Los choques entre la ministra de Seguridad nacional, Sabina Frederic, su par bonaerense, Sergio Berni, y los intendentes del Gran Buenos Aires tienen como trasfondo un rebrote de los delitos, tras una fuerte baja del 26 por ciento entre enero y mayo. Pese al marketing de Patricia Bullrich, los delitos habían subido 10 por ciento entre 2018 y 2019, según las propias estadísticas del macrismo establecidas por el Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC). En el primer semestre de 2020 se produjo la baja, en especial porque la cuarentena redujo la circulación. Los datos de junio, todavía no procesados, evidenciarán una suba producto de la flexibilización del aislamiento. En ese escenario, los intendentes reclaman más patrullajes en los puntos que ellos consideran los más calientes y le piden a Berni que despliegue más sus 95.000 efectivos. El ministro --con un estilo rústico-- quiere retener el poder de decisión, en base a su propio mapa del delito, y argumenta que esos efectivos no alcanzan. Frederic --con la intermediación del gobernador Axel Kicillof-- aceptó subir a 7.500 los efectivos de las fuerzas federales desplegados en el Gran Buenos Aires, en los puntos calientes elegidos en la Casa de Gobieno bonaerense.

Tensiones

La cuestión de la seguridad trepó en la atención mediática después de un ida y vuelta entre Frederic y Berni, principalmente a partir del estilo ríspido del ministro bonaerense. En algún momento del encuentro se sacó el barbijo y levantó el tono, lo que produjo la reacción de la ministra nacional con la frase "te crees que me vas a intimidar porque soy mujer". Las aguas se calmaron con la intervención de Kicillof y la reunión terminó con un acuerdo sobre el envío de más fuerzas federales a ocho distritos del conurbano: Avellaneda, Quilmes, La Matanza, Lomas de Zamora, Almirante Brown, Moreno, Esteban Echeverría y Florencio Varela.

Sin embargo, el día anterior, Berni también tuvo un choque con los intendentes que argumentan que tiene una enorme fuerza de 95.000 hombres y que debe ser desplegada de acuerdo a los puntos calientes que ven los jefes comunales. Otra vez hubo un momento crítico en el encuentro que se saldó con el refuerzo en algunos de los distritos. Aún así, la cuestión no está saldada porque los intendentes son los que reciben más directamente las quejas de los vecinos.

En el medio de las idas y vueltas, corrió el rumor de que el presidente Alberto Fernández le pidió a Kicillof que aparte a Berni, algo que se encargó de desmentir el ministro del interior Eduardo "Wado" de Pedro. Está claro que no gusta el estilo confrontativo, a través de los medios, del ministro bonaerense, pero hay aceptación de su intensidad y del manejo de una fuerza con historial desastroso. "Es leal y suma una parte de la opinión pública que sintoniza con su perfil. No es fácil manejar una policía que viene de cuatro años de autogobierno durante el macrismo", dicen en La Plata.

Mapas

La baja en los delitos graves --homicidios y robos agravados-- por la cuarentena y luego el rebrote con la flexibilización son fenómenos que se dieron en la mayoría de los países. Lo que sucede es que los intendentes consideran que lo que hay que cubrir son los objetivos detectados por cada municipio, no sólo en función de los delitos graves y no sobre la base de los llamados al 911. Los jefes comunales piensan que muchos delitos que producen inquietud -motochorros, robo de celulares- no se denuncian, hay distritos donde existe desconfianza respecto de la Bonaerense y otros en que los hechos se producen en zonas marginales y existe menor nivel de denuncia. Creen, además, que el mapa del delito diseñado en La Plata está más concentrado en lo que ocurre en las zonas comerciales, en que los llamados al 911 son más habituales.

En la capital provincial, en cambio, afirman que no es fácil cubrir todos los objetivos porque de los 95.000 efectivos que tiene la Bonaerense, 10.000 están de licencia, 2000 están contagiados, unos 4.000 están en comisarías y quedan unos 80.000 que distribuidos en turnos sólo son 20.000 por turno para cubrir la seguridad de 12 millones de habitantes del Gran Buenos Aires. "No hay efectivos suficientes y, encima, vienen de cuatro años de marketing y autogobierno en el que hubo muchos negocios de venta de seguridad, servicios a empresarios y complicidad con delitos menos violentos. Para colmo, ahora no hay fútbol ni eventos por lo que no hay horas extras y el salario de un policía se deterioró. En ese panorama, Berni transmite mística", defienden en La Plata.

Federales

La cuestión de las fuerzas federales tampoco es sencilla de resolver. Por un lado, porque la suma total de efectivos de la Policía Federal, la Gendarmería, la Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria es de 80.000 hombres --menos que la Bonaerense-- que deben cubrir objetivos en todo el país. Una parte participa de los operativos por la covid-19, de manera que el aporte de 7.500 efectivos para el territorio bonaerense les parece lo máximo que pueden hacer.

Los hombres de Berni desconfían y sostienen que en el ministerio nacional no quieren pelearse con los mandos de Gendarmería y Prefectura a quienes no les cae bien desplegar efectivos en territorio bonaerense. Del otro lado contestan, en sintonía con lo que dicen los intendentes, que la Bonaerense es la fuerza que más hombres tiene en el país y que cuenta con el respaldo de la Gendarmería que, por ejemplo, hace diez años que cubre puntos calientes del conurbano. Se recuerda que Bullrich hizo publicidad sosteniendo que enviaba a los gendarmes de regreso a "cuidar las fronteras", anuncio que los sacaba del conurbano, y a la semana tuvo que dar marcha atrás por el papel clave que jugaban los hombres de verde en la seguridad bonaerense.

Con la intervención de Kicillof y el acuerdo de Frederic y Berni finalmente se decidió el refuerzo en los ocho distritos del Gran Buenos Aires y habrá que ver cómo evolucionan las cosas en las próximas semanas.

Política

Como se sabe, la seguridad ha sido uno de los caballitos de batalla de la derecha en el mundo entero. Basta ver los ejemplos de Brasil y Estados Unidos que, al igual que en la Argentina, deriva en el autogobierno de las fuerzas policiales.

En la Casa Rosada y en La Plata hay decisión de los gobiernos nacional y bonaerense de afrontar la cuestión, mientras que para los intendentes se trata de un tema vital. El camino no sería sólo la suma de efectivos y patrulleros --Kicillof prometió 500 vehículos más el próximo mes-- sino en mejorar la investigación criminal, mejorar los mapas del delito y depurar las fuerzas, aunque es muy probable que las tensiones y los forcejeos entre los protagonistas continúen por un buen tiempo. La cuestión de la seguridad es muy difícil en el marco de la desigualdad y la exclusión de la sociedad actual.