Los jefes del Senado, el peronista Armando Traferri y el radical Felipe Michlig, recibieron de parabienes la media sanción del plan Nueva Oportunidad, pero no le vieron vida a largo plazo. El Frente Progresista pretende consolidar como ley lo que fue una de sus principales políticas sociales orientada a jóvenes de sectores vulnerables. “Es un proyecto más que interesante, no tuvo ningún voto en contra, solo abstenciones en Diputados”, rescató el sanlorencino. “Son bienvenidas todas las iniciativas que tienen que ver con lo social”, avaló el oriundo de San Cristóbal. Pero ambos senadores hicieron foco en las dificultades que tienen entre ambas Cámaras, y también con el Ejecutivo, para sancionar leyes. Por un lado, porque hay proyectos similares en la dos y, por el otro, porque la Casa Gris no implementará iniciativas que no son de su interés. “No vemos tanto interés del Ejecutivo en la agenda legislativa, al Ejecutivo tenemos que interesarlo, comprometerlo”, se quejó el UCR. “No le podés prohibir a un legislador que presente proyectos, pero así como vamos corremos que nunca tengamos una ley”, sostuvo el peronista.

Para reflexionar sobre esos inconvenientes, Michlig y Traferri, junto a su par José Baucero, se vieron las caras el jueves con el presidente de la Cámara de Diputados Miguel Lifschitz, y los jefes de bloque, Pablo Farías, Maximiliano Pullaro, Fabián Palo Oliver y Joaquín Blanco. Mayoría con mayoría. No hubo diputados de otros partidos, solo del Frente Progresista. Buscan los senadores tener una agenda legislativa “aceitada”.

“Quedamos que la semana que viene (por la que arranca hoy) vamos a avanzar en una agenda legislativa, con la posibilidad de que esa agenda esté en sintonía, o por lo menos charlada, con el Ejecutivo. Tenemos que ordenarnos, hay proyectos cruzados con el mismo tema y eso genera dificultades para dar una sanción definitiva. Establezcamos una agenda de trabajo, hay muchas y buenas iniciativas, pero corremos el riesgo de dar expectativas que después no podemos colmar y cumplir. Podemos tener la mejor iniciativa, pero si el Ejecutivo no trabaja en conjunto y después veta una ley corremos el riesgo de que la ley no se promulgue, y ninguna de las dos cámaras tiene dos tercios para oponerse a un veto”, señaló Michlig.

“No se puede vivir sacando leyes sin tener alguna, primero hay que ver el impacto en las arcas provinciales de cada proyecto sancionado. Nos llenaron de leyes en los primeros seis meses, muchas se contraponen, te puedo hablar de la ley de cooperativas, del plasma. Hay que darle más seriedad al trabajo legislativo. Si no hay negociación entre las dos cámaras lo más posible es que las leyes terminen naufragando en la media sanción. Tenemos superposición de proyectos y una resultante cero, porque los dos proyectos quedan con media sanción. Entonces, lo que planteamos es que tiene que haber una coordinación porque si no entramos en una zona gris que no le damos respuesta al problema. Te puede servir en las estadísticas, pero no resolvemos el problema”, abogó Traferri.

 

Por otro lado, con respecto al Nueva Oportunidad en particular, Michlig ponderó los “diferentes programas de inclusión y contención” que tenían las gestiones progresistas Y remarcó que “es necesario salir de este enfoque economicista que tiene el gobierno provincial para dar repuesta en el momento que vivimos”. En ese sentido, castigó a la Casa Gris: “Está claro que lo que interesa es que cierre la caja y recaudar y los problemas de los santafesinos parece que no son del gobierno”. Por su parte, Traferri advitió que lo aprobado por Diputados es “muy posible que colisione” con el programa Santa Fe Más que lanzó el Ejecutivo. “Hasta que no lo veamos no tengo definición, el título es interesante, hay que trabajar sobre los sectores vulnerables, esto no se arregla solo con una reforma policial, tiene raíces socioeconómicas. En la medida que se agraven las cuestiones sociales, se van a agravar las cuestiones de seguridad, es de sentido común”, cerró el senador PJ.