación no implica eficacia en el resultado (cuanto más participas se suele tardar más en tomar decisiones y obtener resultados), en el largo plazo, creo que lo más eficiente para garantizar la sostenibilidad del cambio es ser radicalmente democrático. Por otra parte, y casi como corolario de lo anterior, el gobierno de Lenin será completamente pacífico. 

¿El odio está presente en la actual disputa política?

–Es claro y evidente que la oposición, empezando por Lasso y sobre todo encabezada por su binomio Andrés Paez tienen odio en sus venas. En el supuesto no consentido que llegue al poder Lasso-Paez, el país vivirá 4 años de violencia en todas sus dimensiones. Debe quedar claro que parte de su estrategia ha sido intentar construir el imaginario que Ecuador es Venezuela, pero es evidente no solo que no lo es sino que para que la promesa se cumpla son sus propios “actores partidarios” los que deliberadamente han buscado edificar la sociedad de la violencia. El gobierno de Lenin será un gobierno pacífico y completamente respetuoso a la pluralidad de ideas y a las diferencias en las cual se incluye a la oposición. No me cabe la menor duda que la paz vencerá al odio porque el pueblo ecuatoriano es un pueblo radicalmente pacífico.  

¿Hay dos modelos en la propuesta social de los candidatos? 

–En Ecuador de los años 80 y 90, hubo un proceso sistemático de desacumulación social y de reconcentración en pocas manos de la riqueza y de los privilegios. En estos años de Revolución Ciudadana se ha producido lo que yo denomino una nueva acumulación social originaria que ha permitido democratizar derechos sociales. En el nuevo sistema de generación de riqueza que se da en el mundo la acumulación de capacidades sociales es lo que genera valor en la economía. Luego que se recuperó (o que se están recuperando) las instituciones de interés común, los grupos de poder económico buscan conquistar el poder político porque la privatización de la salud, la educación, la seguridad ciudadana, la seguridad social, la inversión en ciencia y tecnología es una nueva fuente de acumulación de riqueza, que el día de hoy está mejor distribuida dentro de la sociedad y que un gobierno de la banca buscaría re-concentrar en pocas manos. No es fortuito que la propuesta de Lasso sea crear zonas francas de salud, “voucherizar” la educación, privatizar la seguridad social. 

El candidato Lasso ha señalado que va a cerrar la Senescyt. ¿Cuál es su opinión?

–Más que el cierre de una institución lo preocupante es su desconocimiento y su mirada poco estratégica sobre el futuro del país. Es una mirada miope, cortoplacista. Proponer cerrar la Senescyt en la era del conocimiento es similar a proponer cerrar el ministerio de hidrocarburos en la era del boom petrolero de los 70