Dos nuevas resoluciones de la Inspección General de Justicia (IGJ) amenazan con transformarse en un revulsivo para la vida interna de los clubes porteños. Aunque sólo alcanzan a las instituciones deportivas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, podrían inducir a cambios en otros distritos del país. Publicadas en el Boletín Oficial, disponen la paridad de género en las asociaciones civiles –además de las sociedades anónimas y otras también- con el objetivo de empezar a revertir el desequilibrio provocado por la ausencia masiva de mujeres en los órganos directivos y de fiscalización.

Las medidas firmadas por el inspector Ricardo Nissen– llevan los números 34 y 35/2020 – establecen que desde ahora las entidades deberán readecuarse en base a una representación igualitaria de hombres y mujeres. Las que no puedan hacerlo por alguna razón, tendrán que tramitar una excepción ante la propia IGJ. Las resoluciones afectan a las que ya están constituidas como a las que puedan crearse en el futuro. “Alcanzan a más asociaciones civiles y fundaciones que a las SA”, le dijo Nissen a Página/12. La noticia fue bien recibida, sobre todo en el ámbito de los clubes de fútbol donde la presencia femenina en cargos electivos o distintas comisiones es mínima.

Uno de los seis vicepresidentes de la AFA, Marcelo Achile, comentó sobre las recientes disposiciones: “En la AFA todavía no se habló del cupo. No hay charla que no sea por el tema del coronavirus y estamos al tanto de la resolución por lo que se informó en las redes. Pero me parece bien lo que aprobó la IGJ”. En la resolución 34, la primera de las dos que firmó Nissen y salió publicada en el Boletín Oficial el 5 de agosto, se estableció que las sociedades civiles y/o anónimas “deberán incluir en su órgano de administración y en el órgano de fiscalización, una composición que respete la diversidad de género, y se deberán integrar por la misma cantidad de mujeres que de varones. Cuando la cantidad de cargos a cubrir fuera de número impar, el órgano deberá integrarse de forma mixta, con un mínimo de un tercio de mujeres”.

Nissen explicó de qué modo harán cumplir la resolución: “Lo cierto es que en el futuro si una mujer se quisiera presentar a un cargo y no tiene cabida, deberá venir a la IGJ y denunciarlo. Declararemos irregular la asamblea de varones a los fines administrativos y estarían totalmente perdidos. Se acabó la historia. Una mujer debería concurrir a la IGJ antes de una elección en una sociedad civil y hacer la denuncia. No va a ser fácil para quienes incumplan la resolución, porque si alguien en un club falsea la información puede quedar al borde de la intervención judicial. No será sencillo eludir esta disposición”.

La decisión de la Inspección General de Justicia fue bien recibida por las mujeres que participan en la vida institucional de los clubes. Viviana Cialdella es socia de Huracán e integra la fundación Corazón Quemero, que desarrolla un activo trabajo social. Dijo que “es un gran avance, una resolución necesaria para instituciones que fueron y son conducidas por hombres. Será fundamental supervisar su aplicación dado que la perspectiva de género en algunos clubes como en Huracán, se instaló recientemente. El espíritu patriarcal domina y conduce de manera sistemática la lógica del club”. Ella lo reafirma con datos concretos. En la comisión directiva hay 24 hombres y apenas 3 mujeres. En la asamblea de representantes sólo 5 mujeres y los hombres son 55. En el Tribunal de Honor directamente no existe la presencia femenina.

Marina Tallarico analizó la resolución de la IGJ con una mirada jurídica porque es abogada. Además, es socia de Defensores de Belgrano y trabajó en el club: “Celebro y considero vanguardista la resolución 34/2020 de la IGJ. Se observa una actuación diligente del organismo estatal en la implementación de regulaciones que contemplen la perspectiva de género y promuevan una efectiva igualdad de oportunidades para las mujeres y diversidades en cuanto a su participación y acceso a cargos de administración y decisión dentro de las distintas asociaciones y fundaciones civiles que integran”. Marina agregó que “resuena todavía en mis oídos la frase ‘el fútbol es cosas de hombres’ incluso en estos tiempos en que el fútbol femenino avanzó a paso firme pero las subcomisiones respectivas están presidida por varones”.

Aunque las resoluciones de la IGJ en CABA no tienen alcance jurídico en la provincia de Buenos Aires, cayeron muy bien en clubes del conurbano. Ailín Osores preside la subcomisión de Derechos Humanos y Géneros de Los Andes. Comentó que “los aportes de nuevos instrumentos jurídicos que permitan avanzar en la lucha por la paridad efectiva y respeto de las diversidades deben mancomunarse con las distintas políticas educativas y leyes que contribuyen a la capacitación y formación permanente en géneros. Es imperioso que ambas esferas -judicial y educacional -se retroalimenten para transitar y habitar asociaciones libres de discriminación y violencia”. A su vez explicó que “la comisión directiva no cuenta con mujeres ni disidencias electas, si bien porcentualmente la participación de las mujeres es notablemente mayor que la de los hombres en la vida social y política de la institución”.

Una estación hacia el sur de Lomas de Zamora se encuentra Temperley, el club de Gabriela Siri, integrante del Departamento de Género y Diversidad y que participa en la Coordinadora de Hinchas. Sobre la resolución dijo que “es un paso muy importante en el momento que estamos viviendo, porque luchamos por la igualdad en distintos ámbitos e instituciones como los clubes. La resolución la veo difícil de aplicar, aun cuando fuera reglamentada a nivel nacional. Cada club tiene sus propios estatutos y muchos con más de ochenta años desde su creación no fueron modificados y jamás contemplaron el cupo femenino y menos la paridad”.

En Temperley sobre quince cargos titulares de la comisión directiva hay solo una presencia femenina, la vocal Emilce Romay. En la década del 90 se dio un caso infrecuente en el club y en las sociedades civiles en general. Lo presidió Edith Pecorelli y durante su mandato se levantó la quiebra. Fue la segunda mujer en la historia del fútbol argentino en acceder al máximo cargo en una institución deportiva afiliada a la AFA. La primera había sido Natividad Gallego de Marcovecchio en Platense. Corría 1971.

La tercera es hoy Lucía Barbuto, la presidenta de Banfield, la única mujer que integra el Comité Ejecutivo de la AFA. En el pasado tuvo su representante Lanús, con su vicepresidenta 2° Mirta Ferrer. “En el club el 20 por ciento de los cargos son ocupados por mujeres y va a haber más. Necesitamos la paridad con las mujeres, siempre lo dije. Lo que se decidió para la Ciudad de Buenos Aires tarde o temprano va a llegar a la provincia y tal vez nosotros podamos alcanzarlo en la gestión que viene, ya que habrá elecciones en el club en diciembre de 2021”, explicó Nicolás Russo, su presidente.

La inequidad en el acceso a cargos directivos continúa vigente. Las resoluciones de la IGJ lo hicieron más evidente. Pero son un primer paso, como la utopía entendida en los términos que la entendía Eduardo Galeano: “Está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.

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