“Es la idea de un equilibrio imposible, ese momento de tensión en el que se está esencialmente en un estado de limbo, la línea fina entre el control y el caos”, cuenta la directora artística Gem Fletcher, creadora del concepto detrás Impossible Balance: una sorprendente serie de imágenes gatilladas por el fotógrafo sueco Marcus Palmqvist, que retrató a bailarinas de Estocolmo en poses –por lo menos– improbables, donde cuerpos suspendidos parecieran librar contienda contra las mismísimas leyes de gravedad. Ya sea flotando por los aires, imponiéndose frente a obstáculos urbanos, balanceándose en pasajes improbables, sin –dicho sea de paso– efectos especiales ni uso de edición digital. Y es que aquí guían los movimientos erráticos, salvajes, incómodos, “en locaciones gráficas ordenadas que no hacen sino enfatizar, aumentar la tensión”. Al menos, en palabras de la directora artística del proyecto, que se muestra chocha de contenta por haber convocado al mentado fotógrafo nórdico, a quien considera “un talento que logra enfoques increíblemente escultóricos en su captura del movimiento”. “Me gusta llevar mi obra a límites extremos, sin caer nunca jamás en la peligrosidad real; encontrar un momento inesperado, que es parte control, parte azar”, aporta el muchacho Palmqvist, confiado en un producto final tan inquietante que posiblemente (nos) haga trastabillar, gracias a elegantes composiciones que –acuerda la prensa– se mueven en las fronteras experimentales y proponen menos convencionales maneras de acercarse a la fotografía comercial.