Una encuesta para consultar cuál fue el medio de transporte más utilizado luego del inicio de la cuarentena arrojó que el 41% se movilizó a pie, el 28% en autos y motos particulares, y solamente un 4% utilizó el transporte público. Antes de la pandemia, los números reflejaban un porcentaje inverso: el 41% utilizaba el colectivo y un 7% caminaba. Los datos que dan cuenta de esta notable migración de usuarios de la movilidad pública a la particular se desprenden del último informe difundido ayer por el Observatorio Social del Transporte (OST) que dirige el concejal Eduardo Toniolli. “La notoria caída en la cantidad de usuarios de colectivos durante la pandemia -muchos de los cuales se han volcado a la movilidad particular o pueden hacerlo en el futuro- obliga a planificar claras políticas de estímulo para evitar un colapso en el tránsito urbano cuando se supere esta crisis sanitaria”, consideró el edil justicialista, para luego afirmar que “algunas de esas medidas pueden ir aplicándose desde ahora”.

El informe titulado "La pandemia y la crisis del Transporte Urbano de Pasajeros" es el resultado de la encuesta realizada en Rosario entre los días 28 de julio y 4 de agosto por la consultora Inmediata, por encargo del OST, para consultar sobre la transformación de la movilidad por las medidas de aislamiento. El relevamiento sobre 389 casos efectivos indica que hubo grandes cambios experimentados, destacando la dramática baja en la movilidad pública (casi el 40% en cifras absolutas, pero del 81% en valores relativos). 

La encuesta reveló que desde el inicio de la cuarentena el 47% se movilizó a pie y en bicicleta, mientras que el 33% lo hizo en autos y motos particulares. Muy lejos quedaron los medios de movilidad pública, que juntos representan el 10% del acumulado: 5% taxis y remises, 4% colectivo y 1% bicis públicas, según el desagregado del informe realizado por el Observatorio Social del Transporte (OST). Antes de la pandemia, el 41% usaba el colectivo, un 32% el auto particular, el 7% motos, el mismo porcentaje se movilizaba a pie, y un 6% utilizaba el taxi y la bicicleta. 

“Las medidas sanitarias adoptadas a partir de fines de marzo, con los consiguientes cambios operados en la actividad laboral y educativa, sumado a los días en los que hubo paro de transporte, invirtieron la ecuación", apuntó Toniolli. "Esto corrobora lo reportado en nuestros informes previos, en los que llamamos la atención sobre la sensible caída de la cantidad de viajes pagos en el TUP que cayeron del 54% al 48% del total. Y esto ocurrió antes de la pandemia", señala el informe del Observatorio.

También se consultó a las personas que viajaron al menos una vez en el TUP durante la cuarentena (apenas un 23% del total de los consultados) sobre el nivel de satisfacción sobre algunos parámetros relacionados con la calidad del servicio prestado. Sobre el trato de los choferes, el 65% dijo estar muy satisfecho, 27% poco satisfecho y 4,5% nada satisfecho. En cuanto a limpieza y desinfección de las unidades, los usuarios dividieron sus opiniones: 49,4% dijo estar muy satisfecho y un 46,1% poco satisfecho. 

Las percepciones más críticas de los usuarios se aprecian cuando son consultados sobre los tiempos de espera. El 39,3% respondió muy satisfecho, el 43,8% nada satisfecho y casi un 17% nada satisfecho. En ese sentido, y al destacar que si se compara el informe de junio de 2020 con el de febrero de 2020, el costo operativo total del sistema no aumentó sino que registró un ligero retroceso, Toniolli planteó "aumentar la cantidad de servicios cuando se vayan rehabilitando diversas actividades económicas para evitar la congestión de pasajeros, pero también para reducir los tiempos de espera que terminan empujando a los usuarios a buscar otras alternativas de movilidad”.

Además, se consultó a las personas que usaron el TUP durante la cuarentena su percepción acerca del cumplimiento de la norma que dispuso limitar la ocupación de las unidades a solo pasajeros sentados. El 58% afirmó que no se respetó la disposición, cifra similar a la relacionada con el tiempo de espera, y que según el informe está directamente relacionada a la escasa cantidad de servicios operados, proporcionalmente inferior a las necesidades de los usuarios. 

Estudio de costos. El informe del Observatorio contiene un apartado sobre el estudio de costos del TUP que la Secretaría de Movilidad elevó al Concejo Municipal el pasado 2 de septiembre, que arrojó un valor de 73,80 pesos por boleto. "Las cifras consignadas en el informe son aniquiladoras: además de que 2019 fue el peor año del TUP de las últimas cinco décadas, los efectos de la pandemia agravaron dramáticamente la situación, corroborado por la evolución del índice pasajeros por kilómetro (IPK) que se desplomó por la caída del 27% de la cantidad de pasajeros", 

Como se señaló anteriormente, comparado el informe de junio de 2020 con el de febrero de 2020, el costo operativo total del sistema no aumentó sino que registró un ligero retroceso del 1%. El costo anual a junio alcanzó a 7.618 millones de pesos frente a 7.665 millones en febrero de este año, una baja de 47 millones de pesos, esto debido a la baja del precio subsidiado del gasoil, que compensó el aumento del precio de las unidades. 

En ese sentido, plantearon como interrogante por qué, si el costo operativo total del sistema no experimentó cambios, se restringió la circulación de los servicios del TUP, que en días hábiles apenas alcanzaba el nivel de días feriados. "Un aumento razonable en la cantidad de servicios reduciría los riesgos de contagio covid-19 entre los usuarios a la vez que reduciría los tiempos de espera, tan criticados por la gran mayoría de éstos", concluyeron. 

Ordenanza. Luego de obtener despacho favorable en la Comisión de Servicios Públicos, el Concejo aprobará hoy el proyecto del concejal Toniolli, presentado en el 2016, que obliga al municipio a realizar un informe anual de todos los indicadores del TUP. Entre otros aspectos, la intendencia deberá hacer referencia a cantidad de pasajeros transportados, kilómetros mensuales recorridos y discriminados por línea y bandera/ ramal. Las cifras de pasajeros transportados que se publiquen deberán estar discriminadas en pasajeros pagos, por franquicias parciales y gratuitas.

Además, para las líneas urbanas que egresan del ejido municipal deberá agregarse la discriminación de la cantidad de pasajeros pagos y con franquicias que iniciaron o concluyeron su viaje fuera de la jurisdicción local, a lo que debe sumarse el kilometraje teórico previsto por línea y bandera/ramal para el año respectivo y el realmente producido e idéntico indicador para el total del sistema.

También se deberá aclarar si los kilometrajes reportados incluyen las distancias teóricas y efectivamente realizadas dentro del ejido urbano o si incluyen los trayectos desarrollados fuera del mismo en el caso de las líneas de bandera/ramal para el año y el kilometraje real, así como el mismo indicador para todo el sistema. Otra información disponible es la de las multas aplicadas a las empresas por incumplimientos.

"En algún momento, esa información la publicaba la vieja Dirección de Estadística del municipio, después lo hizo el Banco Municipal, y después dejó de hacerse pública", dijo Toniolli a este diario. "Que esa información sea de acceso público a la población da cuenta de la salud o no del sistema. Los datos permitirán la elaboración de propuestas legislativas y para establecer la fijación de la tarifa del transporte urbano, agregó. 

“Esto se combina con el proyecto del Mapa Interactivo que sigue en discusión. Nosotros entendemos que con esta información de números del sistema, más la información en tiempo real de dónde están todas las unidades del sistema, estaríamos saldando una deuda histórica de transparencia por parte del sistema del TUP, una forma de control político pero además de control social”, concluyó Toniolli.