Se cumple un nuevo aniversario del denominado “Villazo”, la movilización popular que marcó de manera intensa la vida de Villa Constitución y la tarea sindical, con foco en Acindar y otras fábricas de la región. Por este motivo, el realizador Amadeo Acero estrena hoy El Coraje de las Manos (disponible en www.elcorajedelasmanos.com ), un cortometraje documental de participación plural, que articula el recorrido histórico, el recuerdo familiar y el análisis estético, a través de la obra de la artista plástica Alicia Laner.

“Hacía tiempo que venía con la intención de realizar un cortometraje documental, y dentro de esta búsqueda me encuentro con Alicia Laner, artista plástica de Villa Constitución, ligada a la temática obrera, vinculada a la clase trabajadora. Específicamente fue con una obra, Tejido obrero, donde un grupo de trabajadores metalúrgicos forma un tejido entre ellos. Fue un disparador. Me comunico con ella y le planteo la intención de realizar un cortometraje, ya con un conocimiento previo de lo que había sido el Villazo, y las manifestaciones del ‘74 y ‘75 en Villa Constitución en el cordón industrial, principalmente en la fábrica Acindar”, explica Amadeo Acero a Rosario/12.

“Simultáneamente me puse en contacto con Ernesto Rodríquez, historiador y docente en Villa Constitución -coautor del libro El Villazo. La experiencia de una ciudad y su movimiento obrero (1974-1975)- y le pido una entrevista. Si se quiere, acá tenía dos ramas: el relato histórico y la construcción estética. A la vez, Alicia me cuenta sobre Verónica Parada, nieta de uno de los obreros que participó de las tomas de fábrica, allá por el ’74, y me comenta que al ver a su abuelo representado en una de sus obras, eso la movilizó, conmovida, a adquirir el cuadro. Allí sentí que el lazo del documental cerraba perfectamente. Había un correlato entre los episodios históricos con el presente, y desde una cuestión proyectiva, hacia el futuro de las luchas obreras”, continúa.

-¿De dónde provienen las imágenes de archivo?

-Ernesto Rodríguez tenía unos VHS con un primer transfer. No conocemos si el material original era en 16 mm o Súper 8. Durante los encuentros que tuve con él, me planteó el interés por digitalizarlo para que fuese incluido en el documental. Con ese VHS me puse en contacto con Juan Carlos Moreno, un histórico conocedor del fílmico de Rosario, y realizamos un transfer digital. Por otro lado, vale pensar en el recorrido histórico que tuvo este material, del cual desconocemos el origen, no sabemos quién es el camarógrafo, quién fue el realizador de ese registro, no hay una certeza al respecto.

-Emociona ver esos rostros unidos, tras el alambrado. El poder del cine es impresionante.

-Realmente. Y a la vez se trata de un material que ha estado pasando de mano en mano. Estamos hablando de la década del ’70, con todo lo que esto significa. Es importante que no se haya perdido. Por otro lado, esto también fue un aprendizaje, porque tuve que generar un contexto narrativo para este material fílmico, ya que no podía quedar desprovisto de una construcción poética, narrativa.

-¿Por qué te moviliza el Villazo?

-Soy un militante, de tradición familiar relacionada con el peronismo, y en ese sentido tuve la inquietud. El episodio de Villa Constitución era importante para mí, también porque notaba que desde la perspectiva cinematográfica y audiovisual no había una realización documental de autor sobre el tema, si bien hay registros más ligados a un cine militante. En este sentido, pensé que a través de Alicia Laner aparecía la posibilidad de realizar un documental de autor, ligado a estas cuestiones, y significativo en relación al contexto histórico de los últimos tiempos, en función de las políticas neoliberales llevadas adelante en el país.

-Tu trabajo hace propias las cuestiones que movilizan la obra de Alicia Laner, como el plato de comida que ella menciona, o el enrejado, que es tan simbólico.

-Tanto en la obra como en el documental, el plato de comida condensa una serie de reivindicaciones, que tienen que ver con las mejoras salariales, la lucha contra la opresión capitalista en ese contexto, que se manifestaba dentro de las fábricas en situaciones de opresión, motivo por el cual los obreros se organizaban. El plato de comida es un elemento que representa todas estas reivindicaciones. Por otra parte, el vínculo con la familia está interrumpido por este alambrado. Hacia el final del documental hay una convergencia, y las obras terminan encontrándose de alguna manera en esa plaza que es el escenario importante de aquella movilización, cuando se logra la firma del acta acuerdo para elecciones libres dentro del sindicato y se genera esta movilización entre obreros y la comunidad de Villa Constitución.

El Coraje de las Manos cuenta también con la tarea de Agustín Varas en el rubro dirección fotográfica, Joel Cimino en sonido y edición, y música original de Bruno Rosso.