Flora Schvartzman es una mujer soltera de noventa años que desea morir desde el día que nació. Alejada de su familia, se pone nuevamente en contacto con sus parientes para organizar su propia muerte. 

El actor, humorista y director Iair Said, su sobrino nieto, es el primero en interesarse por ella y por su departamento sin herederos, y refleja esta particular historia en el documental Flora no es un canto a la vida, su primer largometraje luego de su corto Presente Imperfecto.  

"El trabajo de Said se destaca no sólo por su sentido del humor sino por la ausencia de culpa en la puesta en escena. Al contrario, se trata de un relato feliz en el que el director registra su vínculo con una tía abuela, pero manifestando de forma abierta su interés por heredar el departamento en el que ella vive una vez que muera", destacó Juan Pablo Cinelli en Página/12.

Además, el crítico la describió como un "estimulante retrato familiar y gran ejemplo de lo que suele etiquetarse como 'humor judío', para contar una historia que siendo única bien puede ser la de cualquiera".

Por su parte, Diego Battle lo consideró como un "film simpático y por momentos incluso hilarante", pero que también resulta bastante incómodo. "Una película para disfrutar, para pensar y -también- para discutir. Mucho", escribió en el portal Otros Cines.

Flora no es un canto a la vida, se emite hoy a las 22 por el Canal Encuentro