La escritura literaria es como un camino del “héroe” que tiene que superar obstáculos para que el deseo se materialice en una obra, planteaba Roland Barthes. Cualquier lista (larga o corta) es una invitación a la lectura, aunque las “pruebas” que sortearon los héroes y heroínas no estén en la superficie del texto. El jurado del Premio Fundación Medifé Filba, lanzado este año en febrero, en el mundo previo a la pandemia de Covid-19, anunció la lista de cinco títulos finalistas a la mejor novela publicada en 2019: El último Falcon sobre la tierra, de Juan Ignacio Pisano (Baltasara Editora); ¡Felicidades!, de Juan José Becerra (Seix Barral); La masacre de Kruguer, de Luciano Lamberti (Literatura Random House); Las malas, de Camila Sosa Villada (Tusquets) y Quemar el cielo, de Mariana Dimópulos (Adriana Hidalgo).

El fallo definitivo del jurado -integrado por Beatriz Sarlo, Luis Chitarroni y Eugenia Almeida- se conocerá el próximo 12 de noviembre. El autor o autora de la mejor novela publicada por una editorial argentina en 2019 recibirá 300 mil pesos y una estatuilla especialmente diseñada para el Premio Fundación Medifé Filba. En julio se anunció la “lista larga” de diez finalistas, que incluía también a Cometierra, de Dolores Reyes (Sigilo); De dónde viene la costumbre (Literatura Random House), de Marie Gouiric; El hombre de cristal, de Carlos Bernatek (Adriana Hidalgo); Furia de invierno, de Perla Suez (Edhasa); y Hasta que mueras, de Raquel Robles (Factotum).

Como integrante del jurado, Almeida destaca que un premio como Fundación Medifé Filba a obra publicada, a la manera del Man Booker y el Pulitzer, “permite una nueva mirada sobre lo que se publicó el año anterior, al tomar esta idea de trabajar con una lista larga y una lista corta, que hace que durante un tiempo estemos hablando de diez novelas y ahora de cinco”. Almeida, autora de las novelas El colectivo, La pieza del fondo y La tensión del umbral, precisa además que “el premio económico (300 mil pesos), que no es menor, es un reconocimiento al trabajo de los escritores”. La escritora cordobesa, Sarlo y Chitarroni trabajaron sobre una lista de diez libros elegidos por un pre jurado. “Yo no había leído los diez títulos, tenía leídos la mitad, y fue muy interesante poder recorrer las diez obras. La selección que hizo el pre jurado es muy heterogénea en cuanto a las estéticas y posicionamientos, los estilos y recorridos de los autores; hay algunas primeras novelas y novelas de escritores que tienen ya una carrera literaria consagrada”.

De las cinco finalistas, dos son primeras novelas: El último Falcon sobre la tierra, de Juan Ignacio Pisano (Buenos Aires, 1981), licenciado en Letras por la Facultad de Filosofía y letras de la Universidad de Buenos Aires, especializado en literatura argentina y latinoamericana, es una novela que cuenta nueve días de una comunidad extraña, marcada por la tragedia y las catástrofes, pero también por nuevos comienzos. La otra es Las malas, de Camila Sosa Villada (La Falda, Córdoba, 1982), novela de iniciación travesti en la que convergen las dos facetas trans que más repelen y aterran a la buena sociedad: la furia travesti y la fiesta de ser travesti. Sosa Villada, que protagonizó la película Mía y la miniserie La viuda de Rafael, publicó el libro de poemas La novia de Sandro, reeditado por Tusquets, y el libro autobiográfico El viaje inútil.

“El trabajo del jurado es hermoso, pero también es complejo; trabajamos siempre en número impar para dirimir las visiones que pueden tener tres personas como nosotros (Chitarroni, Sarlo y yo), con miradas diferentes en lo literario. No hay que olvidar que un premio siempre tiene una carga muy subjetiva. Hay entre las cinco novelas que no llegaron a la lista corta novelas que como lectora aplaudo de pie, que me conmovieron y me sacudieron”, aclara Almeida y propone leer las cinco novelas finalistas. “Me parece interesante que los lectores discutan, participen y comenten en redes sociales qué novelas les gustaron y las compartan, porque es también la forma de visibilizar el enorme esfuerzo que hacen los escritores y los editores”.

Becerra (Junín, Buenos Aires, 1965), autor de Miles de años, La interpretación de un libro y El espectáculo del tiempo, entre otras novelas, revela lo que siente como finalista. “Lo primero que pienso es que uno no tiene mucho que ver con los libros que escribió. Están en el pasado, como muchas cosas personales que están en el pasado –aclara el escritor a Página/12-. La idea de que en el futuro inmediato haya un juicio por jurado sobre ¡Felicidades! y otros cuatro libros me intriga. Pero siempre tuve claro que la literatura es un deporte olímpico no competitivo donde todos perdemos”.