La petrolera YPF registró una pérdida neta de 85.048 millones de pesos en el segundo trimestre, un 154 por ciento más que el rojo acumulado a lo largo de todo el año pasado. La pandemia y la fuerte baja del crudo provocaron un cataclismo en los números de la compañía controlada por el Estado Nacional que ya venía enfrentando problemas en los últimos años. Los ingresos cayeron 16,7 por ciento interanual en pesos frente a una inflación que en el mismo período acumuló un 42,8 por ciento. Esta situación se explicó fundamentalmente por una caída de 54,1 por ciento en la venta de naftas medida en volúmenes, compensado en parte con un incremento aproximado del 20,5 por ciento en el precio promedio para el mix de naftas. A su vez, las inversiones se desplomaron 72,4 por ciento interanual ya que la compañía paralizó la exploración y todavía sigue sin tener un solo equipo de perforación en actividad. De hecho, en exploración y producción el derrumbe fue del 78 por ciento. La producción de gas retrocedió 12,7 por ciento y la de crudo un 10,3 por ciento.