Un equipo de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) está investigando una combinación de fármacos para lograr una quimioterapia menos tóxica y más efectiva en el tratamiento del cáncer de mama triple negativo. El trabajo de investigadores del Instituto de Genética Experimental de la Facultad de Ciencias Médicas fue publicado en la prestigiosa revista científica internacional Oncotarget. Se trata de una experiencia inédita en el área de las terapias metronómicas, que evalúa el efecto terapéutico de la ciclofosfamida, droga ampliamente utilizada en quimioterapia, en combinación con el fármaco reposicionado Losartán, usado para el tratamiento de la hipertensión.

La quimioterapia metronómica es un esquema terapéutico que se define por la administración crónica de fármacos antitumorales en dosis significativamente menores a las utilizadas en la quimioterapia convencional, de manera más frecuente y sin intervalos de descanso prolongado. La quimioterapia convencional consiste en la administración de fármacos antitumorales en altas dosis, lo que produce efectos secundarios que pueden ser nocivos para el paciente y que también genera resistencia al tratamiento, mientras que las terapias metronómicas presentan nula o escasa toxicidad en el paciente y las posibilidades de generar resistencia son menores.

El equipo de investigadores del Instituto de Genética Experimental lleva 20 años trabajando en el desarrollo de terapias metronómicas y de reposicionamiento de fármacos. Graciela Scharovsky, directora del equipo de investigación, explicó por qué eligieron ese campo de estudio: “Las causas abarcan temáticas médicas, sociales y económicas que señalan la necesidad y la conveniencia de profundizar en el estudio y aplicación de las terapias metronómicas. La eficacia terapéutica, la baja toxicidad, que implica mejora en la calidad de vida del paciente, la facilidad de su administración oral y los bajos costos, presentan un cuadro ventajoso, tanto desde el punto de vista del paciente como del de la salud pública. Nuestro gran objetivo de futuro es que, aplicando este tipo de terapias, se logre que todos los pacientes con cáncer puedan tener acceso al tratamiento, una situación que actualmente no se cumple en los países de ingresos bajos y medios”. 

“Es importante destacar que al presentarse escasos o nulos efectos secundarios, el paciente no necesita de cuidados paliativos importantes que requieran internación, lo que redunda en un menor costo monetario, tanto para el paciente como para el sistema de salud”, señaló Leandro Mainetti, doctor en Ciencias Biológicas especializado en biología tumoral y miembro del equipo de investigación.

Actualmente el cáncer se considera como un grupo de enfermedades causadas por genes defectivos y dado que cada persona tiene su propio genoma, cada tipo de tumor se comporta de diferente manera en cada paciente. El avance en las técnicas de biología molecular y de análisis genético hace que se puedan estudiar y conocer en detalle las características de cada tumor y de esta manera aplicar un esquema terapéutico más específico para cada paciente para obtener mejores resultados.

El equipo de la Facultad de Ciencias Médicas fue reconocido por sus experimentos en torno a una combinación de Ciclofosfamida y Losartán. “La ciclofosfamida es un medicamento ampliamente utilizado en la quimioterapia convencional y se administra en dosis altas. En nuestro esquema metronómico, la administramos en dosis bajas, de manera diaria y sin períodos de descanso, logrando efectos antitumorales beneficiosos sin los efectos secundarios no deseados. Losartán es un medicamento que se utiliza ampliamente en el tratamiento de la hipertensión, en este caso lo utilizamos por su capacidad de mejorar significativamente el efecto terapéutico del tratamiento quimioterápico”, detalló el investigador.

El resultado más relevante de este trabajo es el desarrollo de un esquema terapéutico novedoso muy eficaz para el tratamiento de cáncer de mama triple negativo, que es un tipo de tumor de mama con pocas alternativas terapéuticas y de muy mal pronóstico. De acuerdo a las estadísticas globales, en 2018 se diagnosticaron aproximadamente 2.1 millones de casos de cáncer de mama en mujeres, representando 1 de cada 4 casos de cáncer en las mujeres.

“En general, estudiamos diferentes combinaciones terapéuticas para tratar distintos tipos de cáncer, con especial énfasis en el cáncer de mama, buscamos develar los mecanismos celulares y moleculares implicados en los efectos terapéuticos. Indudablemente, la terapia que describimos en el último trabajo, que nunca se había probado anteriormente, resultó ser la más eficaz, conservando las otras características beneficiosas como falta de toxicidad, administración oral y bajo costo”, amplia Scharovsky.

En este trabajo, los investigadores lograron resultados muy positivos en las pruebas de laboratorio ya que pudieron reducir el crecimiento tumoral, evitar los efectos adversos y mejorar la expectativa de supervivencia, por lo que consideran que se dan los factores para considerar como “muy posible” futuros ensayos clínicos.

Para los investigadores es motivo de orgullo que su trabajo, que recibió reconocimiento internacional, se haya hecho en el marco de la Universidad Pública. Si bien reconocen que muchas veces esto implica contar con menores recursos económicos, destacan la tarea docente y de formación de recursos humanos que realizan en el laboratorio de Genética Experimental.

“La investigación básica en cáncer es un campo altamente competitivo y los distintos grupos internacionales que investigan el tema cuentan con tecnología y presupuestos altamente superiores; es por esto que resulta importante resaltar que a pesar de estas desventajas se puede hacer ciencia de calidad internacional y publicar en revistas de alto impacto a nivel mundial”, resalta Mainetti.

Los investigadores consideran necesario potenciar la ciencia desde el ámbito público, generando políticas de Estado que redunden en un mayor presupuesto y mejores salarios para los científicos.

 

El grupo de investigación dirigido por Scharovsky está compuesto por Viviana Rozados, María José Rico y  Mainetti. Asimismo, en el laboratorio trabajan becarios doctorales del Conicet y estudiantes de biotecnología, quienes realizan su tesis de grado para recibirse, así como alumnos avanzados de la carrera de medicina que son becarios en el Instituto.