La industria audiovisual, como el Cardenal Antonio Samoré durante la Navidad de 1978, empieza a ver una lucecita al final del túnel. Es la que emite el “Protocolo general para la prevención de la Covid-19 en el rodaje y/o grabación de ficción para cine, televisión y plataformas”, aprobado ayer por el Ministerio de Cultura de la Nación luego de un trabajo entre funcionarios de esa cartera e integrantes de las entidades más representativas del sector. El documento contempla la implementación de sistemas de información, protocolos específicos para cada etapa, concientización sobre los cuidados y la provisión de los elementos de protección personal adecuados según las necesidades de cada tarea. Vale aclarar que su implementación dependerá de la fase epidemiológica de cada jurisdicción.

El protocolo cuenta con la adhesión de más 20 asociaciones de la industria, entre ellas la Asociación Argentina de Actores (AAA), la Cámara Argentina de Productoras Independientes de TV (CAPIT), Directores Argentinos Cinematográficos (DAC) y el Sindicato Único de Trabajadores de Espectáculos Públicos (SUTEP). Bajo este régimen será necesario aplicar un desglose que permita evaluar la viabilidad del proyecto, mientras que las escenas con contacto físico se encuadrarán en un plan especial que incluye testeos regulares. Además, el documento propone una distribución de los puestos de trabajo con turnos rotativos, incentivar la prestación de servicios remotos cuando sea posible, tener un plan alternativo para eventuales desvíos del cronograma original y capacitaciones sobre los procedimientos y medidas de prevención implementadas antes y durante la actividad.
Las producciones se dividirán en etapas. En la primera se realizará la incorporación progresiva del personal para evitar aglomeraciones y con criterios de convocatoria según las necesidades de cada jornada. Aquellas etapas que por su especificidad no puedan cumplirse de manera remota y requieran reuniones presenciales deberán realizarse en espacios abiertos o, en su defecto, cerrados pero lo suficientemente amplios como para que cada persona pueda respetar la distancia social. Desde ya que el uso de áreas comunes estará limitado a su mínima expresión con el fin de reducir el impacto ante un caso positivo, mientras que se alentará el uso de vehículos propios. A quienes no tengan, aclara el documento, “el empleador les proveerá el transporte para garantizar su movilidad evitando el transporte público”.
A lo largo de las setenta páginas se despliega una batería de recomendaciones preventivas para cada una de las etapas de un proyecto audiovisual. Para el casting, por ejemplo, se aconseja convocatorias escalonadas presenciales o, mejor aún, virtuales, lo mismo que durante los ensayos. Las pruebas de vestuario deben realizarse con maniquíes regulables; si no es posible, será obligatorio destinar un lugar amplio y ventilado con espacios de cambiado individuales. Cada prenda deberá ser colgada y rociada con un desinfectante adecuado antes de ser guardada dentro de una funda. Para el rodaje el protocolo prevé desinfección del set antes y después de filmar, la prohibición del ingreso de personal ajeno a la producción -lo que en exteriores implica demarcar un área de trabajo- y el uso personalizado de micrófonos y dispositivos de audio. Ningún miembro del equipo, independientemente del área, podrá ingresar con más de 37.5° de temperatura corporal. Los artistas que por su trabajo no puedan respetar la distancia social, así como tampoco aplicar las medidas de protección personal, deben “someterse al test científico más confiable para la positividad del virus”, esperar el resultado en aislamiento y notificarle el resultado al empleador. Este test se repetirá semanalmente o cuando el periodo entre dos jornadas de filmación supere un tiempo considerable, aun en ausencia de síntomas.

*El documento completo puede verse aquí: https://www.cultura.gob.ar/media/uploads/ministerio_cultura_-_protocolo_general_covid19_para_el_rodaje_y-o_grabacion_de_cine_television_y_contenidos_para_plataformas_audiovisuales_v.pdf)