En 1971, el gran John Lennon mencionó que yo era su héroe. Fue una de las declaraciones más estimulantes que alguien alguna vez me haya dedicado. En mi cumpleaños número 45, la única vez que que estuvimos lado a lado tocando juntos la música que amábamos tanto, aunque nos llevábamos 16 años, estuvimos casi rozándonos compartiendo la letra de Johnny B. Goode. Creo que de alguna manera en el Cielo ahora repasa esos momentos con Yoko y Chuck en Filadelfia, en el show de Mike Douglas. ¡Si! Era el héroe del show en Toronto con  Yoko en el estadio Varsity cuando levantó su mano y la dejó suspendida un minuto sobre el grito de más de 60 mil fans en un ruego para que se terminara el aplauso y él pudiese empezar su actuación.

Mientras yo estaba en prisión por una semilla negativa que coseché, pensé en la forma en que perdimos al Dr. Martin Luther King y a John F. Kennedy; pero nunca pensé que la música iba a perder el genio de Lennon de la misma manera. Díganle a Yoko que aman su música porque en este mundo de hoy que más se puede hacer que declararle a Yoko su lugar entre los héroes. Janis Joplin, Jimi Hendrix, Clyde McPhatter, Elvis Presley y otros que perdimos por causas diferentes a las de John, eran héroes en relación a la música de rock pero se equivocaron en tomarlo demasiado fuerte y rodar demasiado tiempo.