"Cuando asumimos nos planteamos cinco o seis objetivos, muy globales, pero que tienen que ver con la síntesis de lo que es esa idea de la Universidad que queremos, más moderna, más democrática, más creativa y más transparente, y ahí avanzamos muchísimo. Estoy muy satisfecho en general por lo que pudimos construir, y en particular por cómo hicimos frente a la emergencia", señaló el rector de la UNR, Franco Bartolacci, al cumplirse hoy un año de haber sido electo. En una entrevista con Rosario/12, el ex decano de la facultad de Ciencia Política hizo un pormenorizado balance de gestión, adelantó algunos de los temas que proyecta realizar en un contexto marcado por la pandemia, que obligó a realizar veloces transformaciones por lo que hubo resistencias, y además reveló cuáles son sus mayores preocupaciones para afrontar lo que se viene. "Nuestra comunidad supo hacer de un problema una gran oportunidad. Las dificultades que se plantearon y la emergencia también habilitaron que pudiéramos hacer en muy poco tiempo cosas que quizás en tiempos normales nos hubiesen llevado una década", consideró Bartolacci, para quien "en cada problema de agenda de la ciudad de Rosario y la región, la Universidad tiene un aporte para hacer". 

--¿Cuál es el balance a un año de haber asumido la gestión?

--Aún con todas las dificultades de un año tan excepcional e inédito, estoy muy satisfecho en general por lo que pudimos construir, y en particular por cómo hicimos frente a la emergencia. En ese contexto, nuestra comunidad supo hacer de un problema una gran oportunidad, poniendo todos los recursos de la Universidad a disposición del Estado y la sociedad para hacer frente a la emergencia, generando múltiples acciones. También cumplimos con el objetivo de sostener los vínculos a través del acompañamiento pedagógico virtual. Para una Universidad que no tiene tradición en materia de virtualidad, requirió prácticamente una revolución tecnológica, que pudimos resolver rápidamente y sin mayor complejidad. Pasamos de tener un campus que navegaban por día alrededor de 400 personas a uno que hoy tiene más de 40 mil usuarios por día. Creamos cinco nuevos campus, un sistema de educación a distancia, invertimos más de 10 millones de pesos en tecnología para poder hacer frente a ese desafío. Hubo múltiples instancias de capacitación a docentes y estudiantes para poder incorporar herramientas, ahí se hizo un enorme trabajo.

--¿En esto de querer avanzar tan rápidamente hubo resistencia?

--Sí, por supuesto, eso genera dificultades y también contradicciones. Tenemos claro que la virtualidad no reemplaza la presencialidad, que hay una riqueza en el encuentro cara a cara que se produce entre un docente y un estudiante en un aula que es irreemplazable. Pero al mismo tiempo, abre una ventana de oportunidades porque permite derribar algunas fronteras que hoy hacían más difícil para mucha gente el acceso a la educación superior. Pienso en los estudiantes que trabajan, que no pueden cursar materias porque los horarios no le coinciden. La virtualidad te habilita un dispositivo que puede contener a esa gente y no expulsarla. Y al mismo tiempo hay que pensar cómo resolver la problemática de la conectividad, por eso generamos ese programa. Pero nos pasa que por ejemplo en la Escuela Agrotécnica de Casilda hay chicos de Coronel Arnold a los que les dimos el módem pero no tienen conectividad de ningún tipo. Son desafíos de un nuevo tiempo.

--¿Qué medidas implementaron para acompañar a la comunidad en un momento tan complejo?

--Sostuvimos y profundizamos el sistema de becas, incluso pensando y construyendo dispositivos específicos para atender dificultades que se presentaron con la pandemia, como la beca de Acceso Integral o la beca Conectar, facilitando un módem con abono pago por un año. Implementamos el programa Volver Seguro, para cuidar a los miembros de nuestra comunidad que regresaban a Rosario. Todo lo que se hizo en ese contexto fue extraordinario, aunque no fue una sorpresa. En todo caso nos adelantó los objetivos que teníamos planteados y que tuvimos que resolver más rápidamente.

--¿Qué acciones rescata de la gestión desde que asumió, con un menú que incluía cambios significativos para la Universidad, hasta el inicio de la pandemia?

--Parece que hubiese sido un siglo (risas). Creamos y pusimos en marcha, aún con las dificultades por el contexto de la pandemia, el Presupuesto Participativo de la UNR, primera Universidad que lo implementa con este formato. Concretamos la Agenda 20/30, que nos permitió a fines del año pasado tener un registro sobre cuál es el horizonte colectivo que la comunidad imagina. Avanzamos con un programa de innovación en la gestión, que hoy parece premonitorio por todo lo que pasó, pero que tenía que ver con modernizar y agilizar procesos burocráticos. Un hecho histórico, que fue la reforma de los estatutos para consagrar la ciudadanía plena de las escuelas medias, y la elección democrática de sus autoridades, un compromiso que tomamos cuando asumimos. El programa de obras y recuperación edilicia, que hoy tiene intervenciones en todas las dependencias de la Universidad y pudimos sostener a pesar de la situación. Inauguramos el comedor del área Centro en setiembre y el lunes vamos a inaugurar el del área Salud. En las próximas semanas inauguramos el edificio UNR Innova, en la Siberia, y el 14 vamos a inaugurar la refacción del patio histórico de la facultad de Humanidades, donde se está restaurando la fachada. Hoy hay obras desarrollándose en cada facultad y en cada escuela. 

--Al asumir planteó la necesidad de avanzar hacia una Universidad más inclusiva, diversa y pluralista. 

--Fuimos la primera Universidad que jerarquiza en el primer rango un área de Género y Sexualidades. Pusimos en marcha la capacitación de perspectiva de género prevista por la Ley Micaela, establecimos el cupo laboral travesti-trans. Comenzamos a reformar casi todas las ordenanzas que requerían una reforma estructural en el Consejo Superior. Generamos, en esto de sostener los vínculos y acompañar a nuestra comunidad, la creación de Dirección de Bienestar Docente y la de No Docente, incrementamos en un 50 por ciento la ayuda económica para los estudiantes, creamos el cupo laboral para personas con discapacidad, las nuevas becas de acceso a la Universidad Pública que permitieron por primera vez poner recursos para que cien pibas y pibes de barrios de la ciudad que estaban en la secundaria y que no tenían resuelto venir a la Universidad pudieran hacerlo, cuando históricamente poníamos recursos en becas para quienes ya estaban en la Universidad, fuimos a buscar a los que no llegan. Pusimos en marcha el Canal de la UNR, Unicanal, que se va a convertir en una plataforma que es una especie de Netflix y que presentaremos en las próximas semanas. 

--¿Cómo imagina el escenario post-pandemia, qué es lo que más le preocupa? 

--Hay dos preocupaciones. Hacia adentro, qué impacto va a tener la crisis económica y social que estamos atravesando y nuestro compromiso para generar más acciones que permitan contener, cuidar y acompañar a nuestra comunidad para evitar, fundamentalmente, la deserción. Hoy tenemos casi tantos tipos de becas en la Universidad como situaciones problemáticas existentes. Por eso, sin tener incremento presupuestario este año, aumentamos el 50% en ayuda económica para estudiantes, convencido de que hay que hacer un esfuerzo adicional para evitar que esa situación se produzca. A su vez, pensando algunos dispositivos y acciones de carácter más académico, orientados a acompañarlos. Creamos una plataforma especial para los ingresantes 2020 porque eran los que más vulnerables estaban por la situación. Muchos chicos y chicas no han tenido prácticamente contacto, ni siquiera con el edificio. Y hacia afuera, como dijimos apenas asumimos, debíamos tener un vínculo más estrecho de la Universidad con la agenda de su tiempo, con las organizaciones. Creo que cuando hay situaciones de emergencia, esa necesidad se hace mucho más presente. 

--En ese sentido se inscribe la fabricación de alcohol en gel, repelentes, el consultorio para tratar las afecciones causadas por el humo que provocan los incendios en las islas. 

--Pudimos mostrar cuánta fuerza transformadora hay en una institución como la Universidad cuando se pone al servicio de la gente y la sociedad que lo necesita. En cada problema de agenda de la ciudad de Rosario y la región, la Universidad tiene un aporte para hacer. Nosotros queremos empujar todos los recursos que tenemos para que ese aporte efectivamente se haga. Desde que comenzó la emergencia, venimos participando con nuestros comedores con más de 1.300 viandas por día, puestas a disposición especialmente para personas en situación de calle y financiadas por la Universidad. Vamos a presentar una convocatoria para financiar con cinco millones de pesos proyectos que construyan dispositivos que ayuden al sector productivo a atravesar la post pandemia. 

--¿En este escenario inédito, cómo está la relación con los gremios?

--Muy responsable y muy activa también, aún con los matices, aún con los debates, creo que eso también es un valor, empezar a resolver las cosas colectivamente, hay mucha vocación de construir institucionalidad. Hemos tenido una sistematicidad en los encuentros paritarios con todas las representaciones gremiales en este año que no reconoce antecedentes en la historia de nuestra Universidad. Y hemos avanzado en reivindicaciones que estaban contenidas en esas discusiones paritarias, que tienen que ver con transformaciones de ordenanzas, reformas de estatutos para consagrar derechos que venían siendo reclamados desde hace 25 años, y lo hemos hecho en un tiempo absolutamente corto. 

--Desde su sector consolidaron una alianza con el intendente Pablo Javkin, aportando nombres en el gabinete. ¿Cómo sigue ese acuerdo?

--Estamos ante una gran oportunidad de poner bien en sincronía a la UNR con las necesidades del municipio y que esa relación tenga una fuerza transformadora fenomenal en territorio. Como te decía, en todos los temas que son preocupaciones de agenda de la ciudad, la Universidad tiene un aporte para hacer. Ahora hay una sinergia que se puede generar en esa relación que es absolutamente importante pero a su vez necesaria para Rosario y la región. Ahí hay una agenda muy amplia de temas, todos los que estamos trabajando trabajando hacia afuera de la Universidad son en coordinación con el municipio. Por el tema de las islas, hay un acuerdo más amplio vinculado a la cuestión ambiental con toda una planificación colectiva que es muy novedosa para la ciudad, y así te diría que en todas las áreas y cada uno de los temas. Es una gran oportunidad la que tenemos por delante y hay que asumir esa responsabilidad.