El nuevo Barcelona de Ronald Koeman inicia la liga esapañola recibiendo a un rival incómodo, el Villarreal, y con el objetivo de que el fútbol por fin gane protagonismo y empiece a relegar a un segundo plano los problemas extradeportivos que ha venido arrastrando la entidad tras la debacle de Lisboa.

En los primeros minutos el Barcelona se plantó bien arriba. De Jong y Coutinho trabajaron como cerebros en la creación, mientras que Messi se paró como falso nueve, alejado del circuito de juego y más listo para encontrar algún pase filtrado. A su vez, Griezmann se ubicó en la banda derecha y Ansu Fati en la izquierda, pero también con poco contacto con la pelota.

El Villarreal apostó todo al contragolpe y si bien no tuvo demasiadas oportunidades, sí contó con la ocasión más clara cuando Paco Alcácer recibió un centro libre en el área, pero en lugar de definir, buscó con el pecho a un compañero y la jugada se diluyó por la falta de precisión de Chukwueze al dominar la pelota.

La apertura del marcador llegó a los 15 minutos, cuando Jordi Alba rompió por izquierda con una corrida al vacío, asistida por un pase largo de Sergio Busquets. El lateral llegó hasta el fondo y lanzó el centro atrás para que Ansu Fati fulmine el arco del Villarreal y festeje el primero.

Tras el tanto, Griezmann pasó a ubicarse de centrodelantero y Messi por derecha, movimiento que causó que la concentración de los defensores amarillos se incline para esa banda y descuida la otra, por donde Fati gritó el 2-0, quien definió con su pierna derecha un contragolpe encabezado por Coutinho.

El juvenil del Barcelona ya era la figura del encuentro y pasada la media hora armó una nueva jugada individual por izquierda que su marcador, Mario Gaspar, por fin pudo detener, pero con infracción adentro del área. Messi se hizo cargo de la ejecución y con un remate cruzado, aunque no esquinado, puso el tercero.

Si algo le faltaba al visitante, que llegó al Camp Nou con la aparente misión de observar al rival y dejarlo que haga su juego, era marcarse un gol en contra antes del final del primer tiempo. Messi protagonizó su única apilada de la etapa inicial, arrancando detrás del círculo central y llegando hasta la puerta del área contraria, desde donde lanzó un centro a Busquets, que fue desviado por Pau Torres, quien terminó metiendo la pelota en su propio arco. 

Con el marcador tan abultado, en el complemento mermó la intensidad de los conducidos por Koeman, que dejaron incluso en algunos lapsos del juego el balón al Villarreal, que con pocas ideas no supo demasiado qué hacer con él y apenas generó oportunidades de gol.

Pasados los primeros 25 minutos, el entrenador holandés le dio respiro a Ansu Fati y a Coutinho para que ingresen Ousmane Dembélé y el joven Pedri, de 17 años. También salieron Griezmann y Busquets en lugar de Trincao y Pjanic.


Síntesis:

4 BARCELONA: Neto; Sergi Roberto, Piqué, Lenglet, Alba; Busquets, De Jong; Countiho, Messi, Fati; Griezmann. DT: Ronald Koeman.

0 VILLARREAL: Asenjo; Gaspar, Albiol, Torres, Estupiñán; Coquelin, Parejo, Chukwueze,  Gómez; Moreno, Alcácer. DT: Unai Emery.

Estadio: Barcelona.

Arbitro: Guillermo Fernández.

Goles: 15 y 19m Fati (B); 34m Messi (B); 45m Torres (V) en contra.

Cambios: 46m Iborra por Alcácer y Trigueros por Coquelín (V), 70m Dembelé por Fati y Pedri por Coutinho (B), 74m Kubo por Chukwueze (V), 78m Trincao por Griezmann y Pjanic por Busquets (B).