Víctor Melnyk es un ucraniano de 47 años radicado en Málaga, España, que quedó detenido en Entre Ríos por haber ingresado ilegalmente al país. Lo curioso es que a pesar de medir más de dos metros y pesar más de cien kilos, fue sorprendido cuando viajaba --obviamente incómodo-- en el baúl del auto que conducía Juan Manuel Clucellas, dueño de una fastuosa armería de Santa Fe. Se dijo al principio que Melnyk era un “paramilitar”, pero en realidad pertenece a una organización legal, defensora a ultranza de la monarquía, denominada Orden Cìvico Militar Reales Tercios.

Clucellas, dueño de la armería familiar La Escondida, que estuvo clausurada un tiempo por irregularidades en el registro de algunas de las armas que vendía, sólo estuvo demorado unas horas y luego siguió su camino hacia Santa Fe. Eso a pesar de que había mentido varias veces en un vano intento de evitar que el control policial descubriera la sorpresa que tenía escondida en el baúl de un Chevrolet Corsa que conducía y que, dijo, le había prestado un amigo.

El auto fue detenido en el puesto de control caminero de Paso Telégrafo, en el límite entre Corrientes y Entre Ríos. Clucellas le dijo a los policías que venía de pescar en Itá Ibaté, cuando en realidad esa actividad deportiva está suspendida por la pandemia. Le preguntaron si llevaba algo en el baúl, porque algunos sonidos extraños alertaron a los agentes. Dijo que tenía “un ciervo Axis”, es decir que ahora venía supuestamente de cazar y no de pescar. La sorpresa llegó cuando abrieron el baúl y el ucraniano, en perfecto español, les dijo a los policías que se quedaran tranquilos y se entregó sin resistencia alguna.

El “ciervo”, además de hablar, medía dos metros y pesaba cerca de 140 kilogramos. El hombre permitió mansamente que lo esposaran. Al prestar declaración ante el juez federal de Paraná, Leandro Ríos, el ucraniano Melnyk reconoció que había ingresado ilegalmente al país, por la frontera con Paraguay, luego de un largo viaje, que incluyó una escala en Brasil. Su intención, en el auto de Clusellas, era acercarse a la ciudad de Rosario, para encontrarse con su pareja, que está en el octavo mes de embarazo, y asistir al nacimiento de su hija.

Los relatos de Clucellas y de su acompañante, están llenos de dudas. El empresario aseguró que levantó al ucraniano en la ruta, cuando le hizo “dedo”. Para explicar por qué manejaba un auto que no era de él, sostuvo que había ido con su camioneta a las cabañas de un “primo y amigo” suyo, en Itá Ibaté, pero no pudo quedarse porque “lo comprometía porque la actividad de pesca deportiva está suspendida”. Eso lo dijo ante el juez, porque antes había señalado a los policías que venía de pescar.

Después declaró que había dejado su camioneta en Corrientes “para decirle a su mujer que se le había rotoa y que por eso, en breve, tenía que volver a viajar a Corrientes, para buscarla”. De esa forma, supuestamente, tenía la excusa para volver a salir del encierro obligatorio en su casa. Por eso había emprendido el regreso en el auto de su amigo.

Sobre cómo se encontró con Melnyk, dijo que lo levantó en la ruta, unos veinte kilómetros después de partir de Itá Ibaté. Aseguró que el hombre le había mostrado “una placa oficial que decía que podía circular libremente” por territorio argentino. Si estaba tan seguro de que llevaba a una persona sin problemas legales, no se explica por qué lo llevaba escondido en el baúl del auto. Melnyk tenía, por toda documentación, un permiso de residencia expedido en Málaga, y una identificación como teniente de los Reales Tercios de España, una organización defensora a ultranza de la monarquía y con contacto directo con los reyes de España.

Trascendió que antes de unirse a la Orden de los Reales Tercios, el ucraniano fue entre 1994 y 2000, integrante del grupo militar de élite Titan en Ucrania, aunque ahora reside en España y tiene a su mujer en Rosario.

Melnyk trabaja en temas de seguridad y es accionista de una empresa que produce equipos para destilar agua de mar, que trabaja para el Reino de España y que piensa relacionarse con el Ministerio de Economía argentino, a través de la empresa en la que es accionista.

Según Claucellas, su acompañante ucraniano iba sentado a su lado, en el Corsa, hasta que él le dijo que iba a comunicarse con un “policía amigo” para "no tener problemas” al llegar al puesto de ingreso a la provincia de Entre Ríos. Parece ser que no pudo comunicarse con su “amigo policía” porque los dos fueron detenidos, aunque el empresario pudo seguir su viaje horas después.

La orden de los Reales Tercios, que debe su nombre a una cita del libro sexto del Nuevo Testamento, nació en el Siglo XV y sigue vigente en España e Italia. En cuanto a la armería La Escondida, fue clausurada por el municipio de Santa Fe en 2015, pero volvió con nuevos bríos en 2017, con una nueva sede en Santa Fe y una sucursal en Entre Ríos.