Desde Santa Fe 

La Legislatura sumó ayer su repudio unánime a la asonada de efectivos de la Policía bonaerense que durante casi 24 horas rodearon la quinta presidencial de Olivos con móviles y armas reglamentarias en la cintura. El gobernador Omar Perotti ya había dicho que era “inaceptable” que agentes armados rodearan la residencia del presidente Alberto Fernández. La vicegobernadora Alejandra Rodenas lo consideró un atentado “contra la institucionalidad”. Y ayer, la Cámara de Diputados lo calificó como “una clara actitud de intimidación” al jefe de Estado, ratificó su “compromiso” con la democracia” y alertó sobre el intento de “sectores minoritarios” de “poner en jaque a las instituciones” en la Argentina.

Diputados realizó su primera sesión virtual de la historia, así que al presidente de la Cámara, Miguel Lifschitz le tocó otro doblete novedoso: izar la bandera y presidir el plenario. Antes, la comisión de Labor Parlamentaria –que también deliberó a distancia- acordó la agenda, en la que sobresalió el repudio al piquete de la Bonaerense en Olivos. La declaración la leyó desde el estrado el secretario parlamentario Gustavo Puccini, en el mismo tono con que él mismo había repudiado el hecho por las redes. “Que exista un reclamo salarial es justo y debería atenderse si se hace por vías institucionales. Pero que se extorsione al Estado con armas y patrulleros es inadmisible. Debe haber unanimidad de todo el espectro político en defensa de quienes hoy gobiernan. Democracia, siempre”, planteó Puccini.

 “La Cámara de Diputados de Santa Fe –siguió Puccini- ratifica de manera unánime su compromiso democrático en defensa de las instituciones, las que en ningún caso pueden ser puestas en jaque por sectores minoritarios de la sociedad y mucho menos por integrantes de una fuerza de seguridad”.

Parecía un pronunciamiento unánime, pero la diputada Amalia Granata y su compañera de bloque Betina Florito, de los pañuelos celestes, dieron la nota. “No adherimos a esta declaración”, saltó Granata. “No es un relato correcto de los hechos”. “La policía no rodeó la Casa Rosada –sorprendió la legisladora al confundir la sede histórica con la residencia de Olivos- en forma intimidante ni amenazante hacia el Presidente. Fueron a manifestarse por una mejora salarial, por eso no adherimos”.

Granata aclaró: “Sí, respetamos la institucionalidad y la investidura presidencial. Pero los hechos no fueron como dice la declaración que acaba de leer el secretario parlamentario. Desde el bloque Somos vida no adherimos a esa declaración. Repito, sí respetamos a las instituciones y a la investidura presidencial”.

El pronunciamiento de Diputados se sumó al de la Casa Gris. El gobernador Perotti dijo que “en plena vigencia de las instituciones democráticas es inaceptable que las fuerzas policiales rodearan la quinta presidencial”. “Es completamente inaceptable la presencia de efectivos armados frente a la residencia presidencial. De ninguna manera vamos a aceptar que se ponga en juego, real o simbólicamente, la democracia que tanto dolor y trabajo no costó consolidar”, agregó el senador Roberto Mirabella.

En la misma línea, Rodenas recordó que “en 1983 construimos en paz una consigna que atravesó a la sociedad y a todos los partidos políticos: “Nunca Más”. Las protestas policiales en la quinta presidencial, por más legítimas que sean, no pueden atentar contra la institucionalidad y las reglas democráticas”, dijo la vicegobernadora. “Hoy más que nunca, en este contexto pandémico que trasciende las fronteras de nuestro país, debemos apelar al diálogo y al consenso entre todos los sectores sociales sin distinciones partidarias. Argentina unida”.

Lifschiz y otro ex gobernador Antonio Bonatti, presidente del Partido Socialista coincidieron en el repudio. “Que la Policía de la provincia de Buenos Aires rodee la Quinta de Olivos es inaceptable y preocupante. El reclamo laboral debe ser atendido por las autoridades y solucionado a través del diálogo. Sin armas. Con democracia”, dijo Lifschitz. Mientras que Bonfatti rechazó la “metodología de protesta adoptada” por grupos de la Bonaerense que “enrarece el clima social y político de la Argentina” y reafirmó su “compromiso con las instituciones democráticas”.