Luego de una virulenta guerra política interna, que aún conserva de sectores de resistencia, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) cerró una lista de unidad de cara a las elecciones virtuales que celebrarán el próximo 2 de octubre. Ese agrupamiento tiene una característica central que cumple con la lógica histórica de las gremiales empresarias, la cercanía a los gobiernos: la lista corre a buena parte de los dirigentes que alinearon la entidad con Cambiemos, justo en el peor momento histórico para las empresas en décadas.

Según contaron a Página I12 fuentes de la cámara, se inscribió en las últimas horas en la Inspección General de Justicia (IGJ), la lista “Integración CAME”, que unifica a las dos listas que competían, “Came Unida”, la línea más pro gobierno Nacional; e “Integración Pyme”, la lista encabeza Gerardo Díaz Beltrán, actual titular de CAME y que jugó fuerte con el gabinete de Mauricio Macri. Entre esos dos bandos mayoritarios quedó un desdoblamiento de opositores a Cambiemos, los de “Renovar Came”, a priori más relacionados con el peronismo.

La lista de unidad le facilita a la entidad salvar un problema que, por caso, tuvo la elección en la Sociedad Rural (SRA). Cuando hay unificación y respetando las reglas sanitarias de la pandemia, la IGJ habilita que la asamblea eleccionaria se celebre de manera virtual. De esta manera, de acá a esa fecha, se definirán los 16 lugares del Comité de Presencia, producto de conversaciones que, según cuentan, no serán sencillas y tendrá una prenda de negociación o llave: si Díaz Beltrán seguirá o no siendo el presidente. Hoy, sus acciones están en baja en los que creen que la renovación debe ser vertical y de arriba hacia abajo.

La cronología del conflicto político en CAME es de larga data. Con la salida de Osvaldo Cornide, quien presidió la entidad desde los años de la dictadura hasta el gobierno de Cristina Fernández, se abrió un proceso de renovación que definió un directorio que empezó a jugar muy fuerte con Cambiemos. La derrota del kirchnerismo dejó a Cornide gobernando sin apoyo hasta el 2017, donde se designó a Fabián Tarrío como titular en su lugar. Un cuadro de transición hasta la elección de Díaz Beltrán.

Desde el 2016 y mientras casi todas las cámaras empresarias ya se quejaban del perjuicio del modelo M, la caída en las ventas y las altas tasas de interés, Beltrán fue anfitrión casi exclusivo de todo el gobierno. Esa tribuna fue casi un pacto entre CAME y Cambiemos. El ex presidente Macri la usó de foro para cuestionar al segmento de los ceos que siempre despreció; y fue célebre una participación en la que la diputada Elisa Carrió criticó a la Unión Industrial (UIA) y aseguró que ella lograría modificar los lineamientos económicos del ex ministro Nicolás Dujovne. Mientras eso ocurría, en todo el país las firmas de CAME cerraban o corrían riesgo con rentabilidades nulas.

Así se llegó a febrero del 2020, cuando las presiones sobre Díaz Beltran terminaron por hacer renunciar a buena parte de los generales de Macri en la central empresaria. El más apuntado fue José Bereciartúa, ex secretario general de la Confederación y ex interventor de Osdepym, el interlocutor directo con el macrismo. Detrás de él, otros hombres de peso: José Castillo, de Fecoba, muy relacionado con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; y Cristian Bauab, subsecretario PYME del ejecutivo comunal y también integrante de CAME. Con la nueva lista, se pretende ordenar la interna, que aún tiene dirigentes muy críticos a los manejos de los años pasados.