“Voy a seguir en el Barça y mi actitud no va a cambiar por más que me haya querido ir. Voy a dar lo mejor. Siempre quiero ganar, soy competitivo y no me gusta perder a nada. Siempre quiero lo mejor para el club, para el vestuario y para mí", rompió el silencio este viernes Lionel Messi, en un diálogo exclusivo con Goal.com desde la comodidad de su casa en Castelldefels. Con estas palabras, el astro puso fin a la novela que desde hace diez días vienen protagonizando junto al Barcelona. 

Más allá de la carta que el representante y padre del delantero, Jorge Messi, le enviara a La Liga de España exponiéndo con claridad que el crack estaba resguardado con la cláusula de su contrato que le permitía romper su vínculo con el club culé de manera unilateral una vez finalizada la temporada 2019-2020, el futbolista meditó la situación y decidió quedarse a cumplir su vínculo con Barcelona hasta mediados de 2021

En esa entrevista, Messi explicó que estos días de tensión con el Barcelona fueron en resultado de un proceso que el mismo venía transitando. “Le dije al club, sobre todo, al presidente, que me quería ir. Se lo llevo diciendo todo el año. Creía que era el momento de dar un paso al costado. Creía que el club necesitaba más gente joven, gente nueva y pensaba que se había terminado mi etapa en Barcelona sintiéndolo muchísimo porque siempre dije que quería acabar mi carrera aquí", comentó el crack, y agregó: "Fue un año muy complicado, sufrí mucho dentro de los entrenamientos, en los partidos y en el vestuario. Se me hizo muy difícil todo y llegó un momento que me planteé buscar nuevos objetivos, nuevos aires". 

En medio de su descargo, apuntó contra el presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu. "La decisión llevaba pensándola mucho tiempo. Se lo dije al presidente y bueno, el presidente siempre dijo que yo al final de temporada podía decidir si me quería ir o si me quería quedar y al final no terminó cumpliendo su palabra”.

De esta manera, después de varios días de desencuentros, en los que Messi se llamó a silencio, y de las múltiples presiones surgidas a raíz de las distintas negociaciones con los catalanes pero también con los posibles clubes candidatos a recibir al capitán de la Selección, entre los cuales Manchester City picaba en punta, el conflicto encontró su vía de escape. 

A la luz de los hechos, la jugada de la carta enviada por  Jorge Messi a La Liga, que se conoció en la mañana de este viernes, apuntaba a dejar en claro a todo el fútbol español que Lio podía irse del Barcelona sin pagar y que se queda no por una cuestión económica sino porque tiene intenciones de cerrar su paso por el club culé con merecidos honores y no en medio de un forcejeo ni un escándalo, ni mucho menos litigando con el club "de su vida" y del que es ídolo indiscutible. De esta manera, quedó finalmente sin efecto el famoso burofax que puso en vilo a la gestión de la Junta Directiva culé.  

"También me sirvió para ver quién es quién. Este mundo del fútbol que es muy difícil y hay mucha gente muy falsa. Esto que ha pasado me ha servido para reconocer a mucha gente falsa que tenía en otra consideración. Me dolió cuando se puso en duda mi amor por este club. Por más que me vaya o me quede, mi amor por el Barça no va a cambiar nunca”, comentó el capitán de la Selección.

La posibilidad que Messi diera marcha atrás en su postura comenzó a barajarse luego de la reunión que Jorge Messi mantuvo en Barcelona con Bartomeu. El dirigente, señalado como uno de los responsables de la decisión de Messi de abandonar el club, buscó cambiar el eje de la discusión cuando se ofreció a escuchar qué era lo que necesitaba Messi para quedarse en Barcelona. "Me costó mucho decidir. No viene del resultado del Bayern, viene de muchas cosas. Siempre dije que quería acabar aquí y siempre dije que me quería quedar aquí. Que quería un proyecto ganador y ganar títulos con el club para seguir agrandando la leyenda del Barcelona a nivel de títulos. Y la verdad que hace tiempo que no hay proyecto ni hay nada, se van haciendo malabares y van tapando agujeros a medida que van pasando las cosas. Como dije antes siempre pensé el bienestar de mi familia y del club”.

Sin embargo, Messi dejó en claro cuál es su punto de vista en el conflicto y sus diferencias con Bartomeu. "Cuando le comuniqué esto a mi mujer y mis hijos fue un drama bárbaro. Toda la familia llorando, mis hijos no querían irse de Barcelona, ni querían cambiar de colegio. Miré más allá y quiero competir al máximo nivel, ganar títulos, competir la Champions. La puedes ganar o perder, porque es muy difícil, pero hay que competir. Por lo menos competirla y que no nos pase lo de Roma, lo de Liverpool, lo de Lisboa. Todo eso hizo me llevó a pensar esa decisión que no llevé a cabo. Volvemos al principio…".

"Yo pensaba y estábamos seguros que quedaba libre, el presidente siempre dijo que a final de temporada yo podía decidir si me quedaba o no y ahora se agarran a que no lo dije antes del 10 de junio cuando resulta que el 10 de junio estábamos compitiendo por la Liga en mitad del virus este de mierda y de esta enfermedad que alteró todas las fechas. Y este el motivo por el que voy a seguir en el club…". 

En palabras de Messi, la exigencia del club catalán de cobrarle los 700 millones de euros estipulados en su cláusula de rescisión o llevar el conflicto a los tribunales, fue decisivo en el cambio en su postura. "Yo no iría a juicio contra el Barça nunca porque es el club que amo, que me dio todo desde que llegué, es el club de mi vida, tengo hecha aquí mi vida, el Barça me dio todo y yo le di todo, jamás se me pasó por la cabeza llevar al Barça a juicio”.

La gran pregunta es ¿cómo serán los próximos meses de Messi en el Barcelona? Este lunes el flamante entrenador del Barcelona, Ronald Koeman, inició los entrenamientos de la pretemporada sin poder contar con la máxima estrella del equipo que, además, en los últimos días supo que varios de sus amigos, entre ellos Luis Suárez, a quien el DT se lo comunicó telefónicamente -lo que produjo mucho malestar-, que no iban a ser tenidos en cuenta en este nuevo ciclo que comienza. Y más allá de las dudas que se generan sobre la convivencia entre Messi y el nuevo DT, o cuáles son los plantes de Barcelona para reforzar el equipo y sus ambiciones, la mayor incógnita es si este reencuentro durará sólo 10 meses, como para cumplir con las formas y el decoro, o si tras el cimbronazo las partes lograrán encontrar los espacios necesarios para recomponer verdaderamente la relación.