El crédito al sector privado creció en mayo 2,6 por ciento en términos reales. Se trata del tercer aumento consecutivo mensual y la primera vez en casi 2 años de suba interanual. Así lo informó este viernes el Banco Central en su informe de bancos.

El avance de los préstamos se explicó por efecto de la política crediticia activa de la autoridad monetaria ante la crisis sanitaria. “El Banco Central junto con el Gobierno Nacional viene implementando un conjunto amplio de acciones para lograr que las entidades financieras incrementen el flujo de créditos a las familias y empresas más vulnerables, al tiempo de proteger sus ahorros, mientras se preservan las condiciones necesarias para la resiliencia del sistema financiero”, se detalló en el documento.

Entre las medidas de estímulo crediticio sobresalieron las líneas de financiamiento para micro, pequeñas y medianas empresas con tasas subsidiadas del 24 por ciento. “La línea especial para MiPyMEs acumuló a mayo desembolsos por 218.000 millones de pesos. A su vez la cifra ascendió a 325.000 millones de pesos al momento de publicación de este Informe”.

“Los resultados positivos de esta línea llevaron a ampliar el alcance esta política. A principios de mayor se lanzó la línea MiPyme Plus, que totalizó desembolsos por 1600 millones de pesos al cierre de julio”, se indicó. La línea permitió acceder al crédito a 3300 empresas micro, pequeñas y medianas que no registraban hasta el momento financiamiento bancario.

En el informe sobre bancos se precisó que “desde antes del shock de la pandemia la autoridad monetaria instrumentó un conjunto de políticas con nuevas prioridades, buscando abordar el proceso recesivo en el que se encuentra la economía desde 2018”.

Se destacó entre estas medidas que se realizaron sucesivas reducciones de la tasa de interés de referencia aplicada sobre las Leliq bajándola de 63 por ciento en diciembre al 38 por ciento a partir de marzo de este año. 

Con los mismos criterios, se continuó “extendiendo significativamente el financiamiento a tasas de interés por debajo de las observadas en el mercado, revirtiendo la habitual dinámica procíclica del crédito, al tiempo de instrumentar tasas de interés mínimas que protegen el valor real de los depósitos a plazo fijo”.