Estaban las cámaras, cronista de campo de juego, árbitro y muchas ganas de jugar. Pero cuando Ignacio Scocco marcó el gol de Newell’s se encontró con un grito en soledad. El ídolo leproso debió contener las ganas de festejar su vuelta al club al levantar la vista. Una tribuna sin público le hizo recordar que era un amistoso y a puertas cerradas. Y cuando advirtió que ningún compañero lo pudo abrazar todos entendieron que habían aceptado jugar el fútbol bajo un estricto protocolo sanitario y que la pelota debe encontrar una forma de rodar en medio de una pandemia que tiene en jaque al mundo. Así es el nuevo fútbol, de pasión inexistente y donde la televisión pasó a ser un transmisor imprescindible. Pero hubo responsabilidad de profesionales al momento de jugar y ante Unión, los leprosos armaron un amistoso que tuvo rasgos de seriedad y donde los rojinegros mostraron algunas de las intenciones de juego, aunque con ideas que aún deben madurar, tras un empate 1 a 1.

La pandemia le cambió la vida al mundo. Al fútbol le sacó su entorno, sus colores, las voces de las tribunas, la ansiedad del hincha, su expectativa y su aroma, mezcla de choripán y semillas de girasol envasadas en ruidosas bolsas de celofán. Hay que aceptar que el fútbol nuevo tiene en la televisión un actor imprescindible para transmitir los hechos. Y en los jugadores se pone a prueba toda su profesionalidad. Porque jugar para en un estadio sin banderas, ni público, donde el grito a un compañero hace eco en los cuatros costados de enormes paredes de hormigón que hoy son las tribunas, no será un buen estímulo.

Pero los jugadores de Newell’s y Unión mostraron ayer que a pesar del rigor sanitario que impone el protocolo, las ganas de volver a ser futbolista era indisimulable. Como el maestro quiere volver a la escuela o el chico a la plaza a jugar un rato, hoy los jugadores de fútbol tienen el privilegio de recuperar, al menos, su “normalidad” de profesional.

El Unión de Azconzábal respondió al desafío con una gran virtud: ideas claras y sencillas para mostrar un equipo siempre bien parado en cancha, con defensa disciplinada y un ataque siempre molesto con la enjundia de Troyanski.

Frank Kudelka, en cambio, está en etapa de evaluación. Apostó por Aníbal Moreno, Nicolás Castro y Alexis Rodríguez; y con Maxi Rodríguez de nueve y Scocco con la libertad de moverse por todo el ataque. Castro sorprendió por habilidad y juego vertical. Por momentos apareció el juego a un toque que incomodó al fondo tatangue, aunque Alexis y Scocco fallaron en la definición. Si la rotación de pelota y la movilidad que intentó Newell’s es la base de la apuesta futbolística, Kudelka apunta a formar un muy bien equipo. 

La visita se puso en ventaja a los dos minutos, con gol de Cañete al aparecer por el segundo palo en un tiro de esquina. Alexis estrelló un derechazo en el palo y Scocco lo perdió con volea. En el complemento  lo empató Scocco de penal, en infracción que le cometieron a Bíttolo. Y poco más. 

Newell's formó con Aguerre; Nadalin, Fontanini, Gentiletti, Bittolo; Moreno, Fernández, Castro; Alexis Rodríguez, Maxi Rodríguez, Scocco. Unión con Moyano; Vera, Blasi, Corvalán, Zenón; Cecchini, Assis, Cañete, Cabrera; Márquez, Troyansky. Se jugaron 65 minutos y a falta de 15 para el final ingresó Francisco González.