Googlear “kiwanis, Salta” no devuelve menciones o presencia alguna de masones en la ciudad de Salta. Incluso se puede inferir que Kiwanis fue una imprenta o una editorial por el vínculo repetido con el libro “Güemes ante la historia”, de 1971. El algoritmo del buscador devuelve en las primeras posiciones un link del Boletín Oficial de la Provincia, el n° 17827, de agosto de 2008. El motivo: una Asamblea General Extraordinaria que se celebraría dos semanas más tarde. Se convocaba a sus miembros estatutarios para tratar balances y la devolución de un predio donado por Joaquín Durand, gobernador de la provincia entre 1952 y 1955. Al tirar del hilo siguiendo la pista de los firmantes, aparecen lamentablemente los obituarios. En uno de ellos -del periódico digital Iruya.com– una despedida al ingeniero Adolfo Miralpeix dice: “Siempre te recordaré, Kiwanis amigo”.

Otro hilo del motor de búsquedas lleva a papers académicos publicados por la antropóloga salteña Laura Belén Navallo. Se trata de tres trabajos donde profundiza sobre el Abril Cultural, el rol de la organización civil Pro Cultura Salta, las charlas de café y los debates a la salida de la redacción del diario El Tribuno. Por los setenta, su redacción estaba en Zuviría 20, frente a la plaza 9 de Julio, corazón de la salteñidad cultural. Puntualmente, en “De charlas de café a una política cultural”, menciona al Club Kiwanis: “... apoyó diferentes tipos de actividades culturales y artísticas (...) Es una institución que al parecer no está más en Argentina ni en Salta”. Luego asocia Kiwanis a Leones y al Rotary.

En algún lugar de la memoria de generaciones salteñas, debe resonar Club de Leones Salta Norte o Rotary Salta. De hecho, actualmente rotarios y leones desarrollan actividades sociales, altruistas, y de beneficencia en la provincia. Basta buscarlos por redes sociales. Pero sobre Kiwanis nada. 

Son esas baldosas en cerámica esmaltada que resaltan en las veredas del Paseo Güemes las que delatan su presencia. No hay buscador digital que las asocie o siquiera las mencione como patrimonio arquitectónico de la ciudad. Pero en la publicación de Navallo aparece otra pista clave: sus charlas con José Mario Carrer, activo promotor cultural en la ciudad de Salta.

Baldosa ya gastada en el Convento San Bernardo

La pesquisa no devuelve obituarios, sino una dirección comercial y un número telefónico. Al invocar al Club Kiwanis de Salta durante la charla surgen en José Mario múltiples recuerdos, pero ninguno que asocie claramente aquellas baldosas en azul cobalto y blanco brillante a un circuito pedestre autoguiado financiado por el Club en 1978

Su memoria las ubica en las veredas del centro salteño, a finales de los noventa. También menciona que algún funcionario las invocó para demarcar una zona de exclusión a vendedores callejeros y ambulantes que disputaban con los comerciantes el centro histórico en su pelea por ganarse la diaria. La ordenanza 6240 –aún vigente- de la Municipalidad de la ciudad de Salta no las menciona, aunque sí demarca calles y fija reglas de uso e higiene.

Kiwanis en Salta

El Club Kiwanis es una asociación creada en Estados Unidos (Detroit) en 1915, tal como relata la pestaña “Nuestra Historia” de su sitio web kiwanis.org. En “American Freemasons: three centuries of building communities” (2006), su autor Mark Tabbert describe cómo ciertos clubes (Rotarios y Kiwanis) fueron organizados por masones que buscaban alternativas fuera de las logias. Se trata, explica, de una forma en que la masonería anglosajona resolvió situaciones internas creando clubes de negocios y clubes sociales, muchos activos hasta hoy. 

Pero Kiwanis International no está más en Salta. Compilar los pasajes sueltos que componen su historia es un capítulo pendiente. Sí existe una fecha de inicio formal, el 17 de Junio de 1970, un dato que brinda el empresario salteño Santiago Del Pin durante una entrevista telefónica que gestionó Carrer.

Dos veces presidente de Kiwanis International Argentina, a la consulta sobre si se trata de un Club relacionado a la masonería, negó que sus miembros en Salta estuvieran asociados con esas prácticas. “Nunca tuvimos que enviar información sobre nuestras familias, empresas o estados contables”, explicó. 

Contó luego que Kiwanis International les dio total libertad para desarrollar todas las actividades que planificaran o decidieran emprender y que, en general, se relacionaron al fomento cultural y obras altruistas. Sobre las baldosas y su relación con un circuito pedestre autoguiado confirmó que fue un proyecto financiado por Kiwanis en 1978. Con ellas unieron las iglesias de la ciudad en un recorrido destinado a turistas

Los tiempos analógicos de entonces sólo permitían vincular la referencia de cada baldosa con la información disponible o seleccionada mediante una cartilla o folleto impreso, aunque Del Pin no guarda ejemplar alguno. Pasó la posta de la indagación a la familia Miralpeix en Angastaco, ya que Adolfo Miralpeix fue el archivero. Por ahora, por azar una copia llegó a manos de Claudia Troncoso, geógrafa de la UBA e investigadora del Conicet. Fue ella quien compartió su inquietud en 2017 y posibles razones de la presencia silente de las baldosas en cerámica esmaltada en el entorno patrimonial de la ciudad de Salta.

Sobre Paseo Güemes, detalle del taller de Virginia D'Angelo

Kiwanis financió el diseño y la elaboración de la tanda original de baldosas. En el relato de los entrevistados, aparecen muchos personajes de esa salteñidad. Jorge Vidal Casas, casi recién llegado de su Córdoba natal, es mencionado repetidamente como uno de los ideólogos del circuito pedestre, aunque ya no se puede confirmar la veracidad del recuerdo porque falleció en 2012. 

El arquitecto Antonio Pellegrini, padre de un reconocido plástico salteño, aparece en el relato de Guillermo Villagrán San Millán como quién vinculó a la autora de las piezas de cerámica con el Club Kiwanis. Especulando posibles, la idea de un viajero independiente, autoguiado, bien puede filtrarse en ese momento formativo de una política de turismo tal cual la transitamos hoy. En los setenta todavía la visión de “Salta, La Linda” mantenía vínculos con el viajero en automóvil por los Valles Calchaquíes o en la promoción turística en la cartografía del Automóvil Club Argentino (Flores Kralik, 2012). Seguramente, un cordobés como Vidal Casas no era ajeno a esas tendencias.

Sustitución y peligro

Las baldosas financiadas por Kiwanis International Salta corren riesgo de desaparecer, en parte por el desconocimiento de su pasado, y también por los procesos de digitalización que las alcanzan. Con nuevas baldosas en cerámica, códigos QR dinámicos permiten asociar información multimedia disponible sobre sitios y monumentos turísticos a la mirada del sujeto que los capture desde su móvil. La gestión de Bettina Romero planea sustituirlas, al menos a todas aquellas gastadas por los peatones.

Las referencias de los funcionaros actuales a su existencia son más bien fragmentarias. No se relacionan mucho con su utilidad original, sino con las gestiones municipales o provinciales que solicitaron a la misma ceramista que las dio a luz, Virginia D´Angelo, confeccionar nuevas piezas para sustituir las rotas o gastadas. “Bebi” como la conocen muchos, es ceramista recibida en la Escuela Fernando Arranz (Buenos Aires)

Actualmente vive en San Rafael (Mendoza). Zoom la descubre en su taller poco antes de comenzar una clase. Se describe como una ceramista de lo utilitario y, de hecho, es el eje de su trabajo actual (@tallerdebebi). “Mayólicas Santa María” era el nombre de su taller cuando horneó la primera tanda de piezas en cerámica esmaltada del circuito pedestre original. Son las que aún se mantienen impecables, desafiando al paso del tiempo por el tratamiento recibido (a más de mil grados) sobre el Paseo Güemes.

Aún sorprendida por la charla con una desconocida que la consulta desde Salta sobre una intervención suya hace tantas décadas, comenta que “a los diez años tuvimos que reemplazar los baldosones que se perjudicaron por las pisadas de los peatones. Y su hijo Guillermo Villagrán, aclara las versiones encontradas sobre la edad probable de las piezas. 

Explica por qué existen diferencias entre el grupo de baldosas distribuidas por veredas del Casco Histórico y aquellas sobre el Paseo Güemes. “Ese grupo de baldosas en cerámica esmaltada no recibió el mismo tratamiento que las financiadas por Kiwanis. Hornear, pieza por pieza, a mil grados centígrados era muy oneroso. La municipalidad tenía problemas presupuestarios. Les propusimos otra posibilidad más barata para realizar la cocción de todas las piezas al mismo tiempo. La contra era su durabilidad, porque no iban a resistir el paso de los transeúntes. De hecho, las del centro se borraron al poco tiempo”.

Posibilidades

Una curiosa noticia publicada por un diario digital salteño elevó su existencia al plano de las redes sociales. El cronista denunció el 29 de julio la rotura de las lajas históricas de la vereda del Cabildo. “Se han cortado parte de estas piedras para colocar una placa con un código, relata en Informate Salta. El revuelo fue tal que el presidente del Ente de Turismo Municipal, Fernando García Soria, tuvo que aclarar que no hubo rotura alguna, sino una sustitución. “La información es incorrecta. Hace más de 25 años se instalaron baldosas en puntos turísticos de la ciudad como un circuito autoguiado. Ahora, sobre esas baldosas la Municipalidad de Salta incorporó códigos QR con información del sitio en referencia", argumentó el funcionario.

Baldosa ya gastada en el Cabildo Histórico, antes de que fuera removida

El mismo argumento temporal siguió Pablo Brandán Valy, vicepresidente de la COPAUPS. La opinión de la comisión es vinculante en cualquier intervención en el Casco Histórico. Pero en este caso, el informe que emitió resultó incompleto por desconocer las historias previas, el tratamiento de las mayólicas, y sus continuos recambios realizados por la misma ceramista. El propio García Soria durante una charla telefónica, admitió que tienen un valor patrimonial y que podrían convivir juntas como un modo de proteger también un pasado inmaterial del turismo. El funcionario aseguró que la municipalidad evalúa con la COPAUPS “posibilidades”. Desde UCASAL, el decano de la Facultad de Arquitectura, Andrés Prone, no descarta organizar una reunión en la semana con miembros de la COPAUPS para sugerir no sustituirlas y conservar las dos ideas.

Un proyecto original y atrevido para la época, que unió por primera vez una idea turística a una intervención artística, corre peligro. Un circuito pedestre que remite a tendencias de movilidad que no se nombraban de ese modo allá por 1978. Su legado simbólico merece ser advertido por propios y extraños.

*Periodista. Magister en gestión y desarrollo de destinos turísticos, en UVQ