Siempre tuvo la aspiración de liderar la barra de Newell’s. Pero su pasado vinculado al narcotráfico cortó su carrera ascendente en el paraavalancha rojinegro por una condena de reclusión. Sin lugar en la tribuna desde 2016, su protagónico en el ámbito del crimen fueron sus últimas noticias. Marcelo “Coto” Medrano fue asesinado en la noche del jueves en Granadero Baigorria, cuando bajó de su vehículo al kiosco de una estación de servicio. Compró unas pastillas de menta y cuando regresaba a su auto, donde estaban su pareja y su hijo, dos personas lo interceptaron a los tiros y aunque intentó correr a su auto, no logró resguardarse. Según se indicó desde Fiscalía, los primeros disparos impactaron en la zona abdominal y luego, antes de ingresar al auto, recibió "múltiples disparos" que le causaron la muerte.

Medrano de 44 años, tenía como característica en la barra de Newell’s de las últimas dos décadas de ser un referente de zona norte de la ciudad. Pero careció de liderazgo y jamás logró tener capacidad de reclutar y movilizar hinchas, en una zona de la ciudad donde es mayoría el público de Central.

El ex barra leproso siempre estuvo vinculado al narcotráfico, cuestión a la que le sacó provecho en los últimos años de liderazgo de la barra de Roberto “Pimpi” Camino. En 2010 fue condenado por venta de estupefacientes. En aquel tiempo su lugar en la hinchada era de menor relevancia por su condición de estar ligado a la venta de drogas, rubro en el cual nunca se quiso inmiscuir Diego “Panadero” Ochoa, por entonces jefe la hinchada.

Cuando Medrano recuperó la libertad, el Panadero Ochoa ya estaba detenido, aunque la barra seguía al frente de gente identificada con él. Sin embargo, merodeando el paraavalancha leproso ya estaba Guille Cantero, líder de la banda Los Monos, con estrechos vínculos con la barra de Central y apetito abierto por tomar también el control en la de Newell’s.

En 2016, ya con Eduardo Bermúdez presidente de Newell’s, Medrano luchó por un lugar de relevancia en la barra, en momentos donde eran asiduamente amenazados los nuevos directivos, en el marco de la puja de los violentos por quedarse con la tribuna. En el reparto de cargos, que se hizo luego de que la policía expulsara a todos los barras que quedaban de Ochoa para entregarle el control a Guille Cantero, en un recordado partido por Copa Santa Fe donde la policía ocupó la tribuna popular, Medrano quedó afuera, un poco por no ser “soldadito” de Los Monos en la venta de estupefacientes y otro por sus problemas para movilizar hinchas. Y fue señalado en la tribuna como el autor del ataque a balazos al vicepresidente Cristian D’Amico, aunque nunca hubo voluntad de esclarecer aquella feroz balacera.